En el ministerio de Seguridad suenan los teléfonos constantemente después de que Mauricio Macri se expresara a través de sus redes sociales y compartiera su idea de disputar las finales de la Copa Libertadores entre Boca y River con público visitante. Parece algo muy complicado y delicado, pero su pedido abrió la puerta a esta chance.
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Desde la Conmebol anunciaron que las fechas para llevar a cabo los trascendentales duelos son el sábado 10 de noviembre (en la Bombonera) y el sábado 24 del mismo mes (en el Monumental, si no dan lugar al reclamo de Gremio de ganar su pase a la final).
Y justamente fue la propia Seguridad la que exigió que los encuentros se celebraran en turno vespertino (desde las 16 horas) y no nocturno. Sin embargo, las fechas y horarios serán revisadas por el ente que rige al fútbol continental luego de que las autoridades de los clubes pidieran públicamente que debían ser contempladas las costumbres de la comunidad judía para esta ocasión.
A la hora de revisar el archivo, hay que remontarse a 2013 para encontrar el último Superclásico que se jugó con ambas parcialidades, por un torneo local, en el estadio de uno de los dos.
Fue en mayo de ese año por el Torneo Final: en la Bombonera, igualaron 1-1 por los tantos de Santiago Silva (Boca) y Manuel Lanzini (River). El Xeneize le cedió al Millonario la capacidad de la tercera bandeja Sur, algo que venía sucediendo en los últimos años desde que había recortado la capacidad de los visitantes, descartando darles también la segunda.
Esa tarde fue la primera vez que River visitó La Boca después de su descenso a la B Nacional. Unos meses antes, el equipo conducido por Matías Almeyda había recibibdo al de Julio César Falcioni en Núñez. Los riverplatenses estuvieron 2-0 en ventaja por los tantos de Leonardo Ponzio y Rodrigo Mora, pero los boquenses rescataron una igualdad gracias a un penal de Santiago Silva y el agónico gol de Walter Erviti.
Los fanáticos tiñieron de azul y oro la tribuna Centenario Alta en aquel Superclásico.
En caso de que la versión de los visitantes para las finales de la Copa 2018 tenga asidero, entonces habrá que montar un operativo para la venta de entradas (probablemente por internet). En principio, la capacidad para ambos iría de 2.000 a 4.000, con precio a confirmar.
En la final del año pasado que disputaron Gremio y Lanús, el costo de un ticket osciló en los 70 dólares. En tanto, los simpatizantes millonarios que viajaron a Brasil la semana pasada tuvieron que desembolsar 55 dólares para entrar al estadio Arena. Por su parte, en Boca acordaron con Palmeiras un precio de 50 dólares en la semifinales que acontecieron.
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