Tal vez haya sido el punto negativo en los festejos del Racing campeón. Cuando Néstor Pitana dio por terminado el encuentro en el que la Academia empató con Tigre, los jugadores se preocuparon por abandonar el terreno de juego para "evitar alguna provocación" que pueda generar malestar en el rival que lucha por la permanencia.
No hubo festejos alocados. Tampoco se observó la tradicional vuelta olímpica. "No queríamos ofender a nadie, porque ellos se están jugando cosas importantes", aclaró Iván Pillud y agregó: "Licha nos venía diciendo que no hagamos ninguna, por eso es mejor salir rápido para ir a festejar con nuestra gente".
Antes de partir hacia el centro porteño, el lateral reconoció que no puede creer lo que vivió en la institución de Avellaneda. "Estuve en 2014, estoy ahora… no sé si me quiero matar o sentirme feliz por lo que logramos", bromeó el Polaco.
Lisandro López, la bandera del Racing campeón, estuvo en todos los detalles. Como capitán y referente del plantel llevó a todos sus compañeros a la zona de camarines, donde también el equipo evitó el contacto con la prensa.
Uno de los pocos que habló fue Matías Zaracho, el chico de 21 años que cumplió el sueño del pibe. "Muchachos, traigan vino juega la Acadé", cantaba exaltado luego de secarse las lágrimas de la emoción que le produjo el título. "Me acuerdo que en el 2014 también estuve en la cancha, pero esto es distinto", confesó el virtuoso volante que vivía en la pensión del club y era uno de los alcanzapelotas cuando Diego Cocca estaba al frente del conjunto que consagró a Diego Milito, Gustavo Bou y compañía.
"He pasado por muchas cosas, las veces que iba a entrenar lloviendo en colectivo… siento que está dando fruto todo, porque se me están cumpliendo muchos sueños, como el de la Selección", cerró Zaracho antes de ingresar al vestuario.
Augusto Solari, en cambio, apeló a un aspecto más racional, al destacar que los golpes ante Colón (cuando no se logró la clasificación a la Copa Libertadores), y las derrotas ante River (con el caso Centurión incluido) fueron partidos que "dejaron enseñanzas muy positivas". "Tal vez si no hubiéramos pasado por esas situaciones, no hubiésemos aguantado la punta desde la cuarta fecha", analizó el mediocampista que cerró la campaña con su gol.
Como el Chacho Coudet fue expulsado por Pitana en los minutos finales del encuentro, Darío Cvitanich (quien fue reemplazado por Lucas Orban) fue el que se encargó de dar las indicaciones en el banco de suplentes. Con la humildad que lo caracteriza, el delantero que llegó para asociarse con Licha reveló que en el grupo siempre recibió cargadas por la edad. Sin embargo, esa experiencia le permitió tomar las riendas en los momentos más calientes de la definición. Luego, en el micro descapotable que trasladó al plantel hacia el Obelisco, el goleador fue el principal animador para contagiar a la gente y compartir varias cervezas con los hinchas que se amontonaban para tener el contacto con los campeones.
Los fuegos artificiales, las tradicionales canciones que suenan en el Cilindro y las banderas albicelestes sirvieron para teñir al emblemático monumento porteño en el centro de festividad académica. El cumpleaños 116 de Racing se celebró con el mejor regalo.
Seguí leyendo