Guillermo Barros Schelotto no continuará como director técnico de Boca. Tras el primer contacto entre Daniel Angelici, presidente del club, y el propio Mellizo, la Comisión Directiva terminó tomando la decisión de no continuar con las negociaciones en pos de un nuevo vínculo, dado que el actual contrato finaliza el 31 de diciembre. En los próximos días la institución lo informará oficialmente.
Si bien el balance inicial no había sido negativo y hasta se manejó la posibilidad de una renovación, el duro golpe sufrido en la Superfinal ante River resultó determinante. Además, desde el entorno del Mellizo pretendían un año y medio de contrato para continuar, hecho que representaba un problema, dado que hay elecciones a fines de 2019 en el Xeneize y el vínculo hubiese invadido seis meses de la siguiente gestión.
Al mismo tiempo, Guillermo fue tentado para reemplazar a Gerardo Martino en Atlanta United, campeón de la Liga de los Estados Unidos. La MLS no es territorio desconocido para el ex delantero: allí dejó su huella en el Columbus Crew.
La era Barros Schelotto como conductor del plantel profesional tuvo una duración de tres años: ganó dos Superligas. En la Copa Libertadores, la gran obsesión de Boca (la última vuelta olímpica se dio en 2007), llegó a una semifinal (fue eliminado por Independiente del Valle) y a una definición (tropezó ante River en Madrid el último domingo).
La confirmación le abre el grifo a la danza de nombres de posibles reemplazantes en el banco de suplentes de Boca. La lista de aspirantes es extensa: la encabezan Gustavo Alfaro, Antonio Mohamed, Martín Palermo, Gabriel Heinze y José Pekerman, aunque la nómina no termina ahí. Desde Miguel Ángel Russo hasta Sebastián Beccacece sonaron en los pasillos de la Bombonera.
De todas maneras, la Comisión Directiva aguarda por la incorporación de un mánager para acelerar con el nuevo habitante del banco de suplentes. El principal candidato al puesto es Juan Román Riquelme. A Angelici le gustó mucho el tono de sus declaraciones luego de la derrota en la Superfinal y apuntó a incorporarlo a las decisiones relacionadas al fútbol, ya sea al comando de las mismas o como asesor. Detrás del ex 10, aparece Nicolás Burdisso. La idea del presidente es escuchar al mánager tanto para definir el técnico como para analizar los puestos a reforzar.
"Al plantel le dije que me había sentido representado. Apareció el carácter de los jugadores e hinchas. Se los agradecí de corazón porque dieron todo. No hay reproches, nadie se guardó nada", fue una de las últimas frases de Guillermo como técnico de Boca, en la dolorosa noche de Madrid, post final. A esa altura, la persiana de su ciclo bajaba lentamente.
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