Mauro Zárate permaneció en el banco de suplentes durante las dos finales de Copa Libertadores ante River. El delantero siguió de cerca el choque de ida desde los asientos de la Bombonera y unas semanas más tarde la escena se repitió durante el 1-3 en el Santiago Bernabéu de Madrid. Nunca fue opción.
El recuerdo todavía permanece fresco en la cabeza del futbolista: "Hablarlo ya no sirve de mucho. La verdad que duele haber perdido la final, y nada más. Todas las noches me viene un pensamiento hacia esa final que hubiera sido muy linda".
El jugador de 31 años, surgido de Vélez, atraviesa uno de sus mejores momentos con la camiseta de Boca desde el arribo de Gustavo Alfaro. Sin embargo, el dolor por no haber sumado minutos contra el "Millonario" caló hondo: "Ya está. Queda esa bronca, a todos. No tenemos que hablar más del tema. Hay que volver a creer en este ciclo, en este nuevo trabajo; y darle para adelante. Lo que pasó, pasó".
¿Otra final en la Copa contra River? "Que se dé lo que se tenga que dar, yo lo que quiero es llegar a la final otra vez y ojalá levantar esa copa tan deseada", aseguró en la entrevista que le brindó al programa De una, otro buen momento que se emite por Radio La Red.
Con 10 encuentros y 5 goles, es el apellido destacado en el 2019 del "Xeneize" y es uno de los propietarios de la pelota parada junto con Carlos Tevez: "Nos vamos turnando, ya el año pasado lo hacíamos con Cardona. El que se siente mejor en ese momento lo patea. Gustavo, entre comillas, es un fanático de la pelota parada. Trabajamos bastante en la semana".
Ayer abrió el camino del triunfo ante Deportes Tolima con un potente remate de tiro libre que rozó en un rival y descolocó al arquero: "Había visto videos del arquero, siempre miro. No se movía de su palo, pero tiene la barrera más alta del fútbol".
Uno de los detalles de este cambio de actitud en el plantel "Xeneize" se conoció ayer y está relacionado con una charla que hubo puertas adentro luego del empate contra Jorge Wilstermann en el primer partido del certamen internacional.
"Son cosas que quedan en la intimidad, pero se dijeron cosas muy positivas en la cara que es lo que más importa. Todos hablaron, casi todos. Obviamente los más jóvenes no; aportaron al escuchar y entender lo que está pasando. Pero muchos jugadores que no hablaban o no decían las cosas, se soltaron, hablaron y eso ayuda a que el grupo esté más fuerte y unido", reconoció.
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