La designación de Scaloni es una ofensa a la Selección Nacional

El presidente de la AFA recurrirá al técnico que debutó este año. La selección nacional no es la prioridad uno, como era tradición

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Ante la falta de opciones, Scaloni es la solución para el presidente de la AFA. aunque no tenga antecedentes de dirigir en alguna división.
Ante la falta de opciones, Scaloni es la solución para el presidente de la AFA. aunque no tenga antecedentes de dirigir en alguna división.

En unos días más, Claudio Tapia, presidente de la AFA, hará público una idea que pergeñó después de prescindir de Jorge Sampaoli: poner al frente de la selección argentina de fútbol al técnico diletante Lionel Scaloni.

Esta decisión demuestra varias cosas:

1.- Tapia continua valiéndose de la no verdad para transformarla en una realidad sostenida "in pectore";

2.- No es cierto que la AFA hubiera realizado gestiones para contratar a un digno sucesor de César Luis Menotti, Carlos Bilardo, Alfio Basile, José Pekerman, Marcelo Bielsa, Alejandro Sabella, Diego Maradona o Gerardo Martino, entre otros;

3.- Nunca un dirigente de la AFA tomó contacto fehaciente con ninguno de los nombres que Tapia se arriesgó a mencionar en varias oportunidades frente a los diversos medios. No hubo ninguna aproximación con Pep Guardiola, Gerardo Martino, Mauricio Pocchettino, Diego Simeone o Marcelo Gallardo;

4.- Desde que terminó el Mundial de Rusia 2018, Tapia sabía que el único director técnico a quien podría imponerle ideas, sugerencias o recomendaciones era a su "fiel servidor" Lionel Scaloni.

Probablemente, el presidente de la AFA tenía conocimiento de cómo Scaloni había llegado al cuerpo técnico de Sampaoli, de cómo se comportó Scaloni con él durante las crisis de Barcelona y Kazán y ponderó la decisión del técnico de darle la espalda a quien lo había incorporado a su equipo para seguir siendo un fiel "soldado del presidente".

Vale la pena contar la historia y es la siguiente:

Una noche fría de mayo de 2016, cerca de las 2 de la mañana, se apareció en un lugar del centro de Casilda un vecino de Pujato, un pequeño pueblo distante 13 kilómetros de ese lugar donde el fútbol dominaba la sobremesa.

El señor pidió hablar con Sampaoli, el invitado central del asado, y este le dijo que lo que tenía que decir lo dijera delante de todos.

– Jorge -le dijo el visitante en un tono cordial pero enérgico- mi hijo te va a ser muy útil en el cuerpo técnico del Sevilla, él todavía no empezó pero tiene unas condiciones extraordinarias como persona, como profesional y como futuro director técnico.

– Bueno, amigo, para los padres todos los hijos son fenómenos, pero después hay que verlo, hay que verlo en el campo trabajando; de todad maneras -finalizó Sampaoli- lo voy a tener muy en cuenta una vez que llegue a Sevilla y empecemos el diseño sobre el trabajo que nos espera.

– No te vas a arrepentir, Jorge, cualquier cosita ¿viste?: como espía, para ver videos, para recuperarte a algún jugador, para ayudar a tus ayudantes, cualquier cosita… -concluyó el padre de quien será nombrado técnico de la Selección-.

Es así como Lionel Scaloni se incorporó a un cuerpo técnico muy sólido, muy identificado y muy profesional que integraban los argentinos Jorge Desio (preparador físico), Martín Tocalli (ayudante) y Matías Manna (analista de video) junto a los españoles Juanma Lillo (segundo entrenador), Iñigo Domínguez (ayudante), Javier García (entrenador de arqueros), Sergio Domínguez (preparador físico adjunto), Moises del Hoyo (preparador físico adjunto) y Jesús Olivera (analista de video).

La tarea de Scaloni era multifuncional secundaria. O sea, asistir a la cabeza del cuerpo técnico del Sevilla integrado por Sampaoli y Desio para todo lo que hiciera falta.

Esto ocurría a mediados de 2016, que en términos calendario significa hace apenas dos años y cinco meses.

Después de la eliminación frente a Francia, este cuerpo técnico sabía que sería prescindido en unos términos económicos que habrían de resolverse en Buenos Aires.

Frente a esta situación, otros componentes del cuerpo técnico que había fracasado rotunda y dolorosamente en Rusia se presentaron en la AFA para dimitir voluntariamente.

Scaloni dirigió seis partidos de la selección durante su interinato, que culminó con el amistoso frente a México. (AFP)
Scaloni dirigió seis partidos de la selección durante su interinato, que culminó con el amistoso frente a México. (AFP)

Tales fueron las situaciones de Sebastián Becaccece, Nicolás Diez y el profesor Martín Bressan. Ellos se reunieron con el presidente de la AFA en el tercer piso del edificio de Viamonte, llegaron a un acuerdo económico y manifestaron su voluntad de no continuar integrando ningún cuerpo técnico liderado por Sampaoli, toda vez que el nivel convivencial desde Barcelona hasta el último minuto en Rusia se fue degradando hasta llegar a la incomunicación.

