El Torneo Final 2013 terminó manchado por la violencia. Newell's, que fue campeón, celebró su título afuera de la cancha: el plantel de Gerardo Martino estaba concentrado en Chaco para disputar un partido por Copa Argentina a la espera del resultado entre Estudiantes y Lanús (se consagró porque el Granate no ganó), que se había suspendido por un hecho que causó un antes y un después en el fútbol argentino.
Por la decimoséptima jornada del campeonato, el Pincha recibía a Lanús en el estadio Único de La Plata. En el amanecer del encuentro, el árbitro Patricio Loustau se vio obligado a detener la acción por las explosiones que retumbaban en la tribuna visitante.
Cientos de hinchas granates corrían de un lado al otro esquivando los balazos de goma de la Policía bonaerense y un minúsculo grupo de barrabravas les hacía frente a los efectivos en la boca de ingreso a la popular.
El conflicto entre los violentos y los oficiales apostados en ese sector llevó a que el cotejo se suspendiera definitivamente: Javier Gerez (alias El Zurdo) recibió un impacto de bala de goma en su pecho a 50 centímetros y perdió la vida. Por este grave hecho, quedaron implicados los ex capitanes de la Policía bonaerense Roberto Lezcano y Víctor Bacuco. Fue la gota que rebalsó el vaso.
Sergio Berni, por ese entonces secretario de seguridad de la Nación, se reunió con los principales dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino y les propuso excluir de allí en más a los visitantes. De esa forma evitarían cruces entre las hinchadas y también problemas con los traslados de las mismas a lo largo y ancho de la Capital Federal, la Provincia de Buenos Aires y el resto del país.
Las autoridades hicieron el anuncio y la medida se hizo oficial hasta el final de ese año 2013, aunque se prorrogó casi tácitamente y se prolongó hasta la actualidad. En el último tiempo empezaron a haber excepciones y se baraja la posibilidad de que los visitantes retornen -de forma limitada- en el futuro próximo. Claro está, la violencia en el fútbol no se erradicó completamente, ya que en los últimos cinco años se registraron innumerables episodios de este tipo.
Ahora, Macri presiona para que los Superclásicos por las finales de la Libertadores se disputen con visitantes en la Bombonera y el Monumental. En breve podría confirmarse este condimento extra para los esperados compromisos coperos.
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