Ganar una medalla en un Juego Olímpico de la Juventud es la coronación de un proceso de años de trabajo y esfuerzo. Por detrás de cada atleta consagrado, hay preparaciones y sacrificios que se van acrecentando a medida que se van quemando etapas.
Muchos de los deportistas que participaron y que se subieron al podio en la cita de Buenos Aires 2018 pasaron por alguna de las recientes ediciones de los Juegos Nacionales Evita, el evento que cada año reúne en sus finales a más de 20 mil jóvenes de todo el país en Mar del Plata.
Cada temporada, los atletas juveniles llegan a la ciudad balnearia con el sueño de participar y de llevarse una medalla para su provincia. Para algunos de ellos, la ilusión es mucho mayor: esa competencia puede convertirse en el trampolín para comenzar una carrera como deportistas de élite.
Así fue, por ejemplo, para Agustín Osorio (lanzamiento de jabalina), Mauro Zelayeta y Bautista Amieva (Beach Volley), Nazareno Sasia (lanzamiento de bala), Linda Machuca (lucha), Juan González y Marcos Moneta (rugby), Facundo Firmapaz (tiro), Sofía Acevedo (básquet) y Celina di Santo y Sofía Ramallo (hockey), entre otros, quienes estuvieron en los Evita en los años anteriores y hoy lucen una medalla olímpica de la juventud sobre su pecho.
Agustín Osorio destacó el valor competitivo que tienen los Evita: "Fue una experiencia muy dura, me tocó competir contra un chico de La Pampa que tiraba bastante lejos. Me costó la de Oro pero la pude ganar en mi último Evita y estaba muy contento por ese logro".
"Es un torneo que te forma para otras competiciones mucho más importantes. Después está en la constancia del atleta el seguir entrenando. A mí me dio la posibilidad de representar a la Argentina en un Juego Olímpico y fue una muy buena base para traerme la medalla de plata", dijo a Infobae con una sonrisa y la presea colgada de su cuello.
Hoy Mauro Zelayeta grabó su nombre en la historia del Beach Volley argentino. Sin embargo, el año pasado en los Evita jugó en vóley de piso. "Son unos Juegos bárbaros y espero que estos chicos que están ahora los puedan disfrutar. Hay cosas que se viven acá que también después se viven después en los Olímpicos", señaló el marplatense, que junto a Bautista Amieva se alzó con la medalla de bronce en Buenos Aires 2018.
Tanto Osorio como Zelayeta recordaron la posibilidad que tuvieron en los Evita de compartir con chicos y chicas de otras provincias.
Hoy sostienen que la vida les cambió: tras ganar sus respectivas medallas, sus teléfonos no paran de sonar. Notas en distintos medios, presencias en eventos y reconocimientos por parte de autoridades políticas son las nuevas actividades que se combinan con sus entrenamientos. Porque los Evita y los Olímpicos de la Juventud ya quedaron atrás, pero ambos saben que se vienen desafíos mayores.
"Ahora tengo Sudamericanos, Panamericanos, Mundiales juveniles y, si dios quiere, Tokio 2020. Es algo muy ambicioso para un chico como yo, ya que solo tengo 17 años, pero con constancia y dedicación se puede", aseguró Osorio.
Para Zelayeta, el próximo escalón son los Juegos Nacionales de Playa, que se jugarán en Rosario del 28 de noviembre al 2 de octubre. Sin embargo, la cita olímpica de mayores también está en el horizonte para él y su compañero: "Vamos a apuntar, después si se da o no es otra cosa. Vamos a entrenar para eso".
El lanzador de jabalina y el jugador de vóley son solo dos de los múltiples casos que dejan en claro el valor de los Juegos Nacionales Evita para la identificación de la nueva camada de atletas de alto rendimiento.
Los números son contundentes: los Juegos Nacionales Evita y los Juegos Olímpicos de la Juventud compartieron 21 disciplinas. El 41,67% de los deportistas argentinos que compitieron en esos deportes pasaron previamente por los Evita y muchos se quedaron con medallas.
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