Por CARLOS ILARDO
Por primera vez en el historial del ajedrez local, un torneo (con ritmo de juego rápido, de 7 minutos para cada competidor) se llevó a cabo en un estadio de fútbol con vista al campo de juego; el último sábado, con motivo de los festejos del 114° aniversario del Club Boca Juniors se realizó una competencia en la explanada de la platea baja en el sector "L" del estadio con la participación de más de 140 ajedrecistas, entre ellos 3 grandes maestros y 17 maestros internacionales. Federico Pérez Ponsa, un zarateño de 25 años, con título de gran maestro, Contador Público Nacional y actual N°6 del ranking doméstico, se adjudicó el certamen de manera brillante, invicto y con 8 puntos sobre nueve posibles.
"Fue una experiencia bárbara; se siente de manera diferente estar jugando al lado de una cancha de fútbol", contó Pérez Ponsa, representante del Club Obras. Y completó: "nunca antes se había hecho este intento y creo que resultó. Es cierto que ayudó las condiciones del clima, y en un momento cuando el sol golpeaba sobre las mesas se hizo intenso y hubo que correrlas algunos metros, pero jugar al aire libre es otra cosa".
Más adelante Pérez Ponsa, que fue uno de los últimos inscriptos en el torneo (confirmó su participación alrededor de la medianoche del viernes, ya que se encontraba en Uruguay jugando el torneo Zonal, con ajedrecistas de Paraguay, Chile, Uruguay y Argentina), habló sobre sus vínculos con el fútbol: "Ya conocía la cancha de Boca pero nunca había visto tan de cerca el banderín del córner (risas); está pegado a la platea. Había jugado otros torneos pero adentro del Club, en salas cerradas. Me gusta el fútbol pero no soy fanático, ni muy seguidor de lo que sucede; me atrapan los partidos sólo del seleccionado argentino o los de la Champions. Acá soy hincha de San Lorenzo".
Con su llegada al país, hace casi cuatrocientos años según el historiador Raúl Molina en su obra "los juegos de trueque y de ajedrez", los primeros tableros y piezas arribaron en 1600. El milenario juego encontró en las casas de las familias más pudientes de la sociedad (la clase aristocrática argentina), un refugio selecto para su práctica. Recién en el siglo XIX salió a las calles y comenzó a jugarse en los bares. Tiempo después, los ejecutores de gambitos y enroques consiguieron un espacio exclusivo con la apertura de nuevas salas y clubes de Buenos Aires. Sin embargo hubo que esperar hasta los orígenes del siglo XX para que por el peso de sus virtudes, el ajedrez ingresara en las aulas y patios de las escuelas, y que incluso, como ocio o entretenimiento exhibiera sus beneficios entre jóvenes y adultos en las plazas de la ciudad.
Sin embargo, lo sucedido en el Club Boca Juniors, puede convertirse en un cambio de paradigma: sacar el ajedrez a la luz del día; el abandono de sus lugares recónditos y silenciosos para mostrarlo al paso y al alcance de los ojos de la gente.
Hace una década la ciudad de Bilbao, en el país Vasco, fue pionera en este aspecto de innovación, de cambiar los clásicos lugares cerrados (salas de teatros, clubes o museos) por ámbitos abiertos al aire libre. Para ello se diseñó el montaje de una cabina amplia, con doble pared de vidrio, en el centro de la Plaza Vieja de la ciudad dejando a los ajedrecistas confortablemente aclimatados en su interior y alejados del ruido externo, pero al alcance de la vista de la gente. Allí frente a innumerables grupos de turistas, aficionados y expertos se disputaron tres ediciones del Festival de Ajedrez Bilbao, Torneo Masters (con la participación de 8 jugadores, con varios de los mejores del ranking mundial) invitados por el Ayuntamiento local.
