César Luis Menotti se encuentra otra vez en el centro de la escena. A los 80 años, es el Director de Selecciones Nacionales, con un alto perfil; al punto que impulsa la creación de un seleccionado local, como también estará detrás de la decisión de la continuidad o no de Lionel Scaloni al frente del combinado mayor.
La vida del entrenador campeón con Argentina en el Mundial de 1978 está retratada en el libro "Menotti, el último romántico", escrito por Gustavo García y Carlos Viacava. Allí, los autores relatan dos etapas de la vida del Flaco en las que corrió riesgo su vida. Una, cuando era un niño, en Rosario, a partir un enfrentamiento político protagonizado por su padre. El otro, ya como entrenador consagrado, en plena dictadura militar, mientras dirigía a la Selección.
Aquí, los dos retazos del libro, con las inquietantes anécdotas.
"AL PRENDER LA LUZ, NOS TIRÁBAMOS AL PISO"
"Menotti tenía, como casi todos los chicos, una relación estrecha con su padre. Un vínculo al que la muerte y el paso del tiempo han transformado en profunda admiración. De allí le vino su pasión por el fútbol y sus inclinaciones políticas vinculadas al comunismo, pero por sobre todo a los movimientos con raigambre social".
"Como alguna vez explicó en una entrevista, 'mi viejo era peronista, a mi casa la balearon dos veces. Teníamos una casa grande que hizo mi abuelo, en Boulevard Oroño y Donado. Arriba había dos habitaciones y, cuando mi viejo salía por trabajo, yo dormía con mi mamá. Una vuelta, el viejo llegó a la noche, prendió la luz y empezaron a sonar los tiros. Desde entonces, adoptó como precaución que, al prender la luz, nos tiráramos al piso. Pensaba que era al pedo, pero volvió a pasar. Eran disputas internas del peronismo'".
"Según cuenta Menotti, su padre 'era un Tano que los tenía cagando a todos. A la hermana, a la cuñada, y mi vieja lo adoraba'. Fue él quien le transmitió su gusto por el tango. 'Un fracaso es no haberle hecho caso cuando me dijo que estudiara música. No poder tocar una milonga con la guitarra me vuelve loco'".
"SI ME TRATAN ASÍ A MÍ, QUE SOY EL TÉCNICO DE LA SELECCIÓN, A CUALQUIER OTRO LO MATAN
"En ese clima social violento y militarizado -en referencia a la última dictadura militar-, el propio Menotti estuvo a punto de volverse una víctima. 'Otra vez pensé que me mataban. Estaba en José C. Paz, tenía que venir a la AFA para verme con el doctor (Rubén) Oliva, no estaba nuestro chofer, agarré el auto y me vine. Se armó un nudo de tránsito, y como el auto tenía sirena, porque era de la policía, la prendí para pasar más rápido. A los pocos metros me cruzó un patrullero, me sacaron de los pelos, me tiraron al piso y me apuntaron con una itaka. Me reconocieron unos minutos después. 'César, no le diga nada a nadie, los muchachos están un poco nerviosos', me dijo el jefe. No, los muchachos son unos hijos de puta, porque si me tratan así a mí, que soy el técnico de la Selección, a cualquier otro, lo matan'".
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