Los 5 pasos en falso de Guillermo Barros Schelotto que Alfaro no deberá dar en Boca

El flamante entrenador de Boca puede sacar jugo de la última experiencia del mellizo como conductor

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Gustavo Alfaro inició su ciclo como entrenador de Boca en la que considera la cúspide de su trayectoria como profesional. Meticuloso, velará por todos los detalles para que su trabajo rinda frutos en el corto y largo plazo. Y la reciente experiencia de Guillermo Barros Schelotto puede llegar a servirle de mucho.

Los números del mellizo no fueron para nada malos y bordó dos estrellas en los últimos campeonatos locales, aunque la derrota con River en la final de la Libertadores haya empañado un poco sus méritos.

El estilo de juego, los Superclásicos y la Libertadores serán puntos de atención vitales para Alfaro.

1· HALLAR UNA IDEA DE JUEGO DEFINIDA

El punto que generó una crítica generalizada, sobre todo en el último tiempo. El Boca que se consagró campeón en la primera Superliga había mostrado un destacado e interesante volumen de juego. Pero a pesar de conseguir el bicampeonato y arribar a la última instancia de la Libertadores, en el último año le costó mucho encontrar los caminos.

Guillermo no pudo plasmar su idea y, en más de una ocasión, se conformó con una afirmación: "El rival no nos superó". Uno de los grandes desafíos de Gustavo Alfaro será transmitir su idea, convencer a los jugadores y dejarle en claro al hincha a qué juega su equipo, más allá de que guste o no su filosofía futbolística.

2· INCLINAR A FAVOR LA BALANZA EN LOS SUPERCLÁSICOS

A la derrota en la Supercopa Argentina en marzo, le siguieron caídas por la Superliga en septiembre y la más dolorosa de todas: en la final de la Libertadores.

No hay Superclásicos a la vista, teniendo en cuenta que no se organizaron  amistosos de verano y ya se disputó el correspondiente al actual campeonato. Pero sí estará latente la posibilidad de cruzarse en la Copa de la Superliga (certamen que arrancará en abril), en Copa Argentina o nuevamente en la Libertadores.

Seguramente en la segunda mitad de 2019 se vuelvan a ver las caras por el torneo local y allí el Xeneize tendrá la chance de quitarse la espina que está clavada desde Madrid.

3· NO SUPERPOBLAR EL PLANTEL

La abundancia de futbolistas de calidad terminó convirtiéndose, en algún punto, en un problema para Barros Schelotto. La suplencia o no convocatoria de ciertos futbolistas puede llevar a la desunión del grupo. En la recta final de 2018, jugadores como Edwin Cardona (ni siquiera fue al banco en la final contra River), Mauro Zárate, Carlos Tevez y Fernando Gago tuvieron escasos minutos en cancha.

Alfaro ya adelantó que le gusta trabajar con planteles cortos y argumentó su idea: es para que todos los elementos se sientan considerados y haya competencia. Pueden llegar refuerzos, pero en el actual mercado también es probable que se concreten varias salidas.

4· SUPRIMIR LA DEPENDENCIA DE SUS INDIVIDUALIDADES

Si algo bueno tuvo Boca en los últimos tiempos fue el alto nivel de sus figuras. La falta de juego colectivo fue suplida por los grandes rendimientos de futbolistas como Darío Benedetto, Nahitan Nandez, Wilmar Barrios, Ramón Ábila y Carlos Izquierdoz, entre otros.

Las propuestas de Alfaro se caracterizan, generalmente, en lo opuesto: el grupo mata -o al menos convive- con la individualidad. Así lo demostró en Huracán, donde fueron las voluntades en conjunto las que actuaron como base para que sus mejores valores aportaran el salto de calidad. Es un punto que va de la mano con el primero mencionado.

5· GANAR LA COPA LIBERTADORES

El deseo y obsesión de todo el hincha. Alfaro tiene claro que a pesar de que Boca viene de perder la final con River, la vara está muy alta. El Xeneize, bastante relegado en la pelea por la Superliga, fue bicampeón local y contará con la oportunidad de sumar otra estrella en la Supercopa Argentina frente a Rosario Central.

Pero la suerte de su equipo en el certamen continental será clave para definir si su ciclo en la institución es exitoso o no.

El flamante entrenador intentará renovar la confianza y motivación de un plantel golpeado en lo anímico para ir en busca del título que se le niega desde 2007 y alcanzar así la gloria máxima.

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