Aún con mucha agua por correr debajo del puente, las piezas del rompecabezas ya están sobre la mesa y comienzan a encajar unas con otras en el mapa político de Boca. El club tendrá elecciones a fin de año después de los dos ciclos de Daniel Angelici como presidente y la expectativa pasa por saber el rol que tendrá Juan Román Riquelme en diciembre.
El ídolo xeneize votó por primera vez en la elección de 2015, donde se expresó públicamente en contra del oficialismo. Román introdujo el sobre en la urna y arrastró votos anti Angelici, pero la oposición no logró destronarlo. Jorge Amor Ameal quedó en segundo lugar y José Beraldi, tercero.
A 10 meses de un nuevo acto electoral, Riquelme mantiene una postura conservadora, mientras estudia los posibles escenarios y baraja con qué agrupación ensamblarse. Y los contactos ya se iniciaron.
Después de la dura derrota en la final de la Libertadores con River, los micrófonos apuntaron a la lengua de Román, que fue cauto en sus declaraciones y no disparó contra Angelici y el oficialismo. Más bien se centró en lo futbolístico y eso significó un bálsamo para el actual presidente. Tras sus dichos, se habrían reunido a fines del año pasado y hasta se dijo que el histórico 10 podía llegar a convertirse en manager antes de la confirmación de Nicolás Burdisso, rumor que no llegó a tomar forma.
La interna en el oficialismo también se despertó. Es harto conocido que el apellido Riquelme resulta tentador para cualquier dirigente opositor, como también una debilidad para alguno con cargo actual. Un directivo boquense le aseguró a Infobae que varios de sus pares se contactaron con él y hasta los acusó de "traidores", previendo una hipotética alianza.
Desde el círculo íntimo del ex futbolista deslizaron que tiene pensado postularse como presidente. Y para esto necesitará de un aparato político que lo respalde y tenga como principal cabeza. Dirigentes de uno y otro bando debaten si cuenta con la capacidad necesaria para formar parte de una comisión y tomar decisiones. "Un club no se administra tirando caños, no alcanza con eso", remarcaron desde adentro del club.
En los últimos días, los socios respondieron una encuesta en la que se los consultó por las capacidades de Román como dirigente, además de con qué candidato les gustaría que se presente (Gribaudo, Beraldi, Ameal, Royco Ferrari o Juan Carlos Crespi) y en qué función lo verían mejor: presidente, manager o dirigente del fútbol profesional, más allá de que algunos le notan pasta para ser consejero o para aportar su vasta experiencia en las divisiones inferiores.
Quien hizo ruido en las últimas horas fue Mario Pergolini, quien en una entrevista radial confirmó que se presentará como vice de Ameal, al igual que en 2015. Sin embargo, el periodista aclaró: "A mí me interesa que le vaya bien a Boca, no me interesa tener un puesto". Y le allanó el camino a Riquelme por si desea unirse a la fórmula de Ameal: "Si quiere ir de vice le doy mi lugar, yo tengo muchas variantes para ayudar a Boca desde distintos lugares".
Los otros nombres que figuran en la carrera para sentarse en el sillón azul y oro son Andrés Ibarra (funcionario del gobierno nacional y propuesto por Mauricio Macri), César Martucci (ex secretario general) y el mediático peluquero Fabio Cuggini, el único que oficializó su campaña hasta el momento.
¿Beraldi, Ameal y Crespi son considerados opositores u oficialistas?, fue otra de las preguntas realizadas a los socios. Y llamó la atención que se midiera cuánta aceptación tendría una fórmula compuesta por Christian Gribaudo impulsado por Angelici, y José Beraldi, opositor en 2015.
Dos aspectos independientes a los cuartos oscuros que se montarán en la Bombonera son las elecciones presidenciales nacionales y la suerte deportiva del equipo.
Si Macri consigue la reelección puede ser determinante el apoyo para alguno de los candidatos; si no es reelecto, no habría que descartar que se meta de lleno nuevamente en la política del club, según cuentan desde las entrañas.
Boca perdió terreno el semestre pasado en la lucha por el título de una Superliga, que lo podría ver tricampeón por primera vez en la historia. Batallará por llegar con chances hasta el final del torneo pero, como en todos los años, la obsesión será la Libertadores. Y con la fortuna del equipo en la Copa especularán casi todos los candidatos para subirse al ring político. Con el cambio de calendario, el certamen continental finalizará en noviembre, en vísperas de los comicios. Y la herida abierta por la última final perdida no hace más que condimentar el interés por la ansiada séptima. Ese éxito deportivo mayúsculo antes de su adiós podría acercar al sillón al candidato de Angelici (en principio, Gribaudo). Una nueva frustración podría marcar el fin de una etapa.
A cuatro años de su retiro como futbolista profesional en Argentinos Juniors, Riquelme todavía no disfrutó de su partido despedida en la Bombonera. Angelici prometió poner a disposición el estadio y brindarle todas las comodidades para calzarse por última vez los cortos. "Quiero ver a la gente de Boca, quiero vivir un momento más con los hinchas. No sé si será a mitad de año, en octubre o noviembre, pero de ahí no pasa. Se hace sí o sí", anticipó el 10. Y marcó la cancha.
Desde el seno de la institución, más de uno cree que Román no dará la talla como dirigente. "Passarella fue un gran capitán y mandó a River al descenso, Babington lo mismo en Huracán. No alcanza con tener un nombre rutilante", compararon.
El evento despedida seguramente contará con la concurrencia masiva de los hinchas xeneizes puede actuar como termómetro en la antesala de las elecciones. No cualquiera llena la Bombonera, el ídolo lo sabe. Y si se decide a jugar afuera del campo, puede inclinar la balanza a favor del candidato que más lo seduzca.
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