Poco más de 24 horas en las Islas Malvinas llevaba un grupo de ocho ex combatientes de Lomas de Zamora cuando visitaron el Cementerio Argentino, a 6,700 kilómetros de Puerto Darwin, para rendirles homenaje a sus compañeros caídos en la Guerra.
Para varios era su primera visita a territorio isleño. Las sensación especial de estar otra vez allí, los ojos brillosos y los nudos en la garganta eran un denominador común. "Hicimos un minuto de silencio, entonamos el Himno argentino y lanzamos frases, todos con nuestras banderas desplegadas", explicó Luis Escobedo, de 57 años, uno de los miembros de aquel grupo que se hizo presente en las Islas, en diálogo con Infobae.
Hasta allí, el itinerario de Escobedo fue normal, como lo había sido en 2012 y 2016 -las veces anteriores que Luis había podido regresar a las Malvinas-. Antes de abandonar el cementerio, los ex combatientes se toparon con un periodista austríaco, que les tomó algunas fotos sin ningún inconveniente.
El problema surgió dos días después. "El jueves por la mañana, a eso de las 7:30, las autoridades nos sacaron de las piezas semidesnudos. Fue bastante tenso todo. Nosotros no entendíamos nada. Nos sacaron los teléfonos celulares, los pasaportes, las banderas y otras cosas. Después nos llevaron a la comisaría", relató Escobedo, nacido en Santiago del Estero, pero que desde los cuatro años reside en Ingeniero Budge.
Una vez detenidos, Luis y sus compañeros debieron declarar de manera individual más de dos horas ante las autoridades. Allí se enteraron que habían sido denunciados por un kelper por insultos y ofensas. Además, les enseñaron fotos de ellos en el cementerio como "pruebas", las mismas que les había tomado el periodista. Dentro del recinto no solo le tomaron testimonio a cada uno, sino que también les sacaron fotos de frente y de perfil, les tomaron las huellas digitales y hasta les leyeron sus derechos.
"Nos preguntaron si queríamos un abogado y les dijimos que no. Ya había ido dos veces y nunca había tenido problema. Lo que pasa es que mi bandera es única, dice 'Territorio Argentino" y tiene una imagen de las Islas. Capaz eso les molestó, pero el que nos denunció no estaba cerca. En cualquier cementerio del mundo donde hay ex combatientes cada uno le rinde homenaje a su manera. Después, en otros lados no sacamos las banderas ni hicimos nada. Fue una estupidez la denuncia que nos hicieron", detalló Luis, que a los 19 años, mientras realizaba el servicio militar, fue enviado a la guerra.
Los argentinos salieron a las 20 de la comisaría y recién el viernes a la tarde la policía les devolvió todo lo secuestrado y les comunicó que quedaban absueltos. "Cuando nos escucharon a todos, los tipos se dieron cuenta que no hubo ningún problema y hasta se pusieron a disposición para hablar con los isleños y explicarles que lo que hicimos fue rendir homenaje a los caídos. Nos dijeron que no íbamos a tener incovenientes en el futuro", contó Luis sobre el desenlace del hecho que le tocó vivir junto a sus compañeros.
Claro que la historia de Escobedo no solo esta atravesada por su experiencia como ex combatiente, ya que también se desempeñó como jugador de fútbol profesional. "Antes de la Guerra hice las Inferiores en Los Andes. Después, cuando volví de Malvinas dejé un tiempo la pelota pero volví y jugué hasta los 40", comentó sobre su carrera.
A lo largo de sus años como jugador profesional, Luis vistió las camisetas del Mil Rayitas, Temperley, Tigre, Dock Sud, Vélez, Belgrano, Colón y hasta se dio el lujo de jugar en Santiago Wanderers de Chile. Actualmente juega para el equipo Senior del Gasolero y la Selección argentina de mayores de 50 años.
Para Luis le es imposible no emocionarse cada vez que pisa las Islas Malvinas y, aunque asegura que esta vez fue su última visita, por lo bajo desliza que ojalá tenga la posibilidad de volver. "Gracias a Dios, hoy casi todas las tumbas tienen nombre y apellido. Eso es muy gratificante. Los cuerpos tienen que quedar ahí porque eso es suelo argentino y siempre se va a reclamar. Nosotros vamos a ir a rendirles homenaje a los que cayeron ahí", concluyó al otro lado del teléfono.
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