Muchos se sorprenderán. Pero el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, el hombre que este martes tiene que resolver qué sucederá con la Superfinal entre River y Boca, tiene un vínculo estrecho y desconocido con el equipo xeneize.
La historia es así. El padre del presidente de la Conmebol, Osvaldo Domínguez Dibb, fue presidente del Club Olimpia de Paraguay durante dos períodos: 1974-1990 y 1995-2004. A lo largo de esos años, Domínguez se hizo íntimo amigo de Alberto J. Armando y su mujer, María Mercedes. De hecho, los Domínguez fueron nada más ni nada menos que padrinos del casamiento de Alberto J. Armando y María Mercedes.
Alberto J. Armando, todos los hinchas de Boca lo saben, fue presidente del club de la Ribera durante más de 20 años. Primero entre 1954 y 1955 y después entre 1960 y 1980. Fueron años de gloria para Boca, en los que obtuvo dos Copas Libertadores y una Copa Intercontinental. Su historia quedó ligada a Boca para siempre y la mítica Bombonera lleva su nombre.
La relación entre ambas familias dio varias pruebas de amistad. El ex presidente de Boca fue padrino de bautismo del hermano menor de Alejandro, Emilio Domínguez.
La relación entre los Domínguez y una de las familias más emblemáticas de Boca se mantuvo a lo largo de los años. Tanto es así que en 2002, María Mercedes visitó al padre de Alejandro Domínguez en ocasión de su cumpleaños. Los Domínguez no olvidarán nunca ese año: Olimpia de Paraguay obtuvo su tercera copa Libertadores.
Los hijos de otro de los hermanos de Alejandro Domínguez, Julio Osvaldo, visitaron la Bombonera y lucieron las camisetas de Boca que les había enviado de regalo el actual presidente del club, Daniel Angelici.
A los estrechos vínculos que mantienen los Domínguez con dirigentes de Boca hay que sumarle la amistad del actual presidente de la Conmebol con Mauricio Macri, ahora presidente de la Nación pero durante 12 años presidente de Boca.
La relación de los Domínguez con Boca no impidió que la hermana de Alejandro se casara con Vicente Scavone, fanático de River de Paraguay y, en consecuencia, del River Plate argentino. Por eso se vio a toda la familia el sábado en el Monumental.
El presidente de la Conmebol deberá abstraerse de parte de su historia este martes cuando reciba a los presidentes de River y Boca para tratar de llegar a un acuerdo de cara a la Superfinal de la Copa Libertadores.
En una carta que fue publicada por el organismo, el dirigente aseguró que lo que debía ser una fiesta "terminó siendo un día que debe llenarnos de tristeza y vergüenza a todos". Y afirmó: "El fútbol lo ganan los jugadores en la cancha"
En el escrito, se deja ver la intención de Domínguez con respecto al desenlace: "En la Conmebol que presido, el fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha. Y más en Sudamérica con la calidad de nuestros futbolistas".
Boca presentó un informe sobre los incidentes que dejó a varios jugadores heridos y pidió que se le dé el partido por ganado. Mientras que River, cuya dirigencia ya está en Paraguay, pretende que el cotejo se dispute con público en el Monumental. Esta situación debería definirse este martes en la sede del organismo, en Luque, Paraguay.