Marcelo Gallardo está próximo a cumplir cinco años como entrenador de River. Con más de 250 partidos en la institución, nueve títulos ganados, entre ellos las dos Copas Libertadores que levantó en 2015 y 2018, el Muñeco atraviesa el mejor momento de su carrera como director técnico.
"Esperaba que me fuera bien. Me preparé para que me fuera bien. Después, vivir lo que vivimos en este período, no. Sucedieron muchos acontecimientos que van a marcar un hito en la historia del club", mencionó el ex futbolista sobre su período como DT del Millonario, en una charla junto al periodista Juan Pablo Varsky.
Además, contó cómo se desencadenó su llegada al club como entrenador, justo cuando estaba en conversaciones para llegar al banco de Newell´s. "En mi regreso de San Nicolás a Buenos Aires, después de juntarme con la gente del club rosarino, paré en Cardales para visitar a unos amigos en la selección colombiana. Ahí recibí un mensaje de Enzo (Francescoli) contándome lo que había pasado con Ramón y que existía una posibilidad. Yo le dije que no podía esperar al lunes porque tenía que responder sobre otra propuesta, y ahí se dio todo rápido", relató el ex futbolista que jugó durante 10 años con la camiseta riverplatense, en tres etapas.
Ante la consulta sobre su forma de conducir a los futbolistas, Gallardo explicó su fórmula, que se transformó en exitosa con el paso del tiempo. "Cuando estás frente a un grupo, en mi caso un grupo de jugadores de fútbol, y tenés que gestionar diferentes personalidades, egos, tiene que haber un mensaje claro, que se sientan referenciados y seguros. Liderar es parte de convencer", dijo el entrenador.
Por último, antes del final de la primera parte de esta conversación, el Muñeco habló sobre sus otras pasiones: la música y los libros. "En mi grupo de amigos, cuando eramos chicos, hacíamos vereda con los autos abiertos, poníamos los cassettes y sonaba AC DC, Iron Maiden, Led Zeppelin".
LAS FRASES DE MARCELO GALLARDO
Sobre su forma de ser y la exposición
"Desde lo profesional y de la forma en que se me ve afuera, creo que sigo manteniendo mi esencia natural de vida".
"Si bien fui bastante medido, nunca me gusto la exposición, siempre me resguarde. Ahora lo considero que tengo que hacerlo más. No porque me incomode a mí, sino a los que están conmigo. Muchas veces pasa que si querés salir a comer algo, estás con familia o amigos, y eso genera que no podamos tener una conversación tranquila o que no podamos pasar un momento con cierta intimidad, empieza a incomodar".
"Uno convive con la fama. Nunca fui un personaje popular, pero siempre viví con ese peso de ser un jugador de fútbol de un equipo grande y de Selección, y eso requiere un comportamiento".
"No me creo los elogios. A veces me da cierta vergüenza. A veces ni giro cuando me llaman. Creo que es por mi personalidad. Reconozco que la gente ha tenido una expresión tan pasional para conmigo, tan afectuosa, uno también tiene que convivir con eso. No puedo ser el agreta".
Su preparación para ser entrenador
"Esperaba que me fuera bien. Me preparé para que me fuera bien. Después, vivir lo que vivimos en este período, no. Sucedieron muchos acontecimientos que van a marcar un hito en la historia del club".
"Me preparé queriendo no tener nada librado al azar. No sabía cuando me iba a llegar. Cuando me inicié en Nacional de Montevideo, recién ahí descubrí que era una vocación. Realmente quería saber de qué se trataba este trabajo, porque hasta no atravesarlo no sabía si iba a ser vocacional".
"No encontré nada que me sorprendiera. Siempre saber si iba a ser vocacional, más allá de los malos o buenos resultados. Quería saber si me iba a sentir cómodo. Eso lo descubrí el primer semestre, cuando no me fue del todo bien en Uruguay".
"Como técnico tenes que tomar decisiones con las convicciones de uno, sin negociar con lo que los demás quieren escuchar o sentir. Después de los primeros 15 partidos, pasé por momentos de inestabilidad, y ahí fue donde sentí que era lo que quería hacer".
"Nunca dejo de prepararme. Hoy, con la cantidad de información y las herramientas que tenemos para seguir informándonos, antes no había el gran caudal de información que tenes con las comunicaciones. Eso tiene que tener cierta medida".
"Siempre visualicé lo que quería hacer: yo como DT, con un equipo de trabajo que me respalde y también con el respaldo de los lugares donde me toca estar".
Sus charlas con un club rosarino y su llegada a River
"Estuve a segundos de una toma de decisión respecto a Newell's, de dar una respuesta, de decir 'sí, acepto a me tomo 24 horas para pensarlo'".
"Ameritaba meditarlo con mi almohada. Fueron dos años desde que yo dejé de entrenar en Nacional hasta volver a trabajar. En ese momento, de las posibilidades que tenía, Newell's me había parecido muy interesante desde la idea, de lo que ellos hacían como metodología de trabajo".
