Juan María Traverso inauguró su museo, muestra sus autos y critica a todos

El gran animador del automovilismo local por décadas, inicia una nueva etapa y expone 16 autos originales. Cree que hay que limitar la tecnología para devolverle espacio a los pilotos

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Traverso en su casa de
Traverso en su casa de Ramallo que a la vez es el museo donde guarda varios de los autos que lo condujeron al triunfo. (Fede Asenjo)

Por Darío Coronel

La palabra de Juan María Traverso siempre da que hablar. Es opinión autorizada con su mochila de gloria de 16 títulos nacionales en el automovilismo (7 de TC 2000, 6 de TC y 3 de Top Race) y es el más laureado en pista en la Argentina. Sólo lo superan Gabriel Raies, con 17 coronas y Federico Villagra con 21 en el Rally Argentino, donde se suman los campeonatos de su clase y los absolutos, que es la clasificación general de todas las divisiones.

Traverso inauguró su museo que tiene centenares de trofeos y 16 autos originales. Muchos de ellos son con los que consiguió sus títulos. Otros con los que logró hazañas como el Renault Fuego con el que ganó en llamas en 1988 en una carrera de TC 2000 en General Roca, Río Negro. También el Renault 18 ganador de su clase en el Rally Mundial en Córdoba hace 30 años. El lugar es un predio de cuatro manzanas y está abierto al público. La gente puede anotarse en el Facebook "El Galpón del Flaco", donde se publican las fechas disponibles y se arman grupos de 50 personas. El valor es de 300 pesos y la recaudación es donada a un centro sanitario local. En todas las visitas está Juan María quien comparte un momento con los fanáticos.

En esta ocasión Traverso recibió a Infobae y además de mostrar sus autos, habló de todo. Fue en su Villa Ramallo, localidad bonaerense ubicada en el kilómetro 218 de la Ruta Nacional Nº 9, a solo siete del nuevo Autódromo de San Nicolás que de forma increíble no lleva el nombre de "Juan María Traverso". Algo tan inentendible como que no haya en nuestro país un circuito que se llame "Carlos Alberto Reutemann"…

Villa Ramallo es su lugar porque afirma que "soy un fanático de acá. Es tranquilo, podés dejar el celular en la mesa que no pasa nada. Cuando voy a Buenos Aires lo hago en el día. Acá todavía la gente respeta al peatón y estando acá es como que vivís más". En su museo, que es también casa, en un clima de tranquilidad, con el canto de los pájaros y con el típico cigarrillo en la mano, Traverso se prestó a un mano a mano donde fiel a su estilo.

-¿De qué se trata "El Galpón del Flaco"?
-Tengo casi todos mis trofeos a lo largo de 35 años de carrera y 16 autos originales. El lugar lo abrimos hace diez días. La idea es compartir un lindo momento con la gente y que ellos puedan ver los autos y sacarse fotos. También comer y tomar algo. A su vez pueden conocer este pueblo que está cerca de Buenos Aires, es tranquilo, piola, con un río espectacular y se puede pasar un buen rato.

-¿Y cómo surgió la idea?
-En 2000 el colegio técnico de Ramallo agarró el primer auto con el que corrí que es un Torino de TC. Estaba en un depósito. Los profesores y alumnos decidieron restaurar el auto y ahí me picó el bichito de querer tener al resto de los coches. Algunos ya los tenía de mi última época como piloto, pero la gran mayoría los tuve que buscar. También la gente me fue pidiendo que quería ver los autos y una vez que reunimos una buena cantidad decidimos crear este espacio.

-¿Cómo fueron apareciendo los coches?
-Los fui buscando. También hubo gente que los tenía o me tiró algún dato y se contactó conmigo, como por ejemplo Emilio Satriano (ex piloto y campeón de TC en 1990) que un día me llamó y me dijo "acá en Chivilcoy hay un auto tuyo debajo de un árbol". Lo fui a buscar y era cierto, estaba cubierto de hojas y era la Nissan 300 del Club Argentino de Pilotos (categoría extinta). También un amigo de Córdoba que era chatarrero que fue a Renault y me avisó que había una cupé Fuego que es la del campeonato de 1993 del TC 2000. Le dije que la compre y la pagó por kilo. Me costó más caro traerlo que lo que él pagó por el auto ya que era calificado como "chatarra"…

El Torino con el que
El Torino con el que debutó en 1971 en Turismo Carretera, con el cual logró su primer triunfo en la ciudad de 25 de Mayo, el 29/10/72. (Fede Asenjo)

-¿Tiene idea de lo que gastó para armar la colección?
-No sé, es muy difícil. Hay autos que me los regalaron y el costo que tuve fue el de la restauración que como arranqué hace 18 años los precios fueron cambiando mucho. Igual esto es mi historia y eso no tiene precio.

