29 de junio de 2017. Una sala atestada de periodistas en Río de Janeiro espera por la conferencia de prensa de Walter Montillo, enlace de Botafogo, que intenta rehabilitarse del quinto desgarro consecutivo. La Ardilla no da más. Y dice no va más. A los 33 años anuncia su retiro.
"Mi cuerpo me empezó a avisar que no iba a estar al 100%. La genética o el físico no me dejó hacer lo que más me gusta. Fueron 15 años muy buenos como para seguir intentando las cosas que sé que no voy a poder hacer. Me dedicaré a otros proyectos que tengo. Los hinchas de los clubes por donde pasé saben que siempre dejé todo. El fútbol se va a olvidar rápido de Montillo, porque han pasado muchos jugadores más importantes. La vida continúa", dijo, entre lágrimas. Su esposa Melina, sus hijos Valentino y Santino, lo esperaban para cobijarlo, para sostenerlo. Adiós fútbol. ¿Adiós fútbol?
7 de abril de 2019. Tigre visitó a River por la última fecha de la Superliga. Debía ganar para aspirar a quedarse en Primera, aunque hace algunas fechas el presente escenario era una utopía. Lo logró, pero no le alcanzó. Walter Montillo, el mismo que se retiró con la casaca de Botafogo, es la gran figura del Matador. Acumuló cuatro goles y 9 asistencias y su rendimiento se potenció desde el arribo de Néstor Gorosito al banco de suplentes.
En el medio, en su intento por vencer a los problemas musculares para reinsertarse en el medio local y no permitir que una lesión lo obligara a colgar los botines, otra desgracia: sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en un amistoso con Tigre. Pero no hubo conferencia de prensa, lágrimas, desazón. Alzó la guardia, aceleró y volvió "muy bien, me siento cómodo. Voy a jugar hasta donde sienta que puedo marcar una diferencia, que en velocidad no me saquen fácil la pelota. Si eso pasa, daré un paso al costado".
-¿Esperabas que después de todo lo que pasaste ibas a alcanzar este nivel?
-No de la manera tan rápida que se dio, tenía que demostrar todo rápido, porque tengo sólo un año de contrato.
-¿Y cómo te repusiste después de la rotura de ligamentos, después de todo el esfuerzo para volver a jugar?
-Lo remonté de la misma manera que lo hice siempre. En Brasil no podía seguir, porque no le encontraban la vuelta para recuperarme. En Tigre, ante la nueva lesión, encontré el apoyo como para poder superarla.
-Viniendo del retiro, de la serie de desgarros, ¿se te hizo fácil conseguir club en Argentina?
-No. Me dolió que no me abrieran las puertas, pero lo entiendo, el fútbol es un negocio, cuando estás bien es una cosa, cuando no, es otra. Soy un agradecido a Tigre, agradecido al Lobo Ledesma, que fue el técnico que se la jugó por mí; por eso trato de dejar todo en cada partido.
-Estuviste más de 10 años jugando afuera del país. ¿Con qué fútbol argentino te encontraste?
-Siempre seguí al fútbol argentino por TV, se veía que es aguerrido, más parejo. Antes los equipos grandes sacaban más diferencia, ahora cualquiera le gana a cualquiera, sacando a Racing, que fue el campeón. Es un lindo país para jugar al fútbol, no sabía si me iba a adaptar bien, pero lo logré.
-¿No estabas más acostumbrado a plazas con más espacios o menos fricción, como Chile, Brasil o China?
-No me importa si hay más roce o pocos espacios. Es verdad que en otros lugares hay un poco más de espacio para los jugadores en mi posición, pero a mí me encanta jugar acá.
-Acumulás 9 asistencias en el torneo, ¿con el tiempo le tomaste más el gusto a habilitar a tus compañeros antes que desequilibrar?
-Uno en la cancha no se da cuenta. Tiene que ver cómo juega el equipo, los compañeros. Por ahí con un 9 de área más estático es más difícil asistir, porque espera el centro. El sistema de juego te lo facilita.
EL "ELEGIDO" DE NEYMAR
"Sos un crack, me gustaría jugar con vos mis últimos meses en Brasil". Neymar ya era la estrella del Santos, el fantasista llamado a competir por el cetro planetario con Messi y Cristiano Ronaldo. Walter Montillo era el jugador franquicia del Cruzeiro. Se cruzaron en el Superclásico de las Américas de 2011; uno con la camiseta de Brasil, el otro, con la de Argentina. Y Ney le hizo la invitación, en pleno campo de juego en Belem.
