Oscar Ruggeri conoce al detalle el escenario de la Superfinal de la Copa Libertadores, el mítico estadio Santiago Bernabéu, hogar del Real Madrid. Tan minucioso es su conocimiento que supo utilizar el campo de juego de solarium. El Cabezón con éxito lució la casaca de la Casa Blanca en la temporada 89/90, hasta que al regreso del Mundial de Italia entró en conflicto con el club. "Tenía un problema en el pubis cuando volví, me tenía que operar", prologó el ex defensor en diálogo con Alejandro Fantino por radio La Red. Y el técnico John Toshack, entonces, comenzó a sugerirle la salida para usar su cupo de extranjero. "Le dije que quería jugar, que no me operaba y me recuperaba. Y empezamos a negociar, quería el pase libre y los cuatro años de contrato; ellos me daban uno. Entonces me ponía el short, me ponía en mitad de cancha y tomaba sol mientras hacían fútbol. Te la cuentan los españoles. Yo lo peleaba a Toshack porque decía: 'Si lo peleo a él, va a presionar', contó Ruggeri.
Pues bien, en su condición de comentarista, Ruggeri fue consultado por la mudanza del Superclásico entre River y Boca a una sede que le es familiar. "Me llamó el presidente (por Florentino Pérez, titular del Madrid) para ir, me ama el tipo, no sé por qué. ¿Vos entendés que si yo estaba con este petiso me hacía millonario mal, mal, mal?", comentó, con su particular tono.
"Hoy hablé con Fernando Hierro, con el Buitre (por Butragueño), con Manolo Sanchís. Butragueño, para que tengan idea, íbamos a jugar con el Barcelona y lo aplaudían. El año que me tocó estar, él y Hugo Sánchez la rompieron. Y el Bernabéu… ¡Qué cancha de mierda!", apuntó, con ironía. "Si Guillermo pone a ese chico, Almendra, cuando salga y empiece a mirar para arriba, va a tardar un rato en darse cuenta que va a jugar contra River. Mirás para arriba y la cancha no termina más. Si vos encontrás un pasto distinto, yo te doy lo que quieras. Si hay un yuyito medio amarillito, te doy lo que quieras. Vas a ver cómo va a rodar la pelota, va a estar rápida", continuó con su descripción.
En medio de la charla distendida, Ruggeri dejó dos "denuncias". Una, relativa al Real Madrid. "¿Vos te creés que el petiso -una vez más, por Florentino Pérez- ofreció el estadio porque es muy bueno? No es ningún boludo, es un crack. Juega a la mancha con los aviones de Trump", dijo el ex zaguero, subrayando que detrás de trasladar la Superfinal al Bernabéu hubo una intención por parte del Merengue de observar de cerca a los potenciales rivales en la definición del Mundial de Clubes.
La otra denuncia fue relativa a Gallardo. ¿Los clásicos se ganan en los detalles? Pues bien… "¿Los alcanzapelotas los pone el Real Madrid? Son de Solari. Listo, Gallardo ya lo habló. Yo, Gallardo, ya estoy hablando y lo concentro a Solari conmigo. Estoy comiendo con Solari a cada rato, poneme a los pibes. No viste que Gallardo en cancha de River tiene a los pibes que te tiran rápido la pelota si no va ganando", señaló.
Y amplió su teoría sobre la estrategia secreta del Muñeco, la cual abordó desde un punto de vista elogioso. "Fijate, a los rivales le tiran la pelota en el suelo, al de River se la dan en la mano para salir rápido, no te demora. Es que en un saque lateral, sabés cómo te duermen. En la Copa América del 93, con Simeone y Batistuta ganamos una Copa América con un lateral", subrayó la importancia del detalle. Santiago Solari, ex River y conductor del Real Madrid, ¿le transferirá los refuerzos-alcanzapelotas a Gallardo como asegura Ruggeri?
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