-¿Qué auto le falta o le gustaría tener?
-Me hubiese gustado alguno de los Falcon del equipo oficial Ford de TC. Gané dos títulos con ellos (1977 y 1978), pero no pude recuperar ninguno porque la fábrica los mandaba a destruir cuando terminaba la temporada.

Traverso se retiró en 2005, pero sigue involucrado en la actividad. Es el presidente de la Asociación Argentina de Volantes, entidad creada en 1931 y que les da cobertura médica a 25.000 pilotos de 330 categorías nacionales y zonales. En el Autódromo de Buenos Aires inauguraron en 2017 un centro de alto rendimiento que costó 750.000 dólares y está disponible para los corredores y cualquier deportista.

El Flaco suele estar en varias carreras y habló del automovilismo nacional, que hoy no pasa por su mejor momento, en medio de una grieta con dos fiscalizadoras, el Automóvil Club Argentino (ACA) y la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC). A este panorama se suma una lucha de intereses entre las categorías más importantes que se televisan por pantallas diferentes, Canal 13 y la Televisión Pública.

-Hoy correr un TC cuesta un millón de pesos por carrera ¿qué piensa?
-Es una locura. Pero la mitad de esa guita se va en cosas que a la gente no le gusta que es toda la tecnología que cuesta una fortuna.

-¿Le gustaría ser presidente de la ACTC?
-No porque no sirvo para ser conducir. Si me sumé en algún momento fue para dar una mano e intentar ayudar. En el TC 2000 (hoy Súper TC 2000) en cambio estábamos todos a cargo porque en mi época la categoría la manejábamos los pilotos.

-¿Está bien que la ACTC diga quién corre o no en el TC?
-Eso lo debería definir el ACA ¿qué argumentos tienen para dejar o no correr a alguien en su categoría?, ¿cómo puede ser que un piloto que corre acá no puede hacerlo allá? No estoy de acuerdo.

El BMW Serie 3 de
El BMW Serie 3 de Top Race de 2003 con el que logró su último título. Detrás es el Peugeot 405, campeón de TC 2000 en 1995. (Fede Asenjo)

-¿Cómo se soluciona la grieta que hay en el automovilismo nacional?
-Muy fácil: junto a los dirigentes de las cuatro categorías nacionales más importantes y que hablen para solucionar el tema. Si no lo pueden arreglar es porque no tienen capacidad ni inteligencia, por lo cual habría que cambiarlos por otros.

-Hace poco probó un auto de Súper TC 2000 ¿cuáles fueron sus sensaciones?
-Es un auto más fácil que los últimos que conduje en mi época de piloto. Es un coche que hasta asume errores del piloto, es decir, uno se puede equivocar y el auto se la banca. Es perfecto.

-¿Por qué el automovilismo perdió adeptos?
-El fanático del automovilismo quiere ver al piloto y al auto. Pero hoy la gente ve solo al coche, que en su techo de perfección en una puesta a punto, podés cambiar de piloto, pero el auto ganará igual. El público no le gusta eso porque en realidad quiere ver al piloto.

-¿Qué incidencia o porcentaje tiene hoy un piloto?
-Un diez por ciento. Es así porque como dije, manda el auto, que hoy es el 90 por ciento. Eso pasa en las categorías más importantes de la Argentina y en la Fórmula 1. Hoy gana el auto y el corredor es solo una parte. El piloto tiene que equivocarse mucho para que el auto no gane.

-¿Y qué debería cambiarse para que el automovilismo sea más "humano"?
-Volvería a que el auto no tenga toda la tecnología que elimina al piloto. Es decir, la tecnología de seguridad por supuesto se mantiene, pero la que quita protagonismo al piloto, la saco: por ejemplo, quitar cargas aerodinámicas y poner una goma más chica. No quiero que los pilotos se maten, sino que se caguen, que esté el factor sorpresa y vuelva a haber buenas carreras. Hoy un piloto se baja peinadito, tan prolijo como se subió. Ahora hay un sistema tecnológico que lo único que le falta al coche es que se baje el corredor y ande solo.

Renault Fuego campeón en 1988
Renault Fuego campeón en 1988 de TC 2000. Con este auto ganó en llamas en General Roca, Río Negro. (Fede Asenjo)

-¿El mal uso de la tecnología va a matar el automovilismo?
– Hay muchos deportes que tienden a eliminar al público y los dirigentes, sean del fútbol o el automovilismo, no se dan cuenta de que la gente que está en la tribuna sabe igual o más que ellos. Entonces a la gente quiere ver al piloto que se equivoca y al que sabe. La tecnología exagerada en cualquier deporte juega en contra y eso no le gusta al público. Otro caso que puedo mencionar es el fútbol: para mí son 23 los que juegan y el árbitro interviene. Si yo estoy mirando un partido, no me banco que el tipo se vaya a mirar un monitor y mediante el VAR decida si se equivocó o no. Así como se equivoca un jugador, también lo puede hacer un juez.

