En los últimos días Ernesto Baldi pasó a la fama por una foto que se viralizó a través de las redes sociales y Whatsapp. El sábado que debían jugar Boca y River la primera final de la Copa Libertadores, el fanático de 45 años se acercó a la Bombonera con su silla de ruedas y enfrentó las fuertes tormentas.
A pesar del temporal, el hincha se acercó al Alberto J. Armando con la ilusión de sacar una victoria que alimente el deseo de conquistar nuevamente el continente. "No me importó nada la lluvia. Fui igual a la cancha gracias a Sonia, que tiene mucho más huevo que todos. Me llevó bajo el agua", dijo Ernesto cuando volvió al Templo boquense el miércoles, cuando el cielo mostró un sol radiante ajeno al que se ocultó el último fin de semana.
Junto a a otros chicos con discapacidad, participó del evento anual de Cilsa, la ONG que trabaja junto a la institución porteña, donde compartió una tarde con los protagonistas que admira. Además, también fueron parte de la jornada el vicepresidente Royco Ferrari y otros deportistas del club como Tatiana Rizzo (vóley), Camila Gómez Ares y Cecilia Ghigo (fútbol femenino) y Máximo Lafratti (taekwondo).
La donación de 94 sillas de ruedas y elementos ortopédicos completó el día inolvidable de Baldi, quien aprovechó para sacarse varias fotos con Carlos Tevez, Guillermo Barros Schelotto y otros integrantes del plantel.
"Estoy muy contento, viví un día único. No tengo dudas de que vamos a dar la vuelta. Y ese día va a quedar en la historia. Cambio la silla por ganar la Libertadores. Te la doy ahora", concluyó el fanático que mantiene las esperanzas de dar el golpe en el Monumental. Su amor por la azul y oro fue una muestra más del compromiso que les trasladó a los jugadores. Ahora la responsabilidad de ganar la Séptima es de los futbolistas.
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