En abril de 2017, Carlitos Balá había sido homenajeado en la Legislatura porteña como Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La Comisión Directiva del Funebrero, en ese entonces, se apresuró a llevar una camiseta y unirse al tributo. Pero la sensación que había quedado era que faltaba algo más, propio de la institución, y que eso debía ser en vida.
Poco a poco comenzó a gestarse la idea de concretar ese "algo más". Pablo Picarelli, simpatizante del Tricolor y que tiene como ídolo a Carlitos, fue el impulsor que propuso pintar un mural. En un principio no se le dio mucho interés, pero siguió insistiendo y la iniciativa comenzó a cobrar fuerzas y se fueron sumando voluntarios para hacer realidad ese pequeño sueño.
Tras algunos meses de idas y vueltas, este miércoles al mediodía se terminó de pintar la pared de la calle Matheu, lindero con los accesos a las plateas del estadio. Y como si fuera poco, se concretó la segunda ilusión: que el propio Balá se hiciera presente en el estadio (nunca había ido) para la inauguración del homenaje.
Junto con su cara, el agasajo tiene una de las frases más simbólicas: "¿Qué gusto tiene la sal?". Luego del acto, el artista se sacó fotos, ingresó al campo de juego y recibió el carnet de Socio Honorario del club, ante la presencia de su familia, Toti Ciliberto (también hincha de Chacarita), simpatizantes y dirigentes.
Si bien no quiso hacer ninguna declaración pública, aceptó filmarse en un video casero en el que invitó a hacerse socio del club, y comentó con los presentes: "Chacarita es mi vida. Gracias a los que realizaron este mural, es maravilloso, y gracias a la gente del club. Estoy muy emocionado".
Luego de este evento, desde la institución ya dejaron en claro que, ante la gran aceptación que tuvo la idea, comenzarán a diagramar próximos murales para seguir homenajeando tanto a personalidades como a equipos que quedaron en la historia.
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