O sea que todos los que habían colaborado con Sampaoli en Rusia menos los hermanos Dessio se alejaron de las selecciones nacionales.

Por eso llamó la atención que el último integrante, el más nuevo, el que cumplía multifunciones secundarias, fuera generando con el correr de los días una llamativa empatía con Claudio Tapia hasta convertirse en el director técnico del Seleccionado Juvenil Sub 20.

Por lo general, en el fútbol y en la vida "cuando se va el que te llevó todos se van con él".

En este caso, Lionel Scaloni prefirió no solidarizarse con quien le había dado un lugar en el Sevilla y otro más preponderantre en la Selección Nacional.

Lo cierto es que por primera vez en 117 años la Selección Argentina de Fútbol le será confiada a un técnico debutante quien además nunca dirigió a un equipo de la división que fuere.

Claudio Tapia no configura por el grado de su cargo la solución del problema, sino el problema.

Ningún técnico digno de una selección argentina se sentaría a negociar con un interlocutor que ha faltado reiteradamente a la palabra y al compromiso.

Todos los técnicos factibles que trabajan en la Argentina o argentinos que trabajan en el resto del mundo tienen muy en claro la conducta del presidente de la AFA, contenida en los siguientes trazos:

A.- El lunes 4 de abril de 2017 -siete días después de haber sido proclamado presidente de la AFA- confirmó a Edgardo Bauza como director técnico de la Selección Argentina, contratado por la Intervención Regularizadora, hasta después del Mundial de Rusia 2018.

B.- El 11 de abril echó a Bauza y fue en procura de Jorge Sampaoli, el técnico sugerido por Daniel Angelici, para confiarle la Selección Nacional.

C.- El 24 de mayo viajó a Sevilla junto a Angelici para terminar de resolver el contrato de Sampaoli.

D.- El 1 de junio presentó a Sampaoli en Ezeiza ante una multitud mediática y lo calificó "el mejor técnico del mundo".

E.- El 31 de mayo de 2018 presidió la delegación argentina al Mundial con concentración y entrenamientos en el Barcelona, donde comenzaron los problemas que dividieron al grupo del cuerpo técnico ante la pasividad del presidente de la AFA, quien aceptó el 6 de junio incumplir el contrato para jugar en Israél "como una contribución a la paz mundial".

F.- El 9 de julio, el presidente de la AFA se reunió con Sampaoli para hablar sobre el futuro sabiendo ambos que Sampaoli ya era el pasado; simultáneamente Becaccece y su grupo se presentaban oficialmente en Defensa y Justicia.

¿Existe algún director técnico en el mundo que desconozca estas conductas? ¿Existe algún director técnico en el mundo que ignore que la AFA está fracturada y que el interlocutor, sea quien fuere (AFA o Superliga), no cuenta con la fuerza, el respeto y la voluntad política del conjunto?

Ante estas premisas, ¿quién se sentaría a hablar sobre la selección argentina, el objeto más preciado en la carrera de un director técnico con aspiraciones y sueños? ¿Hablar con quién? ¿Con qué garantías? ¿Con qué respaldo? No es desconocido en el mundo del fútbol, donde todo se sabe, que a Tapia le gusta viajar. Tanto es así que de los 596 días que lleva como presidente, 132 viajó al exterior, que sumados a los 170 de los fines de semana y los viajes al interior ha estado en su sillón presidencial menos tiempo que aquel que le dedicó a viajar. Estos viajes fueron, en algunos casos obligatorios (FIFA, Conmebol) y otros fueron de carácter personal. Lo cierto es que no se trata de un presidente con demasiada dedicación presencial ante los problemas que el fútbol le genera cada día.

Tampoco desconocen los directores técnicos de mayor trayectoria y prestigio que la AFA abandonó su doctrina más fuerte: selección nacional, prioridad uno. Fue lamentable advertir que los clubes solo ceden a sus jugadores cuando no los necesitan.

No se trata de demonizar a la persona de Lionel Scaloni por cuanto resulta el menos culpable del dislate que tratamos. Por el contrario, Scaloni fue integrado a un plantel seleccionado en el año 2006 para ir al Mundial de Alemania "por su simpatía, buenos chistes y cordial compañero". Aquel grupo, dirigido por José Pekerman, lo apreciaba y pidió por él para que sea compañero de plantel.

Scaloni será confirmado al frente de la Selección Argentina porque Tapia no tiene a nadie y nadie se sentiría respaldado por Tapia. Un nuevo y grave paso atrás de la Selección Argentina de Fútbol.

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