En el minuto 70 del partido en el que el Barcelona igualó 2-2 con Valencia en el Camp Nou por la liga española el sábado pasado se encendieron las alarmas. Antonio Latorre le entró fuerte a Lionel Messi, que tuvo que ser auxiliado por los médicos a un costado del terreno durante un par de minutos. La contractura en el muslo derecho se hizo evidente, pero igualmente continuó.
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Y la preocupación de Ernesto Valverde no solamente fue por perder en el epílogo de ese encuentro a su capitán y figura, que de hecho marcó los dos tantos de su equipo, sino por la proximidad del primer clásico por las semifinales de Copa del Rey ante el Real Madrid.
La cita será mañana desde las 17 en el estadio del Barça y existen interrogantes en torno a la presencia del astro argentino. Y los mismos persistirán hasta minutos antes del duelo.
Son muchos los elementos que hacen mover la balanza: la relevancia y ascendencia que tiene Messi en el conjunto culé complotan con su deseo de estar presente; el escaso tiempo transcurrido entre la molestia y el clásico le juegan en contra pensando en lo que se le viene al Barcelona (continuidad de liga y octavos de final de la Champions League).
El cuerpo técnico y médico catalán entiende que arriesgar al 10 no sería inteligente, por eso lo tendrán entre algodones hasta antes del choque con el Merengue. Y en el vestuario será el propio Messi el que defina si saltará a la cancha o no.
Hoy después del último entrenamiento se dará a conocer la lista de convocados y es un hecho que el rosarino estará incluido. Recién mañana se sabrá si liderará el ataque del Barça una vez más contra el Real Madrid.
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