En su cuenta de Instagram aparece en las fotos vestido con la indumentaria del Real Madrid junto a estrellas como Marcelo, Toni Kroos, Raphael Varane o Dani Carvajal. Su pasaporte indica que es español: nació el 12 de diciembre de 2000 en Palma de Mallorca, España. Sin embargo, fue citado por Lionel Scaloni para la Selección Sub 20 de Argentina.
Adrián Rodríguez, de él se trata, es una de las grandes promesas del arco del Merengue, al punto de que forma parte de la plantilla del Juvenil A y ya ha participado de algún entrenamiento con el plantel que viene de obtener las últimas dos ediciones de la Champions League. "Es un guardameta muy sobrio, que con su altura muestra un notable dominio y seguridad en los balones aéreos", lo define su ficha en el sitio de la Casa Blanca.
¿Por qué se entrena con la camiseta argentina, entonces? Porque es hijo del jugador de vóley Ernesto Rodríguez, quien nació en Córdoba, pero emigró joven a la península ibérica y se transformó en estrella del club Son Amar Palma, donde cosechó varios títulos. Ya nacionalizado, defendió la bandera española en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y Sydney 2000.
Adrián heredó la altura de su papá: mide 1,95 metro. Se inclinó por el fútbol y empezó a destacarse en el Mallorca, hasta que fue tentado por el Real Madrid en 2015. Hoy aprende a la sombra de dos porteros de primerísimo nivel, como Thibaut Courtois y Keylor Navas.
Scaloni, que continúa con su doble tarea de entrenador interino de la selección mayor y la Sub 20, conoció su historia en España. Y lo citó. Rodríguez, tal vez buscando cumplir un viejo sueño de su papá, aceptó. Y se encuentra en observación de cara al Sudamericano de la categoría, que se disputará en enero en Chile.
Por lo pronto, de quedar seleccionado, Rodríguez tendrá una dura competencia: el titular en el Sub 20 es Jerónimo Pourtau, una de las figuras del combinado nacional que obtuvo el último torneo de L'Alcúdia, el trampolín de Scaloni para hoy estar conduciendo al seleccionado mayor. Acostumbrado a rodearse de estrellas, Adrián impone respeto desde su físico espigado. Y apuesta a dar batalla.
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