En el 2000, Rubén Wolkowyski cumplió el sueño de todo basquetbolista al llegar a la NBA. Aunque había sido el primer argentino en fichar para un equipo de la liga más importante del mundo, los registros indicarán que fue el segundo en debutar: José Ignacio "Pepe" Sánchez le ganó por solo unos minutos. Cuatro años después, "El Colorado" formó parte de aquella Generación Dorada que se alzó con la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Hoy, el escenario para el deporte de la pelota naranja es radicalmente diferente: después de 18 años consecutivos con presencia argentina, esta es la primera temporada sin jugadores "Albicelestes" en la NBA. La Selección, en tanto, atraviesa un proceso de recambio generacional.
El nacido en Castelli, Chaco, tiene claro el porqué de la situación actual: "Cuando jugamos la final del Mundial y de los Juegos Olímpicos, todo el mundo creía que ese equipo no se iba a terminar nunca, que no iba a tener vencimiento. Entonces, la gente que tenía que trabajar para seguir sacando chicos, porque era el momento del boom del básquet, no lo hizo adecuadamente. Todos se quedaron mirando lo que estábamos haciendo en lugar de usar eso para mejorar a los chicos".
"No tenemos jugadores en la NBA porque no se trabajó, no se preparó a los chicos. Todos pensaban que ir a la NBA era como ir a comprar un kilo de pan. Parecía fácil y es lo más complicado que hay, ni te digo clasificar a un Juego Olímpico y jugar la final. A medida que pasa el tiempo, uno se da cuenta de lo difícil que es eso, pero si uno trabaja y entrena como hay que hacerlo, la distancia se acorta", agregó.
Para revertir la tendencia actual, tras su retiro de la actividad profesional, Wolkowyski se ha dedicado a la formación de juveniles. Hoy trabaja en las inferiores de Quilmes de Mar del Plata, club en el que debutó como profesional en el año 1993 y en el que se retiró en 2015. En "La Feliz", además, acompañó recientemente a los atletas que participaron de las finales de los Juegos Nacionales Evita y compartió una jornada junto a los representantes del básquet adaptado 3×3 de las diversas provincias que compitieron.
"El deporte educa y enseña valores. Como entrenador y formador trato de que los chicos entiendan que cuando entran a la cancha son todos una sola persona: no hay rubios, morochos, altos, bajos, gordos o flacos. Son todos iguales, no hay diferencias. Así, cuando sean grandes, entenderán que el respeto es lo primero que hay que tener con cualquier ser humano", planteó.
Como integrante del programa "Campus con tu ídolo" de la Secretaría de Deportes de la Nación, el ex jugador de Seattle Supersonics, CSKA de Moscú, Dallas Mavericks y Tau Cerámica de España, entre otros, recorre el país dando charlas a chicos y contándoles su historia. Su gran desafío es inculcarles que con deporte, disciplina y compromiso se puede tener una vida mejor.
Es por eso que Wolkowyski no teme a ser crítico sobre las falencias que se cometieron a nivel formativo mientras los logros de la Generación Dorada maravillaban al país y al mundo. Para el ex jugador, esos errores generaron consecuencias que hoy se pueden advertir en el desempeño de la Selección.
"Nosotros (la Generación Dorada) tendríamos que haber dejado nuestro lugar dentro del equipo por la aparición de otros que nos desplazaran porque eran mejores, más jóvenes y merecían estar ahí. No tendría que haber pasado que los nuevos ocuparan un lugar porque nosotros nos fuimos porque tuvimos un tiempo de juego y el cuerpo dijo basta. No hay que esperar a eso: tenemos que trabajar para que cada chico empuje al que está arriba y que el que está arriba tenga que mejorar todos los días porque sabe que el que está abajo viene creciendo. Todo eso no se hizo", reflexionó.
Sobre la transición que atraviesa el combinado nacional – hoy dirigido por Sergio "Oveja" Hernández y con Luis Scola como gran referente y "sobreviviente" de la vieja guardia-, "El Colorado" opinó que "se debe buscar una identidad de equipo" y que esa responsabilidad recae fuertemente en el entrenador.
"Nosotros tuvimos a Rubén Magnano, que nos enseñó cómo llegar a dónde queríamos. Éramos jugadores que todos los días queríamos crecer y creo que los que están ahora son igual que nosotros. El tema es saber cómo entrenarlos y prepararlos para ir a jugar a nivel internacional, a un Mundial o a un Juego Olímpico. Hoy Argentina, con todo lo que hizo y todo lo que tiene, a nivel americano tiene que estar en los primeros puestos sin ninguna duda", analizó.
Pero, consultado sobre el status de la Selección a nivel internacional, el chaqueño fue tajante: "Al equipo se le perdió el respeto. Nosotros íbamos a Europa y nos tenían respeto porque nos lo ganamos y porque sabían que jugar contra nosotros era muy difícil. Yo hoy no creo que argentina tenga ese respeto. Todavía este equipo no demostró nada en torneos internacionales, no demostró que pueda jugar una final. Hay que trabajar porque hay mucho material y jugadores que juegan muy bien, pero la única persona que puede lograr eso es Magnano y lo perdimos porque se fue a dirigir a Uruguay".
EL GRUPO DE WHATSAPP DE LA GENERACIÓN DORADA Y EL REENCUENTRO PENDIENTE
Aunque no hablaron personalmente después del retiro, Wolkowyski y Emanuel Ginóbili están en permanente contacto a través de un grupo de Whatsapp que tienen con los otros diez integrantes de aquella Generación Dorada que se alzó con la medalla dorada en Atenas 2004.
"El Colorado" reveló a Infobae que nunca volvieron a estar los doce juntos después de la gesta olímpica. "Nos debemos juntarnos todos, es algo pendiente. Continuamente estamos diciendo en el grupo que cuándo nos juntamos", contó.
Para el ex pivot, los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 hubieran sido una gran oportunidad para reunir a aquel plantel que, incluso, fue homenajeado con un mural en la Villa de Soldati en la que se alojaron los atletas de todo el mundo.
"Queremos estar juntos, lo extrañamos. Queríamos estar ahí para apoyar a todo el deporte argentino y lo anhelábamos. Se habló, pero al final quedó en la nada", comentó.
Wolkowyski confía en que un eventual encuentro de los doce integrantes de ese equipo que dejó una huella histórica en el deporte nacional pueda significar un renacer para el básquet argentino.
"Nosotros vamos a seguir juntos toda la vida por el sentimiento que tenemos entre nosotros y por la afinidad que tenemos como grupo. Somos todos hermanos y familia, eso es algo que no se va a romper con nada. Hubiera sido lindo que la gente nos viera a los 12 juntos otra vez y que nos pudiéramos encontrar, pero que eso también se usara para que el básquet se volviera a reactivar en los chicos. Yo peleo por cada día tener un chico más dentro de la cancha y sacarlo de la calle", concluyó.
SEGUÍ LEYENDO: