En la Asociación del Fútbol Argentino, al menos desde el sector que encabeza el presidente Claudio Tapia, están conformes con el trabajo de Lionel Scaloni como director técnico interino en la Selección. Ante las dificultades para contratar a los entrenadores de renombre que integran el lote de candidatos (Diego Simeone, Marcelo Gallardo, Mauricio Pochettino, Gerardo Martino), ven como una oportunidad concreta que continúe hasta la Copa América. La renovación de nombres que encabezó el ex carrilero, los indicios de cohesión en el juego y la convivencia, son rasgos que convencen a los directivos.
La caída postrera 1-0 ante Brasil, tal vez, ofreció el partido en el que menos oportunidades de gol generó el equipo. Pero desde el orden en el bloque defensivo, Argentina controló a las estrellas de la Verdeamarela, con Neymar a la cabeza. En el 3-0 a Guatemala, el 0-0 frente a Colombia y el 4-0 contra Irak, los otros tres amistosos de la era Scaloni, hubo movimientos ofensivos más frescos, con espíritu colectivo, que indujeron al entusiasmo; máxime ante la ilusión del regreso de Messi, que puede potenciarlos.
Pero hay un dato que enciende las alarmas en el complejo de Ezeiza, en pos de la tan mentada renovación: dos de los emblemas de esta nueva era que se pretende edificar no logran engranar en la Albiceleste. Y los números lo denuncian: se trata de Mauro Icardi y Paulo Dybala.
El delantero y capitán del Inter, uno de los más reclamados por los hinchas durante el Mundial de Rusia, lleva seis partidos con la casaca celeste y blanca. Y ningún gol. En Arabia Saudita, excepto por un remate que rechazó el arquero Allison, no recibió juego en su hábitat: el área. El rosarino, de 25 años, es más un finalizador de jugadas; no suele participar tanto del armado. Abastecerlo es uno de los desafíos del cuerpo técnico de Scaloni, si quiere afianzarlo como una de las "nuevas figuras" del plantel.
La racha de la Joya es todavía más extensa: en 16 juegos tampoco logró convertir. En su favor: desde su debut en la Selección, dio dos asistencias. Contra Brasil tuvo un tiro libre que rozó el costado de la red. E intentó, sin éxito, lastimar, comenzando unos metros más retrasado en el campo de juego. "Nosotros nos tenemos que adaptar a él y él a nosotros", declaró Scaloni antes del Superclásico de las Américas. Sabe que el hombre de la Juventus es, tal vez, por características, el más parecido a Messi. Y lo necesita encendido, por si la Pulga demora su retorno, y para que sea el socio que no logró formar Sampaoli.
Son números que hablan. En Italia sus goles son noticia. En la Selección todavía son anhelos, que esperan aparecer en noviembre, en los amistosos contra México en suelo argentino.
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