Una de las tantas aristas de la vergonzante postergación de la Superfinal de la Copa Libertadores que debían definir River y Boca fue la situación médica de Pablo Pérez, uno de los futbolistas más afectados por el ataque de hinchas del Millonario al micro que trasladaba al plantel xeneize.
El mediocampista, afectado en su visión del ojo izquierdo tras la rotura de los cristales del vehículo y el ingreso del gas arrojado por la policía, fue atendido en el Hospital Otamendi y uno de los que firmó el informe de su revisión, documento que avaló su impedimento para jugar, es Heriberto Marotta, quien trabaja en el mencionado nosocomio pero también es jefe del Departamento Médico del club de la Ribera e integrante de la CD encabezada por Daniel Angelici, por lo que hoy se pone en duda su objetividad para tomar parte en el informe médico del jugador.
Marotta aparece como vocal suplente en la lista oficial de la dirigencia que gobierna a Boca desde 2011 y, si bien no fue él quien atendió a Pablo Pérez en el Otamendi, (el médico que lo hizo fue Alejandro Weremczuk, quien se reconoció hincha de River), avaló con su firma el informe que oficializó la revisión.
El dato acrecienta las sospechas en el mundo River si se tiene en cuenta que el sábado la Conmebol aseguró a través de un escrito oficial que los jugadores afectados por los incidentes no pudieron ser revisados por sus médicos.
En mayo de 2018, Boca publicó en su sitio oficial el reconocimiento que Marotta recibió por parte de la Legislatura Porteña como Personalidad Destacada de la Ciudad en el ámbito de las Ciencias Médicas.
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