Una sonrisa blanca de oreja a oreja no tiene relación con el chaleco que le permite el acceso al campo de juego. Él está feliz por el título que consiguió Racing en la Superliga, pero en su mirada se nota la impotencia de llevar una indumentaria roja, el color que caracteriza a los vecinos de Independiente.
"Ya tengo 58 años de socio, cumplí las Bodas de Oro", se justifica Juan Carlos Baldovino, el fotógrafo de la Academia que siguió la campaña del equipo del Chacho Coudet desde el lente de su cámara.
Su relación profesional con el club comenzó en 2001, cuando compró los derechos de imagen del Racing campeón de Mostaza Merlo, pero su amor por el club de Avellaneda lo heredó de su padre, quien vivió de cerca la era del heptacampeonato.
Mientras el gobierno de Fernando De la Rúa planeaba la medida restrictiva que la prensa bautizó con el nombre del Corralito y la crisis económica y social se extendía por todo el país, el fanático albiceleste ignoró el contexto para involucrarse con un proyecto personal que mezclaba su rol laboral con su sentimiento más profundo. "Un periodista me dijo que haga la Revista Racing porque se había dejado de editar; pero como a mí no me entusiasmó la idea, hice un fascículo que empezó a salir con el diario Crónica. Como me apasiona la fotografía, me dediqué a las imágenes", explica desde el Salón de la Fama del Cilindro, bajo la mirada de sus ídolos Alfio Basile, Oreste Corbatta, Rubén Paz y otras tantas glorias que enorgullecen a la entidad bonaerense.
A diferencia de lo que sucedió en la hazaña que se caracterizó por el Paso a Paso, en 2014 y en el presente Baldovino vivió las coronas de Racing junto a los protagonistas del otro lado de la línea de cal. "El de 2001 lo seguí desde la popular, abajo de los Racing Stones con mi hermano y mi hijo, pero ahora fue distinto, porque tengo que estar pendiente de las fotos. Momento que no capturo, es una foto perdida", desliza con su mirada puesta en los retratos de los ídolos contemporáneos como Milito, Bou y Lisandro López.
Dejar al hincha le generó un trabajo extraordinario. "Es un privilegio estar dentro de la cancha, pero también tiene sus desventajas. Por ejemplo no puedo gritar un gol, festejar o cantar las canciones de la tribuna", revela el fotógrafo que en 3 ocasiones se vio sobrepasado por la euforia y rompió los protocolos que exige su profesión.
Primera anécdota
"Me acuerdo que una vez en el Cilindro grité un gol contra Vélez y me tuve que ir de la cancha. Había público visitante y se dieron cuenta. Me gritaron de todo. Fue el partido en el que el Colorado Sava lo festejó con el gesto del cafecito, porque Lavolpe (era DT del Fortín) había dicho que Racing era un equipo chico"
Segunda ocasión
"Con el tiro libre de Bou en cancha de Quilmes. Lo grité porque fue el gol del campeonato. Si no hubiésemos ganado ahí, no habríamos salido campeones. Me dijeron de todo los hinchas. Me acuerdo que uno se me acercó y me dijo desde el alambrado ¡Viejo hijo de puta! ¡Sos de Racing, tomatela de acá!"
Último caso
"En cancha de San Lorenzo. Como yo siempre me ubico entre el arco y el banderín del córner, en un momento Racing iba perdiendo y Capria me pidió la pelota para apurar un tiro de esquina. Los hinchas me vieron y casi me matan. Esa vez también me tuve que ir antes".
Para Juanca Baldovino el campeonato que terminó con la fiesta académica se refleja con su postal preferida: "El gol de Licha a San Martín de San Juan. Me quedo con esa porque es un fotón". Sin embargo, su entusiasmo lo llevó a celebrar antes de que se concrete la gesta. "Yo sabía que íbamos a ser campeones. No lo decía por cábala, pero después de ver el partido con Independiente me di cuenta de que fue como el día que Mostaza dijo Ahora me cansé, vamos a salir campeones", continúa entre risas.
Fue uno de los pocos privilegiados que estuvo presente en el histórico triunfo en el Libertadores de América. Ante la mirada de los simpatizantes del Rojo, el fotógrafo académico celebró en silencio las conquistas de Racing. "El gol de Zaracho los destruyó. Ellos pensaban que nos iban a sacar el campeonato, pero cuando salí de la cancha los veía fusilados. En otros partidos siempre se van puteando a la Academia, pero ahora había un silencio increíble. Ni una palabra se escuchó. Estaban muertos", sentenció.
Siempre cerca del plantel, Juanca todavía se ríe por el blooper que protagonizó en el Néstor Dïaz Pérez, cuando el elenco de Coudet se presentó ante Lanús en una jornada lluviosa correspondiente a la quinta fecha del torneo. "Mi hijo me cargaba y yo le decía que no me había visto nadie, pero cuando salió en Paso a Paso (programa de TyC Sports) me hice famoso. Los pibes en el Tita (predio de las inferiores del club), los árbitros del fútbol femenino y todos los hinchas que me veían me decían que había sido penal. Me quería morir", recuerda.
A través de la óptica de su cámara sigue a Racing en cada lugar en el que se presenta. Durante años siempre mantuvo una relación de respeto y admiración hacia los jugadores que defienden la camiseta de la Academia. "Cada vez que lo veía a Hauche le pedía que festeje los goles donde estaba yo para poder hacerle buenas fotos, pero él me decía que en ese momento se olvidaba dónde me ubicaba", cierra Juanca antes de elegir el lente ideal para encarar hacia el campo. La salida de los protagonistas a escena exigen su presencia. Las fotos del campeón son necesarias para el álbum 2019.
El tesoro del Racing campeón, las postales de Juan Carlos Baldovino
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