El seleccionado Sub 17 se consagró campeón del Sudamericano de la categoría en Perú, un hito que Argentina sólo había logrado tres veces en su historia: en 1985, 2003 y 2013. Sin embargo, los festejos se vieron empañados por el resultado en el último partido: la Albiceleste cayó 4-1 ante Ecuador, lo que le permitió a su rival clasificar al Mundial, relegando al local. La caída disparó una serie de suspicacias, sobre todo a partir de declaraciones de allegados a la delegación del conjunto organizador del certamen. "El fútbol no se puede manchar de esta manera. Es una vergüenza lo que se ha visto hoy (…) Si hay algo turbio detrás de esto, Aimar no puede dirigir más", concluyó el padre de Massimo Sandi, futbolista del representativo peruano.
Pues bien, Pablo Aimar, director técnico de la Selección y un permanente promotor del Fair Play, dio su versión sobre lo sucedido con sus conducidos, que hasta a falta de 32 minutos para la finalización del encuentro se imponían por 1 a 0. "A lo largo de estos dos años que estuvieron con nosotros, en el medio los chicos perdieron alguna final de un torneo no oficial, y se llevan muy mal con eso, de eso tienen que aprender también. Por eso lo de ayer hasta fue un aprendizaje grande. Quizás estuvieron tan cerca de ser campeón de nuevo, de que les vaya bien, volver a las notas, lo que les conlleva el éxito en las redes sociales, que les pasó algo en la última media hora y estamos intentando ver qué fue", prologó su análisis en diálogo con Estudio Fútbol, por TyC Sports.
"También está la situación de que ellos se empiezan a ver analizados, que sus errores salen, son públicos. Para mí el fútbol está sobreanalizado. A veces un estado de ánimo te permite hacer cosas que no creías, a Brasil le pasó lo mismo que a nosotros ayer, le hicimos un gol y parece que entrabas solo, les temblaba las piernas", comparó con lo ocurrido en la fase de grupos, cuando la Selección derrotó 3-0 a la Verdeamarela, lo eliminó y avanzó al hexagonal final.
"A mí me tocó jugar por no descender. Y es durísimo, no te sale nada. La energía está para atrás, para abajo. Ayer los chicos tuvieron el temor de perder lo que ya habían ganado. Cuando tenés todo para perder, sacás todo. Y cuando tenés mucho para perder, es muy difícil. Es más fácil jugar cuando no tenés nada para perder. Y en el penal vieron que podían perder lo que habían conseguido; antes del partido sintieron que ya estaban hechos, entre comillas", continuó con su explicación.
Esta camada de juveniles ya había conseguido el título en el Sudamericano Sub 15 de San Juan en 2017. Y en Perú, además del título, consiguieron el pasaje al Mundial Sub 17 que se jugará en noviembre en Brasil. ¿Cuánto golpearon las sospechas y las críticas a las futuras figuras de la Albiceleste?
"Hay que imaginarse a uno a esa edad antes de hablar; yo también jugué juveniles, viví en una pensión, y no sabía ni quién era. Claro que les afectan las críticas, no les gusta, están contentos porque fueron campeones, pero ya les empieza a afectar cosas que son públicas, o que digan una cosa que no es porque juegan en la Selección. A todos nos afectan las críticas, las sospechas. Y, a ellos que tienen esa edad, todavía más", subrayó Aimar, de 39 años.
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