"Me gustaba la combinación de ajedrez y fútbol. Y que varios ajedrecistas que son también bastantes futboleros tuvieran la posibilidad de combinar sus hobbies. ¿Por qué no regalarles la posibilidad de jugar una partida de ajedrez en el corazón de la Bombonera?", contó la maestra Elisa Maggiolo, a cargo de la actividad en el Club Xeneize desde hace una década. Y agregó, "Por eso, con los resultados en la mano me voy conforme con el trabajo realizado. La supervisión del árbitro internacional Marcelo Hermida junto a sus colaboradores fue excelente. Todo se conjugó para que fuera una tarde distinta para los jugadores y también para sus familiares que pudieron contemplar los juegos de sus hijos, novios o maridos desde el sol de la platea".
Maggiolo que coordina la actividad en Boca con el armado de los torneos, seminarios, matches de camaradería con otras instituciones y que también se dedica a la enseñanza del ajedrez en escuelas del barrio y en las divisiones inferiores del club, siente que aún queda muchas metas por alcanzar. Que es el momento de disfrutar lo realizado pero también de planear nuevos desafíos.
"Este ya fue un sueño concretado, pero me quedan mucho más por cumplir, como por ejemplo conseguir que algunos de los jugadores de la 1ª división se acerquen a estos eventos y que colaboren con el Club con su presencia a la hora de la entrega de los premios. Sería muy importante que estén en la foto junto a los participantes. Pero todavía quiero volar más alto y si es cierto que soñar no cuesta nada, tengo una gran ambición de organizar un súper torneo infantil y que todos los chicos puedan jugar sus partidas sobre el césped del estadio".
Distintas salas de cine (Premier), teatro (San Martín, Cervantes) e incluso de universidades (Medicina) fueron sedes de los grandes torneos disputados en la historia del ajedrez argentino. También el estadio del Club River Plate albergó en 1978, tras la disputa del Mundial de fútbol, la última Olimpíada de ajedrez realizada en América.
Carlos Alberto Falchi, de 60 años, que desde hace tres años se desempeña como Director del Departamento de Cultura de Boca Juniors, y que si bien hace 40 años que está vinculado al Club, no podía salir de su asombro y felicidad con la respuesta de los ajedrecistas ante la nueva propuesta.
"Creo que los resultados de la apuesta fueron muy satisfactorios. No hubo quejas y sí mucho respeto. No me voy a colgar ninguna medalla porque la idea de lo realizado hoy aquí en la Bombonera fue de "La Peque" (así se la conoce en el ambiente a Elisa Maggiolo). Hace 24 años que la conozco, ella era muy chiquita cuando venía al club y yo comenzaba mi tarea como Presidente del área de ajedrez; por eso tenemos un ida y vuelta bárbaro y la apoyo en todas sus propuestas. Pero ya sé que ella no se va a quedar conforme con lo sucedido hoy, y seguramente va a volver a encarar ese gran proyecto de llevar el ajedrez al campo de juego; utilizar la cancha con un torneo con 1000 chicos. Y la verdad que no sé cómo lo vamos a hacer, porque el cuidado del césped es una tarea muy celosa en el Club, así que por ahora, disfrutaremos de este logro, de este avance: ya llegamos hasta la explanada del sector "L" de las plateas bajas. Cada vez estamos más cerca del campo de juego".
Sobre el trabajo del Departamento de Cultura, Falchi dijo: "Nosotros trabajamos con un presupuesto propio que nos brinda el club. Nos ocupamos de satisfacer la demanda de nuestros socios, y que son casi 600 socios los que se acercan a Cultura. También nos ocupamos del ajedrez, con sus clases (a cargo del profesor cubano Miguel Andrés) y el armado de los equipos que nos representan en la Liga Nacional. En tiempos de Pedro Pompillo, él siempre estaba interesado por saber cómo nos iba con el ajedrez".
Sólo las rígidas reglas del ajedrez se sostuvieron a lo largo de sus cuatro siglos de práctica en la Argentina, pero el estereotipo de sus jugadores y el ámbito de las partidas se adaptaron a las modificaciones del paso de los años. Acaso, lo sucedido en La Bombonera sirva para poner en jaque a viejas costumbres y mañosos hábitos. Alguien pateó el tablero y sacó a la luz un nuevo escenario para el juego.