Fueron dos de las jugadas más rutilantes de la primera etapa del Superclásico Sudamericano: Brasil pudo abrir el marcador con una arremetida de Joao Miranda, pero surgió Nicolás Otamendi para impedirlo. Y Paulo Dybala lustró su pegada en un tiro libre que por poco no termina en el grito bautismal de Argentina.
A los 27 minutos, en una de las pocas acciones de riesgo, la pelota cruzó el área que defiende Sergio Romero y le quedó para la volea de Joao Miranda. El defensor remató de pique al piso y, cuando el balón estaba por traspasar la línea, apareció la cabeza del defensor de Manchester City para evitar la caída del arco.
Y dos minutos después fue el elenco de Lionel Scaloni el que estuvo a punto de gritar. Paulo Dybala se hizo cargo del tiro libre y el tiro rozó el costado de la red, generando el lamento de toda la delegación de Argentina.
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