En efecto, el Santos le compró el pase y la Ardilla pudo jugar unos meses con Neymar, con la camiseta que hizo famosa Pelé. "Con la pelota llegás a lugares a los que no esperás llegar. Con él tuve muy buena relación y eso me abrió las puertas del Santos. Jugar en clubes grandes no es algo que se les da a todos. Ney tiene una humildad impresionante, súper normal, íbamos a comer a su casa, conmigo y con mi familia se portó espectacular", cuenta.
Tan estrecho fue el vínculo que se generó, que cuando la Ardilla se "retiró" momentáneamente en 2017, Neymar le dedicó un sentido mensaje en las redes sociales. "Qué placer haber jugado contigo, guerrero, felicitaciones por lo que hiciste en tu carrera", escribió en su cuenta de Instagram. "Él se mata en los entrenamientos, y también disfruta, se ríe", describe su espíritu.
-¿Cuándo fue la última vez que tuviste contacto con él?
-Y… Hace bastante. La última vez fue para el Mundial.
-También jugaste con Messi en la Selección
-Uno trata de hacer lo mejor, de jugar bien con ellos, mal no me ha ido. Estoy muy agradecido, me ha ido bien donde jugué. Me deja tranquilo porque es producto del trabajo hecho dentro de la cancha. Pude lograr lo que me propuse y hasta más allá de lo que soñé. Yo soñaba con jugar en Primera, en un club grande. Y tuve la suerte de jugar un Mundial Sub 20 con Argentina, en la Selección Mayor con Messi, en el Santos con Neymar, en muchos equipos importantes; el fútbol me premió con muchas cosas.
-Valentino y Santino deben contarle a los amigos que papá jugó con Messi y con Neymar.
-Valentino lo vio siendo más grande, él se acuerda un poco más, sobre todo lo que vivimos con Neymar, porque había una relación diaria. Con Messi fue en la Selección. Se lo debe de contar a los amiguitos.
-Te fuiste a China después de haber participado de las Eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014 con la Selección. ¿No sentís que de esa manera le cerraste la puerta a jugar la Copa del Mundo?
-Se dio la posibilidad de China y (Alejandro) Sabella estaba citando a unos jugadores a la Selección, que eran espectaculares. A Santos le veía bien la operación, a mí también… Y tenía 30 años, no podía esperar hasta junio a ver si iba a estar en la Selección, porque la oportunidad se dio en ese momento.
-¿Cómo fue la experiencia en el Shangdong Luneng de China?
-Fueron tres años lindos, con otra cultura. Era en el interior del país, pero en una ciudad de 6 millones de personas, súper desarrollada, aunque no tan preparada para los extranjeros. Con la familia intentamos estar los cuatro juntos, el primer año fue complicado, después te acostumbrás y pasaron bien los tres años. Además salimos dos veces campeones.
-Y una vez que termina la Superliga, ¿qué planificás? ¿Existe la posibilidad de que sigas en Tigre?
-A Tigre lo vamos a escuchar,. Y si me toca irme del club, será de la mejor manera. Me abrieron las puertas cuando nadie se la jugaba por mí.
PAPÁ CORAZÓN
Walter Montillo tiene dos hijos, Valentino y Santino. Y con su esposa Melina esperan una niña. En el último año, además de futbolista, Wally se transformó en la voz de los padres que tienen un hijo con capacidades diferentes: Santino tiene síndrome de down. Y cuando la familia regresó al país, no conseguía vacante en las escuelas. "Nunca pensé que en mi propio país iba a ser tan difícil anotar a mi hijo en una escuela. Tengo un hijo con síndrome de down, no una bomba nuclear", se descargó en su cuenta de Twitter. "Es de no creer. Hay vacantes hasta que les informamos 'tiene down'. Ah, no hay más vacantes… Muy triste", reforzó.
Su caso puso en la agenda la problemática. "Se lo pierden ellos a mi hijo. Enseña muchas cosas. No sólo a nosotros, sino a los nenes. Para un chico de 7 años, que no tiene maldad todavía, es muy bueno que vaya con un nene con síndrome de down, porque aprende valores que de grandes no los tenemos", señaló.
En la actualidad, la batalla sigue, es diaria. "Con Santino veo un cambio, se mejoró con el tema de la obra social… Ojalá haya un cambio para toda la gente, para los que tienen hijos con capacidades diferentes, con autismo… Es difícil que te abran las puertas y es lindo hablarlo porque hay mucha gente que en los medios no tiene voz, hay que hacerlo visible. Es un tema cultural, de educación, pero yo tengo fe de que se puede ir avanzando", concluyó el ex San Lorenzo y Universidad de Chile.
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