Solo una vez en la vida: cincuenta maestros del periodismo de tres generaciones se reunirán para honrar a la "Biblia del deporte"

Las emociones trepidaban hasta el esternón.

Muhammad Alí y su tercera esposa Verónica Porsche accedieron a un ascensor exclusivo del hotel Sheraton para alcanzar la suite presidencial que le habíamos reservado en el piso 23.

Tras deslizarse la puerta metálica hasta abrirse y ya sobre la silenciosa alfombra rumbo al descanso, el "más grande de todos los tiempos del boxeo mundial", me exclamó: "Fue una gran noche 'Robinson' (así firmaba mis artículos en la revista), una larga e inolvidable noche".

Luego Muhammad, a quien asistí privilegiadamente durante las 72 horas que estuvo en Buenos Aires, agregó: "Por reuniones como éstas vale la pena viajar doce horas…", en referencia a su travesía sólo para estar presente en la celebración de los '60 años de El Gráfico', merced a una exitosa gestión de nuestro corresponsal en Nueva York, Alberto Oliva.

Los despedí en la puerta de sus aposentos mientras mis compañeros de redacción y otros amigos de diferentes medios disfrutaban de un momento soñado, tan único como mágico. Abajo, en el salón Libertador y ya cerca de la una de la mañana se podían escuchar libremente los diálogos entre Diego Maradona, Elias Figueroa, Teófilo Cubillas (símbolos futbolísticos de Chile y de Perú) o de César Luis Menotti junto a Pelé; Enrique Omar Sívori, Fillol y Rattín. Muy cerca, casi pegado había otro grupo de destacados de la historia como Alcides Gighia, un héroe, nada menos que el autor del gol del triunfo de Uruguay ante Brasil en el Maracaná, en aquel épico Mundial de 1950. En una mesa contigua podía verse a Silvio Marzolini, Quique Wolf y Leopoldo Jacinto Luque o a Nicolino Locche, Carlos Monzón y quien en ese momento era el campeón mundial de peso pesado John Tate.

¿Qué medio deportivo del mundo reuniría hoy para celebrar un aniversario a Roger Federer, Lewis Hamilton, Rafael Nadal, LeBron James, Manu Ginóbili, Floyd Mayweather, Marcos Maidana, Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Usain Bolt, Justin Gatlin, Juan Martin Del Potro y otras cincuenta figuras de la misma trascendencia? Imposible.

Pero la revista "El Gráfico", fundada por el visionario Constancio C. Vigil en 1919 y continuada hasta el 2007 por sus descendientes Don Carlos (su hijo), Constancio C. (su nieto) y Costy (su bisnieto), cumplía 60 años y aquel 30 de mayo de 1979 el mundo del deporte honraba presencialmente al medio que semanalmente reflejaba sus vidas y sus carreras con la "bíblica" liturgia de su indiscutida credibilidad.

No sólo estaban las figuras más célebres de nuestro deporte como la nadadora fundacional del olimpismo Jeannette Campbell o el "Puma" Lucho Gradín; entre los cien deportistas invitados también prestigiaron el festejo emblemáticas figuras sin tiempo como James Cleveland "Jesse" Owens , un maravilloso atleta norteamericano quien al ganar los 100 metros, los 200, los relevos de la posta 4×100 y el salto en largo, obligó a que Adolf Hitler hiciese la venia de pié y aplaudiera al deportista negro y a su Himno Nacional en el repleto estadio Olímpico de Berlín durante los Juegos de 1936.

También nos acompañó el inolvidable corredor italiano de Fórmula Uno Luiggi Villoresi –Ferrari, Alfa Romeo y Lancia- competidor acérrimo de Juan Manuel Fangio –el mejor piloto de todos los tiempos, según un estudio científico de la Universidad de Oxford- quien lo sentó a su mesa para compartir la velada junto a otro grande, José Froilan González, subcampeón mundial de F1 en 1954.

Eran épocas en que los deportistas no sentían que la fiesta fuera pertenencia de un medio, de algo ajeno, si no que ese medio –El Gráfico– era la suma de todos ellos, pues todos ellos eran El Gráfico.

En la edición que reflejó aquel extraordinario evento (3112 del 29 de Mayo de 1979), escribimos insensatamente:

"Cuando El Gráfico cumpla cien años nosotros no estaremos para contar la historia. No se olviden entonces del staff de estos días que también deja el alma en todas las páginas. En ese mismo instante andamos por el mundo cubriendo las noticias, embarcando en aviones que conocen cansancios, angustias y sacrificios para lograr la nota. En cualquier teletipo (*) puede haber diez carillas esperando su turno. En ellas se refleja una forma de vida.

