"Seis meses sin fútbol": Tevez reveló la gran lección de vida que recibió de su padre cuando era niño

A tono con el Día del Maestro, el "Apache" contó una anécdota que le quedó grabada desde su niñez

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El “Apache” y una anécdota
El “Apache” y una anécdota que quedó marcada a fuego en su memoria (Pablo Elías/@pabloeliasfotos)

Los libros y el fútbol. Dos conceptos que Carlos Tevez no podía hacer evolucionar a la par. Enamorado de la pelota, al Apache le costaba mucho estudiar. Al punto tal que confesó que llegó hasta octavo grado sin saber leer. Infobae tuvo acceso a una charla para decenas de chicos en una iglesia de San Isidro.

"En mi cabeza siempre estuvo el fútbol antes que la escuela, aunque mis padres siempre me inculcaron lo contrario. Estaba por repetir quinto grado, en una edad de rebeldía, en la que no me importaba nada. Llegaban las malas notas y las firmaba yo, hacía la firma de mi mamá. Hasta que un día mi papá se dio cuenta porque me encontró el cuaderno de comunicaciones. Mi mamá le dijo que ella no había firmado nada y yo le echaba la culpa a ella, inventaba cualquier cosa para que mi papá no me fajara", recordó Carlitos.

Al otro día, el padre lo acompañó al colegio y habló con su maestra, que lo advirtió de su situación personal: Carlos había pasado de ser un amor a un rebelde, que no estudiaba, que venía mal. El niño que amaba la pelota no sabía adónde meterse, solamente deseaba por dentro que su profesora dejara de hablar. El papá lo llevó directamente a su casa y Carlitos ya lloraba de antemano por el reto que se le vendría…

Tevez dialogó ante decenas de
Tevez dialogó ante decenas de chicos de diferentes edades (Pablo Elías/@pabloeliasfotos)

"Me sentó en la mesa y me dijo lo peor que me podía decir: 'te quedás sin fútbol'. Me dijo que hasta que no levantara las notas, no jugaba más. Estuve seis meses sin tocar una pelota. Pasé de grado y esa fue la mejor enseñanza que me pudo dar mi viejo", relató.

El hecho de haberle quitado lo que más quería en el mundo lo llevó a hacerle un click en su cabeza. Algo similar a lo que le sucedió en Inglaterra, cuando se mudó allí por cuestiones profesionales. "El primer mes me pusieron un profesor, hablábamos de los verbos en inglés y yo por dentro decía '¿de qué me está hablando este?'".

A partir de ese momento, Tevez confesó que se amigó con los libros (en castellano): "Ahí empecé a enamorarme de la lectura. Lo que me pasaba en los primeros 10 ó 15 libros es que los tenía que leer dos o tres veces porque no los entendía. Hoy tengo la posibilidad de leer un libro de corrido e ir progresando. En la vida uno siempre tiene que superarse, eso es lo más importante para mí".

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