La sede fue el palco presidencial del Santiago Bernabéu. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ofició de anfitrión. Allí, en la cena de camaradería volvieron a reunirse anoche Daniel Angelici, presidente de Boca, Rodolfo D'Onofrio, titular de River, y Alejandro Domínguez, máxima autoridad de la Conmebol; en el umbral de la Superfinal de la Copa Libertadores que debió disputarse el 24 de noviembre en el Monumental, pero que por los incidentes con el micro del Xeneize camino hacia el estadio terminó mudándose a España, con las consecuentes heridas en las dirigiencias por la posición de cada uno.
Pues bien, en el encuentro se sentaron uno al lado del otro: de derecha a izquierda, D'Onofrio, Domínguez y Angelici. Además del citado Pérez, se sentaron a la mesa Jorge Brito, vice segundo de River, Christian Gribaudo, vice de Boca, Fernando Marín y Richard Wilmott, empresario argentino amigo del presidente del Merengue. También se hicieron presentes Jorge Valdano y Ramón Díaz. Y Luis Rubiales, presidente de la Federación Española.
"La gran final 2018, cena oficial", reza el menú del exclusivo servicio. Como primer plato, comieron tarten de puerros asados, langostinos a la plancha y crema de Jabugo. Como segundo, solomillo de ternera con gratén de trufa, cebollitas glaseadas, trigueros y salsa de Jabugo o lubina a la plancha con puré de anisados, verduritas salteadas con fondo oscuro de sus espinas tostadas. Y, como postre, mousse de avellanas cobn cookies de chocolate, salsa y helado de mandarina. Todo, regado con vino blanco (Palacio de Bornos -Rueda-) y tinto (Sierra de Cantabria -Rioja-Crianza).
Más allá de que Florentino Pérez intentó suavizar el cima con su cintura política y su perfil de anfitrión, la reunión fue calificada por algunos de los presentes como "súper tensa". Evidentemente, quedaron esquirlas por el traslado de la final a España, que dejó disconformes a Boca, que pretendió quedarse con la Copa en los Tribunales, y a River, porque gran parte de las 66.000 personas que iban a estar en el Monumental no pudieron presenciar el duelo.
Alejandro Domínguez realizó un discurso sobre la importancia de que el partido se juegue en el estadio del Real Madrid, pero el tema sólo fue sobrevolado para evitar mayores chispazos. Los dirigentes sí subrayaron el dinero perdido por lo sucedido. Por ejemplo, la Conmebol le dio a los clubes el dinero equivalente a 40 plazas en avión para poder llevar sus delegaciones a Madrid (alrededor de 400.000 dólares) y tanto Boca como River terminaron invirtiendo el doble. Tampoco hubo certezas respecto de si la Confederación Sudamericana le devolverá el total o parte del dinero de la recaudación del 24/11 al Millonario (150 millones de dólares).
Por otra parte, también hablaron de la diferencia de facturación de Real Madrid (800 millones de euros) y los clubes argentinos (100). Y de la penetración de capitales árabes o chinos en los grandes clubes del mundo.
SEGUÍ LEYENDO: