Gimnasia de La Plata – Newell's (Néstor Pitana):
Minuto 92, recupero del tiempo perdido. Un centro corto, un brazo de Mussis que se interpone en el camino en forma deliberada, antinatural e invadiendo un espacio. Un arbitro que se toma el tiempo necesario y toma la decisión correcta: sanciona la infracción y el tiro de punto penal.
San Martín de Tucumán – Unión de Santa Fe (Silvio Trucco):
Minuto 14. Centro de García, Lucas González convierte y el asistente Brailovsky marca posición prohibida. Una jugada de VAR, sumamente difícil. La tecnología le da la razón al arbitro asitente: estaba adelantado, pero solamente la tecnología lo puede percatar.
San Lorenzo – Huracán (Fernando Espinoza):
Minuto 18. Perfectamente expulsado Lucas Merolla por doble tarjeta amarilla. La primera porque es una jugada táctica que merece una sanción disciplinaria. La segunda es por una acción de tenor físico. Las sanciones disciplinarias no solo provienen de lo físico, sino también de lo táctico y de sus consecuencias.
Argentinos Juniors – Independiente (Mauro Vigliano):
Minuto 45. Torrén le aplica un rodillazo en la espalda a un jugador, que no es observado por el árbitro principal ni por los asistentes de esa banda, que debieran haber colaborado. A los efectos de la regla, es una conducta violenta: mereció ser expulsado inmediatamente. Este tipo de conductas deben se erradicadas de nuestro fútbol.
Minuto 49. Jugada que la velocidad podría haber llevado al asistente a confundirse. Una pelota, doble toque en el área, un jugador que no llega a convertir por milímetros y un asistente que más que correctamente marca la posición prohibida. A los efectos de la regla, una perfecta resolución.
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