Sergio Romero y Nicolás Otamendi. Son los únicos dos nombres que pueden recibir el rótulo de "históricos" de los 27 futbolistas que componen la nómina de citados por Lionel Scaloni para los amistosos frente a Irak (esta tarde) y Brasil (el martes 16) en Arabia Saudita. Lionel Messi aún no se colgó el cartelito de "disponible". El resto de los experimentados que no renunciaron a ser convocados, llámense Ever Banega, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín o Ángel Di María, por el momento, no forman parte de la "renovación" que detenta el director técnico interino.
Javier Mascherano y Lucas Biglia fueron los únicos que dieron formalmente por finalizada su etapa en la Selección tras la decepcionante actuación en el Mundial, que vino aparejada por los conflictos internos con el cuerpo técnico de Jorge Sampaoli, que terminó eyectado. Otros (incluido el retornado Otamendi), plantearon una pausa por la primera doble fecha FIFA, en la que Argentina se midió ante Guatemala (ganó 3-0) y Colombia (igualó 0-0).
Ángel Di María siempre quiso volver. Nunca lo puso en duda, más allá de que es resistido por una parte de los hinchas y de la prensa. Lo informó Infobae días después del Mundial, posteriormente blanqueó sus ganas de revancha y aceptó no aparecer en el primer listado post Copa del Mundo, ofreciéndole flores a Scaloni.
Pero cuando surgió la nómina de cara a la gira por Asia, con la zanahoria del Superclásico sudamericano… Tampoco se vio. Y sí apareció uno de los "pesados", como Otamendi. A Fideo, de 30 años, la noticia no lo tomó por sorpresa. Había recibido una llamada de Scaloni, con quien compartió el proceso Sampaoli, dado que el ex carrilero por derecha fue uno de sus ayudantes de campo.
"Estamos viendo otros jugadores, por eso no vas a ser convocado", fue, palabras más, palabras menos, el mensaje, que se replicó en el oído de otro futbolista de gran inicio de temporada: Ever Banega. Di María también comenzó la 2018/2019 en alto nivel: es pieza importante en el PSG que ahora conduce el alemán Thomas Tuchel. Jugó 11 partidos entre certámenes locales y Champions. Anotó cuatro goles.
Por eso, el mensaje. El 1 de octubre, mientras Scaloni daba la conferencia de prensa en Ezeiza explicando su convocatoria, Di María realizó una publicación en su cuenta de Instagram. No escribió una letra, la foto hablaba. Era una foto de Fideo, exhibiendo, orgulloso, la camiseta de Argentina. Una respuesta muda a su ausencia.
Scaloni no hizo alusión al suceso. Su discurso, como entrenador interino, está en consonancia con el del propio presidente de la AFA, Claudio Tapia. "Es una etapa nueva, que es lo que necesitaba la selección y lo que necesitábamos todos. No sé si sin los jugadores históricos, pero se empieza un proceso nuevo. Hay muchos futbolistas de esta selección que han estado en el Mundial. Los chicos más jóvenes aportaron algo diferente", declaró Chiqui tras los primeros dos amistosos de la era del ex Newell's y Estudiantes.
Aunque lo persiga el sticker de interino, el entrenador se juega un pleno en "su momento". Continúa trabajando con el juvenil Sub 20 de cara al Sudamericano de la categoría en enero en Chile, declara que su trabajo en la Mayor es momentáneo y que está ayudando, pero secretamente alberga el sueño de continuar. Sabe, además, que el espacio de la AFA que responde a Tapia sigue con beneplácito su proceso. "Nunca vi un clima como el de la gira por Estados Unidos; va a ser difícil que nombren a otro técnico en este contexto", le subrayó a Infobae alguien con mucho recorrido alrededor de la Selección. Su carta es la renovación. Hoy las caras nuevas tienen ventaja.
¿Significa que con Scaloni los históricos están out? "No creo, no son chicos difíciles. Si los convocan se adaptarán al nuevo grupo", apuntó la misma fuente. Claro que el director técnico tiene por delante un desafío bisagra: el clásico contra el Brasil de Neymar, repleto de figuras y hambriento. Si sale airoso del trance, el camino hacia la Copa América 2019 puede allanársele, máxime ante la falta de candidatos con currículum vip disponibles. Y en pos de ese objetivo, sale a la cancha con sus soldados.
Mientras, Di María espera. "Él nunca se fue", subrayan desde su entorno. Habrá que ver si en noviembre, en los dos amistosos ante México en Argentina, su nombre vuelve a aparecer en la nómina, como sucedió durante 10 años, desde 2008, cuando debutó en la Selección Mayor y obtuvo la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing, hasta el golpe en el Mundial de Rusia, del que todo el fútbol argentino todavía intenta recuperarse.
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