De dónde nace el carácter del River de Gallardo para los partidos importantes

El del Muñeco es un equipo con una agresividad y una determinación que hoy no tiene ningún otro conjunto en la Argentina. Las claves de ese perfil que supo adoptar el único equipo argentino que pelea en la Libertadores, la Copa Argentina y la Superliga

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Juan Fernando Quintero (frente) de River celebra con su compañero Rafael Santos Borré (atrás) durante el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertadores ante Independiente, en el estadio Monumental (EFE)
Juan Fernando Quintero (frente) de River celebra con su compañero Rafael Santos Borré (atrás) durante el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertadores ante Independiente, en el estadio Monumental (EFE)

River sale a la cancha a jugar los partidos importantes y parece que lo hace oliendo sangre, como si fuera un animal salvaje buscando a su presa. La determinación y la agresividad con la que afronta cada partido lo volvieron un equipo difícil de quebrar, al punto de que ya suma 31 partidos invicto, con 20 victorias y 11 empates. Esa perfil de equipo con un carácter que lo distingue del resto tiene un secreto: la intensidad de los entrenamientos que comanda Marcelo Gallardo, quien más de una vez tuvo que parar partidos de práctica por la vehemencia con que sus dirigidos iban a disputar cada pelota.

(Fotobaires)
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De hecho, un esguince en la rodilla derecha que recientemente sufrió Camilo Mayada, ya recuperado de esa lesión, ocurrió tras una fuerte entrada de Nicolás De La Cruz en una práctica. Si De La Cruz, un futbolista que lejos está de caracterizarse por su presencia física, cometió la imprudencia de lesionar involuntariamente a un compañero, basta con imaginar la fiereza con la que Jonatan Maidana o Javier Pinola, mucho más temperamentales que el uruguayo, van a disputar cada pelota hasta en los ensayos.

Gallardo les pide constantemente que se brinden en las prácticas como si fuera un partido por los puntos y los jugadores le responden con el mayor de los convencimientos. Todos quieren jugar, ninguno quiere regalar nada en el marco de esa fuerte competencia interna por conseguir un lugar entre los titulares. Por eso mismo, los entrenamientos se vuelven el lugar para que todos se muestren comprometidos con la causa.

"Me pasó de tener que parar partidos de práctica porque los jugadores estaban yendo al límite a jugar cada pelota y por ahí a alguno se le fue la pierna", reconoció más de una vez el propio Gallardo.

(Fotobaires)
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Exigente como pocos, el Muñeco se la pasa pensando los posibles modos de potenciar el nivel de su equipo, el único argentino que sigue con vida en la Libertadores (enfrentará a Gremio en una de las semifinales), en la Copa Argentina (entre hoy y mañana se define si el próximo domingo enfrentará a Sarmiento de Resistencia por los cuartos de final) y la Superliga, en la que está a seis puntos de Racing, el único líder.

"Bajo un mensaje para que los jugadores sientan responsabilidad", confesó hace dos años Gallardo, quien evidentemente logra sacar el máximo esfuerzo de parte de sus jugadores. El modo en que se brindan al ir a disputar cada pelota y el grado de concentración que muestran en cada partido trascendental dan fe de que los futbolistas le responden poco menos que a la perfección.

Si de choques claves recientes se trata, pasó en los partidos coperos frente a Racing e Independiente, tanto en Avellaneda como en el Monumental, y también en la Bombonera, donde River le ganó 2 a 0 a Boca el Superclásico por la Superliga. Pero lo cierto es que también ocurrió en la mayoría de los encuentros cruciales que le dieron forma a uno de los ciclos más exitosos de la historia del club: desde mediados de 2014 hasta hoy, el River de Gallardo obtuvo cinco títulos internacionales y tres copas nacionales, una de ellas con una final directa ante Boca, la de la Supercopa Argentina que le ganó el último 14 de marzo en Mendoza.

"Si a la hora de los momentos decisivos no sos fuerte mentalmente, te quedás en el camino", suele sostener Gallardo. Y la mentalidad, el carácter, el convencimiento –esos intangibles- son atributos que River supo mostrar para ganar la Sudamericana 2014, la Libertadores 2015, las Recopas 2015 y 2016, y la Suruga Bank 2015, así como también las últimas dos Copas Argentina y la Supercopa ante Boca.

(AFP)
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Según Gallardo, esa mentalidad se entrena, se ensaya, se busca en cada día de trabajo. "Tiene que ver con una manera de trabajar, de conectar el día tras día, una manera de vivir los entrenamientos como si fueran el último. Había jugadores que llegaban a reforzar nuestro equipo y lo primero que decían era: 'No puedo creer cómo se entrenan acá', 'no puedo entender la intensidad'. Y esa es la manera de forjar una buena mentalidad. En los momentos más duros, eso es lo que te va a sostener porque en el juego creemos que técnicamente podemos ser superiores a muchos equipos del fútbol argentino. Pero también entendemos que hay equipos que se sostienen más desde lo físico y desde lo mental que desde la técnica. Y yo quiero que mis equipos tengan las dos cosas", explica el padre de la criatura.

Recientemente fue Lucas Pratto quien hizo alusión al carácter de River y generó que desde Boca le respondieran con palabras desafiantes en la previa del último Superclásico que River ganó en la Bombonera con los golazos de Gonzalo Martínez e Ignacio Scocco.

Lo pregona Gallardo y sus jugadores lo absorben como si fueran esponjas. Junto al Boca multicampeón de Carlos Bianchi, este River es la cara de uno de los equipos más competitivos que se recuerden en los últimos veinte años del fútbol argentino.

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