Detrás de Passarella levantando la Copa encontrarán un humilde mensaje para todos. Junto a la tapa de los cuatro campeones mundiales (Martinazzo, Corro, Suñé y Passarella) fíjense que hay un mundo redondo que los mira. Traten de hacer El Gráfico como lo hicimos antes. Mírense en el pasado que es la mejor manera de mirar el futuro…".

(*) Refiere a un aparato con teclado alfabético que en el siglo veinte transmitía velozmente textos por cinta perforada desde un punto de origen a cualquier otro de destino.

No fue así. "El Gráfico" ya no sale y más de cuarenta y cinco periodistas -entre escritores , fotógrafos y diseñadores– tenemos la bendición de poder contar la historia.

Tras el cierre efectivo de la versión en papel, hace 14 meses, una sensación de tristeza invadió el alma de quienes pasamos por su redacción en distintas épocas y generaciones. Y una segunda puñalada fue "justo ahora que vamos a cumplir cien años…". El centenario de "El Gráfico" fue la espina alojada en el riñón. Mientras escribía aquella nota para Infobae hace más de un año pensé que el virtual centenario no podría ni debía pasar inadvertido y así se lo fui transmitiendo a algunos amigos.

Fue así que en coincidencia con ésta idea en octubre del año pasado Orlando Rios, un extraordinario periodista que cubría automovilismo en la revista, además escritor y coaching de deportistas y ejecutivos de empresas -radicado en Madrid- me llamó para impulsar un encuentro entre los periodistas que hicimos "El Gráfico" en los últimos 50 años. Y aportó interesantes ideas para que tal reencuentro no se limitara solo a una cena nostálgica.

Ya hay 45 periodistas -41 escritores , 3 fotógrafos y 1 diseñador- convocados fehacientemente que han recibido la propuesta y otros se irán agregando. Los hay desde la época de Dante Panzeri (1958-1962) ya que Hector Vega Onesime -por entonces pasante y luego director (1976-1982)- y Eduardo Donadío, acaso el mejor comentarista que tuvo el ciclismo, estarán presentes. Y obviamente parte de los staff sucesivos, la mayoría de ellos de creciente vigencia comenzando por un saludable histórico a quien tanto debemos desde siempre: Juan Arcidiácono, el "custodio del tesoro" que resulta ser el archivo de "El Gráfico". Es ese sagrado lugar donde reposan los hechos y sus héroes con sus fotos y sus textos.

El Gráfico a quien vemos como una entrañable parte de nuestra vida, nos preparó profesionalmente para que podamos seguir siendo lo que ya éramos y lo que seguiremos siendo: periodistas.

Allí están los jóvenes aspirantes de entonces sustentando con su talento y vocación la plenitud de sus virtudes. Pueden hacerlo en la televisión como Daniel Arcucci, Diego Fucks, Horacio Pagani, Alejandro Fabbri, Mariano Hamilton o Daniel Dátola, también autor. O se los puede hallar en los principales diarios como columnistas, escritores o editores de enorme responsabilidad como Adrian Maladesky, Gonzalo Abascal, César Litvak, Hugo Suerte, Luis Vinker, Juan José Panno o Eduardo Perimbelli. También actúan en las emisoras radiales como Aldo Proietto, Daniel Galoto, Carlos Irusta, Horacio Del Prado o Carlos Ares. Casi todos ellos son escritores de libros como el talentoso Julio Lagos y en algún caso de poemas o cuentos como los de Carlos Ferreyra o de obras de teatro como las realizadas por Néstor Straimel.

Más sublime aún: "El Grafico" sin que lo pudiéramos imaginar nos fue preparando desde el siglo pasado para poder hacer, tal como les ocurre a la mayoría de los mencionados, todo esto al mismo tiempo: la televisión, la radio, un diario de papel, un libro, una poesía, una biografía, un semanario, la comunicación institucional (Chiqui Rubio en la Superliga, Adolfo Imas en la AFA, entre otras instituciones), un guión, una obra de teatro, un comentario, una columna, un editorial, una prosa, un reportaje, ejercer fuertemente la docencia por sobre todas las cosas y también ingresar a la era digital, a las redes sociales, a las nuevas tecnologías sin dejar de ser nosotros.