-¿Pero por más que sea para buscar justicia no está de acuerdo con el VAR?
-Si una pelota entró o no, es parte del fútbol. Lo mismo pasa con las maniobras del automovilismo que antes eran discutibles, ahora no lo son porque los comisarios deportivos tienen un montón de cámaras para analizar qué piloto es responsable de un toque.

-¿Entonces está en contra de las cámaras a bordo?
-Te doy un ejemplo: si hoy yo volviera a correr, leo el reglamento deportivo del ACA y si no dice nada de que debo llevar cámaras, las saco. Y si viene un comisario deportivo a decirme "hay que dejarlas por la televisión", le respondo "a mí me importa tres pepinos". En mi última época a la cámara de Carburando la tapaba con una calco enorme (risas).

-¿Está de acuerdo con los simuladores para la formación de pilotos?
-Para mí es un complemento. Un piloto debe tener la pasión y habilidad que vino consigo. No me gusta que fabriquen corredores en un simulador. Sí sirve para que uno mejore o también es una buena herramienta para conocer circuitos, pero también es relativo. Si vos te subís al simulador y practicás en el autódromo de General Roca, es posible que cuando vayas al verdadero estés en la milésima, perfecto, pero si tenés una pérdida de aceite y el auto se te prende fuego, no sabés qué hacer y te bajás. Yo gané con el auto en llamas y supe qué hacer. A Nico Rosberg cada cosa que le aparecía que no estaba en el simulador, se pegaba. Y ganó un campeonato de F-1 de pedo y ahí el padre (Keke Rosberg, ex piloto y también campeón de F-1) lo agarró y le dijo "vamos para casa".

Peugeot 405, con el cual
Peugeot 405, con el cual salió campeón de TC 2000 en 1995. Con este auto ganó su último título en esa categoría. (Fede Asenjo)

En 1979, Traverso estuvo en las puertas de la F-1. Corrió esa temporada en la Fórmula 2 Europea que era la antesala a la máxima categoría. Pero por problemas económicos priorizó darle una mano a su padre, Juan Cruz, que era ingeniero agrónomo, el mismo que lo echó de su casa cuando se enteró que quería ser piloto. Sin embargo, él fue el alma del museo ya que reunió recortes periodísticos y le guardó todos los trofeos de su hijo.

-¿Qué le parece la F-1 de hoy?
-Mejoró un poco porque le sacaron tecnología. Volvieron a correr en algunos circuitos donde se ve la habilidad del piloto. Es lo que la gente quiere ver.

-¿Por qué hace 17 años que no hay un argentino en la F-1?
-Porque a la categoría no le interesa tener un argentino porque no le es negocio. Como los corredores se fabrican dicen "necesitamos un ruso o un mexicano", y aparece un ruso o un mexicano.

-¿Fue una frustración no haber llegado a la F-1?
-No. Sí que putee toda la vida porque tenía un contrato con Bernie Ecclestone (en ese momento dueño de Brabham), probé el auto de Niki Lauda, anduve muy bien y cuando vine a la Argentina a fines de 1979 el país estaba explotado, todo destruido y debía elegir. Opté por quedarme con mi viejo y salir adelante de los despelotes económicos que él tenía. Cuando superamos esos problemas yo ya era viejo para la F-1 y estaba consolidado acá.

-¿Por qué Reutemann no fue campeón?
-Porque lo mandaron para atrás y él se equivocó ya que firmó un contrato para ser segundo piloto detrás de Alan Jones. Cuando no obedeció, ganó en Brasil (1981) y luego su equipo (Williams) lo castigó.

-¿A Lole no se lo reconoce como debería?
-Sí, pasa eso, pero tiene que ver con su forma de ser que le costaba brindarse con el público. De hecho está desaparecido del ambiente. Yo admito que de alguna forma él no me gustaba, pero cuando tuve que correr en el circuito largo de Nürburgring (22 KM), que es el más peligroso que conocí, yo me despisté y no me maté porque fue en el único lugar que había un poco de leca. Ahí lo aprendí a respetar a Reutemann porque él había ganado allí en 1975 y con lluvia.

Ford Falcon con el cual
Ford Falcon con el cual obtuvo el campeonato de 1999 en el TC. Fue su último título en la categoría.(Fede Asenjo)

El Flaco, que el próximo 28 de diciembre cumplirá 68 años, admite que le sigue temiendo a los ascensores porque es claustrofóbico. Guarda nostalgia de sus inicios en el automovilismo en 1971. Fue poco tiempo después de haber trabajado como remisero. "Se ganaba bien y recuerdo haber llevado varias veces a Mirtha Legrand a su programa. Años más tarde me lo recordó", comentó. Cuando se sentó en la mesa de la "Chiqui" ya era un consagrado.

