Desde pequeño, Mauro Zárate mamó fútbol. Sus hermanos mayores le enseñaron el camino: Rolando, Sergio y Ariel lo incluyeron cada vez que se daba la oportunidad de un picado familiar. Pero además de la devoción por su deporte predilecto, la figura de Boca es fanático de otras disciplinas que sigue desde hace años.
MZ19 es muy apegado a su familia y disfruta al máximo la intimidad con ellos. Y cuando tiene algún día libre o le sobran horas, también se dedica a la práctica del tenis o el golf.
SEGUÍ LEYENDO // El exclusivo auto que compró Mauro Zárate: sólo hay 50 en todo el mundo
En 2007 fue transferido de Vélez al Al-Sadd qatarí a cambio de 16 millones de dólares. Luego pasó al Birmingham inglés y militó en tres equipos italianos: Lazio (dos ciclos), Inter y Fiorentina. Tuvo un breve préstamo en el Fortín y retornó a suelo británico para lucir las camisetas del West Ham (dos veces), Queens Park Rangers y Watford. Y antes de su vuelta al fútbol argentino militó en el Al-Nasr de Emiratos Árabes Unidos en calidad de cedido.
Fue en el Viejo Continente donde presenció varios de los grandes torneos de tenis y hasta se dio el gusto de conocer y fotografiarse con el suizo Roger Federer quien, según él, es el mejor de todos los tiempos.
Siendo uno de los futbolistas más atléticos de la actualidad en el medio local, es perfeccionista con su tarea y a menudo se queda minutos extra tras las prácticas para entrenar su pegada en tiros libres. Y cuando se da la ocasión, empuña la raqueta e intenta mejorar su drive.
Y ese no es su único deporte secundario. Uno de los vicios que predomina en el Xeneize es el golf. Tanto Gustavo Alfaro, entrenador, como Carlos Tevez, referente y capitán, suelen dedicarle varias horas a la evolución de su swing y transitar los greenes con la bolsa de palos colgadas sobre un hombro. Y Zárate se acopló a este grupo, incluso exhibiendo su habilidad durante la primera pretemporada que realizó con el Xeneize a mediados del año pasado en uno de los campos de Cardales, donde concentró el plantel por entonces dirigido por Guillermo Barros Schelotto.
Ni siquiera al boxeo le hace asco el menor de los Zárate, quien no dudó en pedirle una foto al peso pesado Anthony Joshua hace un par de años.
Pero sin lugar a dudas su deporte alternativo preferido es el automovilismo. Es más, en más de una ocasión declaró que de no haber sido jugador de fútbol le hubiera gustado hacer algo relacionado con los vehículos, si no piloto.
De más joven, se animó a correr picadas por plata en la antigua Avenida Gaona del Municipio de Morón o en Avenida del Libertador en Olivos.
Durante su periplo en el exterior también exigió los motores. En Doha llegó a poner una Ferrari a 300 kilómetros por hora, mientras que en Italia elevó la aguja hasta los 312 km.
En 2017 sufrió una lesión de ligamentos cruzados en su rodilla derecha cuando jugaba para el Watford inglés e hizo parte de la rehabilitación en Argentina. Y cuando comenzó a movilizarse por sus propios medios, sin comprometer la rodilla, se preparó un Sirocco para correr algunos fines de semana en el autódromo. Una vez recuperado al cien por ciento, postergó las carreras nuevamente.
En la última semana, el delantero de Boca fue noticia por convertir en el debut de su equipo por la Copa Argentina y también por la adquisición de un auto de alta gama y valor del que se hicieron muy pocos ejemplares. Está claro que cuando decida colgar los botines, el casco y la velocidad serán posibilidades concretas para el futuro de Mauro Zárate.
SEGUÍ LEYENDO