La gesta de River tiene nombres y apellidos. La victoria 2-1 ante Gremio, tras ir 0-2 en la serie, depositó al elenco de Marcelo Gallardo en una nueva definición de la Copa Libertadores. Se sustentó en las atajadas de Armani, en el buen juego de la primera parte, en el carácter cuando atravesaba el peor momento del partido y en la personalidad de Martínez para hacerse cargo de un penal peso pesado.
Franco Armani (8): en el gol de Gremio, el rebote lo descolocó. Luego, en la segunda parte, sostuvo las ilusiones de River con un par de atajadas oportunas frente a Everton. Sobre el final llegó el premio de la clasificación.
Gonzalo Montiel (6): de los dos laterales, el menos incisivo a la hora de pasar al ataque, sobre todo en la segunda parte. Pero firme en la marca y con entrega.
Jonatan Maidana (6): sin grandes problemas en la marca en la primera etapa, porque Gremio casi no atacó. En el segundo, con el ingreso del inquieto Everton, que lo obligó a salir un poco más. Empujó en la adversidad, sobre todo cuando el Millonario se volcó con desesperación en ataque.
Javier Pinola (7): para que un equipo juegue con la defensa en mitad de campo como en el primer tiempo, resulta vital un jugador como el ex Racing y Central. Por momentos con movimientos de mediocampista central. No dejó de intentar.
Milton Casco (7): Pedro Geromel le tapó una incursión ofensiva en la primera parte que mereció ser gol. Incisivo, con sentido común para pasar y abrir la cancha, redondeó un interesante rendimiento.
Leonardo Ponzio (6): estaba jugando un buen partido hasta que la lesión lo sacó de la cancha en el mejor momento del Millonario en el encuentro.
Exequiel Palacios (6): el que mejor entendió que para sortear el esquema cerrado de Gremio se imponía el remate desde afuera del área: tuvo tres y todos pasaron cerca. Con la pelota, mejor en la primera parte que en la segunda. Pero con personalidad para pedirla y buscar.
Ignacio Fernández (4): floja primera etapa de Nacho. Impreciso, sin tiza para la pelota filtrada y tomando decisiones desacertadas. Gallardo lo sustituyó por Gonzalo Martínez.
Juan Fernando Quintero (6): Gallardo le pide que se haga cargo del equipo y lo logró de a ratos en el primer tiempo, a pesar de hallarse rodeado y con muchos obstáculos. Tal vez le faltó precisión en los envíos aéreos. Bajó en el complemento y el DT buscó ser más directo con Scocco.
Rafael Santos Borré (7): al colombiano le costó conectar en el momento más lúcido de River, cuando dominó al Tricolor y mereció la ventaja. Pero, en contrapartida, no se rindió cuando los ánimos decayeron y la serie parecía quedar en manos de los de Porto Alegre. Gol anímico de cabeza y empuje sin condiciones.
Lucas Pratto (5): en su favor, resulta difícil que brille en 25 metros que estuvieron permanentemente superpoblados. Se fajó e hizo el sacrificio.
Enzo Pérez (7): aunque a veces se le va la pierna (fue amonestado minutos después de haber ingresado), energía y carácter cuando River lo necesitó.
Gonzalo Martínez (9): personalidad forrada en titanio para hacerse cargo de un penal que pesaba una tonelada. Todavía sin la chispa que mostraba antes de la lesión, apeló a la conducción y a la gambeta para mantener vivo a River.
Ignacio Scocco (7): entró para que River fuera más directo y con su remate, que rozó la mano extendida de Bressan, le abrió al equipo la puerta de la clasificación.
Marcelo Gallardo/Matías Biscay (8): el Muñeco desde el palco, su ayudante en el banco, acertaron con los cambios. Martínez y Scocco, vitales en la impensada remontada.
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