Es el único futbolista del plantel de River al que los hinchas le dedicaron una canción con más de dos estrofas. "El Pity Martínez, que loco que está (bis), se los c… a los bosteros, se los c… de verdad", comenzaron a cantar la tarde del 23 de septiembre de este año, después del 2 a 0 ante Boca en la Bombonera por la actual Superliga. Considerado por Marcelo Gallardo como el futbolista más desequilibrante que tiene en su plantel, el mendocino dejó atrás los cuestionamientos a los que lo sometían muchos hinchas y se volvió un indiscutido para todos en River. Y ahora, el sábado ante Boca en el Monumental, irá por la gloria máxima en la final de la Libertadores, tras un recorrido lleno de episodios importantes con la camiseta de la banda roja.
Casi como un designio de lo que le tocaría más adelante, el debut de Pity en River fue nada menos que en una final: el 4 de febrero de 2015, ingresó a los 16 minutos del segundo tiempo por Rodrigo Mora en el choque de ida de la Recopa Sudamericana que su equipo le ganó 1 a 0 a San Lorenzo en el Monumental, con un gol de Carlos Sánchez. A la semana siguiente dio la primera de sus siete vueltas olímpicas en River: su equipo volvió a imponerse 1 a 0, con otro gol del uruguayo Sánchez, y festejó en el Nuevo Gasómetro.
Desde entonces, Martínez se fue ganando de a poco un lugar cada vez más grande en la consideración de Gallardo, quien siempre lo respaldó con mucha convicción, incluso cuando los murmullos de descontento de muchos hinchas perturbaban al Pity. El Muñeco siempre le vio pasta de jugador distinto, de talentoso hecho para triunfar en River. Consciente de que el técnico lo sostenía de un modo casi paternal, Martínez nunca dejó de intentar con su juego y su estilo, incluso en los momentos en los que solía tomar malas decisiones en el último tramo de la cancha. Y de a poco se volvió esencial en muchas de las grandes conquistas del River de Gallardo.
El Pity fue determinante en varios partidos clave, de esos que quedan en los libros. Por caso, el 7 de mayo de 2015, en el Monumental, Leandro Marín le cometió el penal que Carlos Sánchez transformó en gol para el 1 a 0 sobre Boca en el choque de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores. Una semana después, en la Bombonera, River se clasificó a los cuartos de final de esa Copa que luego ganó: tuvo lugar el tristemente célebre episodio del gas pimienta.
Martínez también despejó el camino para que River ganara la Recopa 2016 ante Independiente Santa Fe de Bogotá: tras el 0 a 0 en Colombia, en la revancha en el Monumental gambeteó a un rival, desbordó y mandó el centro que Sebastián Driussi empujó al gol para el 1 a 0 parcial (fue victoria 2 a 1).
Determinante en los Superclásicos, Boca lo padeció –y mucho- en partidos oficiales y también en amistosos. Anotó de penal el primer gol en el 2 a 0 con el que River ganó la Supercopa Argentina, el 14 de marzo de este año en Mendoza. Esa misma noche le dio a Ignacio Scocco la asistencia para el segundo gol de su equipo. Y en la Bombonera convirtió en los últimos dos triunfos de River por la Superliga: en el 3 a 1 del año pasado y en el 2 a 0 del último mes de septiembre, ambos con zurdazos de volea que fueron muy parecidos. En 2015, en un amistoso de verano en Mendoza, Sebastián Palacios lo derribó a él y Rodrigo Mora puso el 1 a 0 de penal para el triunfo de River. Un año más tarde, en Mar del Plata, un penal anotado por Sebastián Driussi sobrevino gracias a una mano de Juan Insaurralde tras una entrada en velocidad del propio Pity, quien no logró controlar la pelota pero así y todo generó la acción que desembocó en la victoria de su equipo.
"A Pity pueden salirle mal dos o tres jugadas, pero nunca deja de pedir la pelota. Es de esos jugadores que tienen mucha personalidad", afirma Gallardo, quien es posible que el sábado, en la gran final de la Copa Libertadores ante Boca, lo adelante unos metros para que juegue más cerca que de costumbre de Lucas Pratto. Ocurre que las ausencias del suspendido Rafael Borré y del lesionado Scocco le complicaron los planes al técnico, que preferiría guardar al uruguayo Rodrigo Mora para el segundo tiempo pues no se encuentra en su plenitud física ni futbolística.
Desde que llegó a River desde Huracán en enero de 2015 por 40.000.000 de pesos, Martínez ganó siete títulos: las Recopas de 2015 y 2016, la Libertadores 2015, la Suruga Bank 2015, las Copa Argentina de 2016 y 2017, y la Supercopa Argentina 2018. Su futuro está en Atlanta United, de la Major League Soccer de Estados Unidos: ya tiene firmado un precontrato con el equipo que hoy conduce Gerardo Martino. Antes de irse de River, el Pity quiere más gloria: la final de la Libertadores está a la vuelta de la esquina y también existe la chance de que pueda ganar el tricampeonato de la Copa Argentina (el miércoles jugará la semifinal ante Gimnasia y Esgrima La Plata en Mar del Plata) y hasta el Mundial de Clubes en caso de que le ganen a Boca y el mes próximo vayan a la competencia que se jugará en Emiratos Árabes.
Debutó en una final y después no faltó a ninguna de las que jugó este River multicampeón de Gallardo. El Pity Martínez parece tener un imán con los partidos importantes. Y las esperanzas de River para el sábado le tienen reservado un lugar de importancia en el corazón de los hinchas.