Sin poder siquiera ingresar a la Bombonera, Marcelo Gallardo será uno de los principales protagonistas de la primera Superfinal de la Copa Libertadores. Por su comportamiento ante Gremio en Porto Alegre (bajó al vestuario en el entretiempo desoyendo la sanción que pesaba sobre su persona) recibió cuatro fechas de suspensión. Y en el primer eslabón de la definición de la Copa ni siquiera podrá arrimarse a la ribera.
La gambeta a la pena en Brasil generó un especial celo en la Conmebol, que ya de por sí deliberó dos días para recién el sábado por la noche dar a conocer la sanción. En consecuencia, en el seno de la entidad con sede en Luque, Paraguay, evalúan distintas alternativas para evitar que el entrenador de River no esquive la suspensión frente a Boca.
Por eso, una de las variantes que se analizan en la Confederación Sudamericana es bloquear la señal de teléfono móvil en el vestuario visitante de la Bombonera, para que Gallardo no tome contacto con el plantel vía teleconferencia.
De confirmarse la estrategia, el Muñeco deberá exprimir al máximo la charla técnica en la Reserva de Cardales y después confiar plenamente en Matías Biscay, uno de sus ayudantes de campo y su habitual reemplazante cada vez que no pudo habitar el banco de suplentes.
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