En la concentración del Hotel Intercontinental estaban todos los televisores prendidos, las radios encendidas y los teléfonos celulares en línea. Algunos llegaron a subirse al ómnibus que iba a trasladar al plantel de Boca rumbo a la Bombonera para disputar la primera final de la Libertadores ante River, pero una voz avisó que la Conmebol estaba por postergarlo.
Y así fue: los directivos del ente que rige al fútbol sudamericano anunciaron cerca de las 15:20 que el encuentro no iba a comenzar por las intensas lluvias que azotaron a la Capital Federal y alrededores. De todas formas, Guillermo Barros Schelotto comandó a sus futbolistas hasta el estadio.
Minutos después de la postergación (las autoridades pospusieron el compromiso, en principio, para mañana a las 16), el mellizo se dio una vuelta por la cancha para ver las condiciones en las que se encontraba el césped. Lo mismo hicieron algunos de los jugadores: se observó a Darío Benedeto, Wanchope Ábila y Carlos Tevez dialogando y pisando varios sectores del campo.
Sin inconvenientes con la distancia del lugar de concentración (su hotel queda a 15 ó 20 minutos del estadio), los cuestionamientos en el cuerpo técnico surgieron por los trabajos a realizar en la jornada de hoy, contemplando que mañana puede llegar a disputarse el primer gran Superclásico.
Se optó por trabajos de reactivación, sin grandes exigencias, en la cancha de césped sintético de la Bombonera. Concluidos los movimientos, el contingente xeneize se trasladó nuevamente hacia el Hotel Intercontinental, donde quedará concentrado nuevamente a la espera de novedades de la fecha en la que se jugará la primera final. Y si se confirma que se posterga para el sábado 17 de noviembre, entonces habría entrenamiento vespertino.
Cabe recordar que los futbolistas boquenses se hallan descansando desde el jueves por la noche en el complejo hotelero situado en Monserrat.
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