La reanudación del fútbol argentino tendrá como iniciativa el cierre permanente de las parrillas improvisadas que suelen verse en las inmediaciones de los estadios. Las largas caminatas hacia las tribunas, acompañadas por los cánticos de los hinchas y el grito de los vendedores promocionando el chori, los sándwiches de bondiola y las hamburguesas, serán parte del pasado, dado que una disposición del Gobierno de la Ciudad no habilitará a los puestos gastronómicos los días de partido.
En el boletín oficial del Ministerio de Ambiente y Espacio Público comunicó sólo había habilitadas 9 parrillas en todo el territorio porteño y la medida tiene como "objetivo regularizar el entorno deportivo y garantizar la seguridad". Por tal motivo, "se suspendieron las inscripciones y el otorgamiento de permisos para la ubicación de puestos de comida durante eventos deportivos", anunció el documento.
Según las hipótesis de las autoridades, la mayoría de las parrillas son manejadas por los barras de los equipos que juegan de local, y los ingresos sirven para financiar a las organizaciones mafiosas.
Otro de los argumentos se basa "en la implementación de estrategias generales respecto de las condiciones de seguridad en el marco de eventos futbolísticos en la Ciudad", aseguraron desde el Gobierno.
Los estadios afectados serán los que se encuentren dentro de la Ciudad, es decir que San Lorenzo, Argentinos, Boca, Huracán, Vélez y River serán los clubes afectados de la Superliga.
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