¿Un piloto de hoy podría correr un GP de la Montaña o en Tandil, como el TC de su época?
-Sí, nada más que tendría que borrar todo lo que tiene en la cabeza para descubrir y adaptarse a algo totalmente diferente. Claro que no abundan los que son especialistas en autos de fórmula (coches sin techo) y que también pueden correr en rally.

-¿Por qué el público en general sabe quién es Traverso o Tito Bessone y no conoce a los pilotos top del presente?
-Es que un Bessone, Yoyo Maldonado, Cocho López y yo nos mostrábamos. Yo fui ocho veces a comer con Mirtha Legrand porque me invitaban y hoy un piloto debe pagar para ir a ese programa. Los pilotos actuales están cerrados en el ámbito del automovilismo y no salen de ahí. Hoy el automovilismo lo sigue sólo el fanático. Antes el asado se comía cuando se bajaba la bandera de cuadros y la carrera la miraba toda la familia, hoy eso no pasa.

-En 1992, en la definición del título de TC 2000, le pidió al ACA que no suspendan a Bessone porque lo había tocado ¿hoy pasaría eso entre colegas?
-En ese momento había muchas presiones y Bessone entró a boxes por un problema en el auto. Si él era campeón, Ford duplicaba la venta de la Sierra. Pero estaba perdiendo el título y lo obligaron a volver a pista para que me saque de carrera. Por lo cual fuimos con Maldonado, Cocho López y otros colegas a pedir que no lo suspendan a Tito porque correr era su medio de vida y él en realidad no había sido responsable. Tuvo que obedecer. Sí le dieron una multa económica. Hoy un piloto no le va a pedir a las autoridades que no suspendan a un colega que lo tocó y menos en una definición de campeonato.

Traverso cree que “hoy se
Traverso cree que “hoy se fabrica un piloto mudo” y no le gusta que se crucen por Twitter, prefiere los cara a cara. (Fede Asenjo)

-¿Qué siente cuando ve que dos pilotos se critican por Twitter?
-No me gusta. Si yo tengo un problema con vos, te lo digo en la cara y listo. Hoy este automovilismo fabrica un piloto mudo, que no puede hablar salvo estupideces y no puede declarar en contra de nada. Esto a la gente tampoco le gusta.

-¿Fue cierto lo del "quién carajo es Nora Vega"?
-(Risas). Sabía perfectamente quién era Noga Vega y de sus logros como patinadora. Pero lo que no me gustó de los Premios Olimpia es que mezclaran a los deportistas profesionales con los amateurs. Ella ese año (1995) había ganado varias medallas en los Juegos Panamericanos (Mar del Plata). Pero yo gané los títulos de TC y TC 2000 en una misma temporada, algo que nadie pudo igualar aún y pienso que merecía el Olimpia de Oro. Por eso a modo de chiste pregunté ¿quién carajo es Nora Vega? Pero fue sin querer faltarle el respeto a ella. Sí le perdí el respeto a ése premio y nunca más fui a una entrega. El último que gané me lo mandaron a mi casa. Pero tan errado no estaba, cuando conocí la casa de Héctor Gradassi (cuatro veces campeón de TC) él usaba los dos Olimpia que ganó como antena para su televisor (risas).

-Si tuviera que elegir una época ¿con cuál se queda: la que empezó a correr o la que se retiró?
-La que empecé, porque no tenía todo lo que estoy criticando. Lo bueno del automovilismo anterior no lo rescató el actual. Pero tampoco es que todo estaba bien en mis comienzos. A mí no me gustaba despedirme de mis viejos de forma efusiva porque sabía que me iba a correr y tal vez no los veía más. Era peligroso, en un Gran Premio de TC había un 50 por ciento de probabilidades de que te mataras.

-¿Un rival en su carrera?
-Luis Rubén Di Palma. Porque nos encontrábamos en distintas categorías y nos divertíamos con las maniobras en la pista. Terminamos siendo muy amigos.

¿Le quedó algo pendiente en su carrera?
-No porque cuando corría lo daba todo y en el momento del cartel de última vuelta empezaba a putear. Hoy un piloto no disfruta arriba de un auto y espera que la carrera se termine cuanto antes. Hasta corrí de más, tal vez los últimos dos años los sufrí un poco porque sabía que no me quedaba mucho. Solo que seguí un poco más de la cuenta para que me quedara claro que ya no tenía más nada para dar.

-¿Qué se siente ser uno de los mejores pilotos argentinos de la historia?
-Está bueno y soy consciente de ello porque la gente me lo demuestra. Lo disfruto y lo comparto con este lugar. Pero nunca me aproveché de nada. Tampoco me sentí superior a otro piloto colega porque eso es un grave error.

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