El reencuentro será el 30 de mayo en un lugar aún no determinado a las 19 horas. Puesto que habrán de coincidir tres generaciones de verdaderos maestros del periodismo y de la fotografía que en algún momento alternaron o convivieron, lo prioritario será una interacción que nos reidentifique y acerque. Repasar la vida de la redacción, los momentos históricos del deporte que nos tocó cubrir, aquellos protagonistas inolvidables, sus hazañas y nuestras notas. Los nombres de Fangio, los Galvez, Reutemann, Vilas, Clerc, Monzón, Ringo Bonavena, Nicolino, las notas de Osvaldo Ardizzone, los Campeones del 78 y del 86, el "Flaco" Menotti, el "Narigon" Bilardo, Diego Maradona, las notas de Julio Cesar Pasquato ("Juvenal"), el Estudiantes de Zubeldía y la primera revolución táctica del fútbol, "las 84 horas de los Torino en Nürburgring", las notas de Emilio Lafferranderie ("El Veco"), Angelito Labruna, Bochini, Beto Alonso, Rojitas, la Intercontinental del "Racing de José" con el gol del Chango Cardenas, el Toto Lorenzo, el Loco Gatti, las notas de Marcelo Thiery, el try de Pascual cuando Los Pumas le ganaron a Sudáfrica, Harriot Cambiaso y el mejor Polo del Mundo, las inolvidables noches del Luna Park, los Velez y Boca de Bianchi, el Huracán del 73′, las notas de Natalio Gorin , Roberto De Vicenzo, "Los Matadores" de San Lorenzo, las notas de Osvaldo Ricardo Orcasitas ("O.R.O"), impulsor junto a León Najnudel de lo que hoy es la Liga Nacional de Básquetbol, el Chacarita del 69′, el Ferro de Griguol, hasta esta última actualidad reflejada en el papel sobre Brasil 2014, Del Potro, Manu Ginóbili, Maravilla Martinez, el Chino Maidana, Lio Messi. Notas, reportajes, fotos, viajes y anécdotas. Y la evocación y gratitud a nuestros maestros, a los Borocotó, a los Frascara, a los Panzeri, a los Fontanarrosa…

Una redacción no es un templo. Es un lugar de trabajo, de sueños, de proyectos y de ambiciones. A esas personas que pasan más horas trabajando junto a sus compañeros que en sus hogares con sus familias los une el grado de involucramiento y compromiso con el medio en el cual trabajan. Hay unas personas que dirigen y hay otros profesionales dirigidos. Hay mujeres y hay hombres. Hay jóvenes y otros de mayor edad y obviamente los hay de diferentes pensamientos políticos, sociales o filosóficos. Esto genera una mayor o menor empatía que terminará siendo circunstancial pues el tiempo los hará converger hacia las cosas importantes de la vida cuando la vida deja de ser mañana para convertirse en un inexorable hoy.

Cuando nos encontremos habrá entre otras ideas en evaluación, una muestra de aquellas inolvidables fotos de nuestros incomparables compañeros. Y después de un par de horas de íntima tertulia, pasaremos a cenar sin impedir que algo de música y de humor intercale nuestra emoción. Y si alguna esposa, hijo o nieto quisiera participar de ese mundo probablemente narrado durante años, podrá hacerlo a partir de las 23.30, antes del brindis y de la gran foto de familia.

Siempre creímos que El Gráfico sería eterno, indestructible. Pero los nuevos soportes tecnológicos ya sea en medios o a través de aplicaciones fueron generando mercados con diferentes universos; hay una oferta más rápida sobre los acontecimientos deportivos y una dinámica circular sobre la información que precipita el envejecimiento de cualquier gloria o de cualquier drama. Todo muere antes y sus consecuencias residuales se reciclan más rápido.

Sin embargo El Gráfico se ha eternizado en nosotros, los que aprendimos, nos formamos y crecimos en su redacción. Los que viniendo de las maquinas de escribir y teletipos; de las radiofotos y telefotos podemos disfrutar de Internet para llegar en el menor tiempo posible con aquello que resultará invariable: el valor de los contenidos.

El Gráfico somos todos quienes habremos de reencontrarnos voluntaria y espontáneamente el 30 de mayo en algún lugar para celebrar los 100 años que no pudieron ser…

Será grandioso pues hechos como éste se dan solo una vez en la vida: cincuenta maestros del periodismo de tres generaciones que vivieron, escribieron y fotografiaron la historia del deporte argentino, todos juntos para honrar a "la Biblia" que los bendijo, la revista "El Gráfico".

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