El encuentro entre Argentina y Brasil por la semifinal de de futsal de los Juegos Olímpicos de la Juventud se adivinaba tenso. Y a partir de que la pelota empezó a correr en el estadio de Tecnópolis, el desarrollo lo confirmó. Los elencos Sub 18 elevaron la temperatura en un duelo cargado de golpes y roces, con el sello del Superclásico sudamericano.
Ayer, en la previa, la organización de Buenos Aires 2018 había juntado a los dos planteles con el objetivo de una foto de camaradería y de enfrentarlos en una partida de metegol. Pero en cuanto se enfrentaron con un pasaje a la final en el anzuelo, la hoguera se encendió. A los 3 minutos de juego, con un Brasil a pura presión, ya se habían registrado algunos roces y la intervención del árbitro para apaciguar los ánimos.
El capitán brasileño, Neguinho, fue uno de los que exacerbó los ánimos. No sólo celebró su conquista (el 2-0 parcial) de cara a los fanáticos brasileños, sino que además fue un abonado a los golpes. Por un planchazo a 3 minutos y 34 segundos del final de la primera etapa, recibió la amarilla que tanto parecía estar buscando.
La impotencia por la superioridad de los primeros minutos generó que Joaquín Hernández viera la amarilla a 8′ del descanso. Luego, fue la visita la que perdió el control, al punto que el descuento de Argentina llegó gracias a un remate propiciado por la sexta falta de Yuri, que terminó amonestado.
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