"En mi regreso de San Nicolás a Buenos Aires, paré en Cardales para visitar a unos amigos en la selección colombiana y ahí recibí un mensaje de Enzo (Francescoli) contándome lo que había pasado con Ramón y que existía una posibilidad. Yo le dije que no podía esperar al lunes porque tenía que responder sobre otra propuesta, y ahí se dio todo rápido. Las cosas tienen esos momentos inesperados. No estaba dentro de mi radio, no lo esperaba. Lo había visualizado, no sabía para cuando, pero a veces las cosas se presentan así".
Su rol como líder de grupo
"Liderar es parte de convencer, entre otras cosas. Creo que necesitamos estímulos, todos nosotros. Guías, gente en quién creer, gente en los cuales resguardarnos en una forma de ser, de sentir y de comunicar. Y si después, profesionalmente, la podemos desarrollar, y que eso sea fuente de inspiración, nosotros (las personas), tenemos esa capacidad de absorber, nos involucramos con cosas que nos hacen sentir bien".
"Cuando estás frente a un grupo, en mi caso un grupo de jugadores de fútbol, y tenés que gestionar diferentes personalidades, egos, tiene que haber un mensaje claro, que se sientan referenciados y seguros. No porque yo lo diga, sino porque quiero que te comprometas con tus formas de sentir. Eso es fundamental. Se puede respetar a una persona que tiene una idea clara, pero sino lo siento, no me puedo involucrar al 100%".
"Delego lo justo y necesario a mi equipo de trabajo. Me gusta que se sientan importantes dentro de su rol. Lo importante acá es que no quiero trabajar con amigos que me digan 'si' a todo. Yo no necesito eso, necesito que me hagan pensar, que me muestren otras formas. Después soy el que decide. Eso es una razón por la que creo que evoluciono, como personal y profesional"
"Cuando no veo que el jugador esté involucrado, me doy cuenta, rápidamente. Lo intento hasta que veo que vale la pena. Esto no es tenis, no estás mano a mano, somos 30 tipos. No podemos dedicarle mucho tiempo, si no podes convencerlo, me tengo que dedicar a otras cosas. Por eso delego en mi equipo de trabajo".
Gallardo, autoexigente
"Cuando juego al tenis, no me perdono el error. Tengo una autoexigencia muy alta. Por eso no quiero jugar a nada quien no pueda dominar. No es por perder, sino porque me gusta poder mejorar, y cuando veo que no mejoro, me frustro".
"Para mí era frustrante ver, decisiones de futbolistas, mal ejecutadas. Yo visualizaba como las podía armar yo. Un día, Matías (Biscay) me dijo, 'si seguís enojándote así, te vas. La vas a pasar mal'.Esas palabras me las guardé para siempre".
Su pasado como futbolista
"Yo no fuí un jugador dotado físicamente, ni de gambetear como Ortega, que levantaba a la gente de la butaca. Yo lo admiraba mucho por eso. Si era un jugador pensante".
"Concentraba con Ortega, llegabamos a la concentración y con Ariel dormíamos la siesta con el programa de los sábados de música tropical. La cumbia me divierte".
Los procesos al frente de River
"Lo que pasa con nuestros procesos son ese tipo de cambios continuos. Siempre me pregunto si ese equipo que pudo desarrollar muy buen nivel de juego, el del 2014, pudo haberse mantenido el tiempo pudo haber tenido un rasgo mucho más fuerte. Siempre hay que volver a ajustar las piezas para mejorar el andamiaje del equipo".
La comparación Tabaré Viudez y Piti Martínez
"Yo veo potencialidades, pero necesito saber si el futbolista también lo siente. Tal vez yo quiero sacar la mejor versión tuya, pero hay que ver si él está preparado. El jugador no te lo va a decir, por eso vos tenes que analizar la comunicación para verlo".
"Yo había jugado con un futbolista que tenía todas las características físicas y técnicas, como Tabaré Viudez. Yo estaba convencido que tenía las herramientas para sacarle su mejor versión futbolística. Insistí, insistí y valió la pena traerlo. Y él hizo el esfuerzo para, también, devolver esa confianza. Después, él se rindió. Y ahí fue que decidí que hasta acá llegamos. Porque llega un momento que necesitas que la otra persona esté convenido".
"Con el Pity Martínez pasó eso. Él era insultado, pero él sabía el potencial que tenía. Cuando veo eso, voy hasta el final".
Su tiempo libre y sus gustos: libros, series y música
"Hay veces que no me desconecto. Estuve en un momento muy metido y trataba de no pasarme de rosca. Todos hablaban de Netflix, de series. Y dije 'Vamos a probar', pero cuando me la ponía a ver, se me venían otras cosas a la cabeza. Y decía 'Para qué voy a seguir mirando'".
"Cuando jugaba miraba bastante. Ahí me pasaba de rosca. Empecé a ver series, compraba las temporadas enteras. Ahora me enganché mucho menos porque no creo que tengo esa posibilidad. La que ví fueron House of Cards y ahora veo Billions. Estoy al día. Tenes que estar con mucha claridad para seguirla, pero ese tipo de series me gustan mucho".
"Me regalan muchos libros. Cuando puedo, leo. Tengo mi habitación llena de libros, vinculados con el fútbol, biografías, de liderazgo. Trato de darle tiempo a la música, soy del palo del rock. En mi grupo de amigos, hacíamos vereda con los autos abiertos, poníamos los cassettes y sonaba AC DC, Iron Maiden, Led Zeppelin".