Uno de los argumentos más sólidos en los que se asientan las esperanzas de los hinchas argentinos para el próximo Mundial de vóley se instalan en la figura de Facundo Conte. El Heredero es uno de los más experimentados del plantel que lidera Julio Velasco, y su carrera forjada en las mejores ligas del planeta alimentan el sueño de lograr un podio en el torneo que se desarrolla en Europa.
En la previa del inicio de la incursión por el Viejo Continente, el hombre del Shanghai Golden Age reconoció que está viviendo uno de los mejores momentos de su carrera. "Falta muy poco para el debut. Después de haber entrenado tanto en Buenos Aires y de haber tenido una temporada tan larga, la sensación que uno tiene es que llega el momento más lindo. Apenas llegamos a Italia la cabeza nos hizo un click, porque ya empezamos a vivir el Mundial en un país que es la cuna del vóley. Estamos muy motivados", dijo el jugador de 29 años antes de analizar al primer rival.
"Nos tocó arrancar con Bélgica y sabemos que nuestro futuro dependerá de cómo vivamos ese partido. Tal vez sea positivo enfrentarlos primero, pero eso lo vamos a saber cuando termine el partido. Nosotros nos preparamos para ganarle a cualquiera", continuó el punta albiceleste.
Como si se tratara de una máxima impulsada por su entrenador, quien en los días anteriores le había dicho a Infobae que "el equipo todavía no ganó nada importante para generar demasiadas expectativas", Facundo Conte insinuó que sería apresurado imaginar a la Argentina en un podio. "No sé cómo terminaremos. Me encantaría poder disfrutar el torneo. La mayoría de las veces el resultado acompaña, pero en este caso será mi tercer Mundial y no sé si voy a volver a jugar otro. Muchos de nosotros estamos en un momento de la carrera en la que buscamos la satisfacción. En 2010 fue una cosa y hoy es otra. Ya no buscamos la participación. Nuestro interés se basa en intentar ganar los partidos, porque nadie trabaja para salir segundo".
La intención de disfrutar su tercera experiencia mundialista se ampara en los antecedentes que lo tuvieron a mal traer en los Juegos Olímpicos del 2012, donde se sufrieron derrotas inesperadas. "En Londres sentí que no brillamos. No pudimos ser el equipo que pretendíamos. Fue duro, porque el resultado también acompañó a esa sensación. En Río nos pasó todo lo contrario: hicimos un torneo increíble, pero nos quedamos en la misma posición que en Gran Bretaña. Por eso no tiene sentido hablar de posiciones en lo que será este Mundial. Tenemos que disfrutar de la misma manera que lo hicimos en Brasil", confesó Facu, quien vivirá este nuevo certamen como una nueva oportunidad para seguir creciendo y no como un desquite de la última Olimpiada: "Me acuerdo que la lesión en el tobillo hizo que el golpe sea más duro, pero no hay que cargar este Mundial con el mote de revancha. No sería positivo, porque nos cargaríamos de presión. El pasado quedó atrás y nadie sabe lo que pueda suceder en este torneo".
Sus días en Asia le sirvieron para incorporar el yoga y la meditación como herramientas para evitar las cargas que le pueden imponer las necesidades exitistas relacionadas a los resultados. Por lo tanto, la mejor ecuación para este nuevo desafío se basa en "la mentalidad positiva que se pueda implementar como equipo". "No hay que tener una mirada negativa. Si las cosas no salen y el equipo está unido, probablemente podrán solucionarse. El apoyo mutuo será clave. Creo que hemos madurado personalmente (y deportivamente) para poner nuestras armas a disposición del grupo, porque el objetivo común es uno solo: ganar".
Desde su llegada en 2016 al Shanghai Golden Age su vida dio un giro inesperado. La diferencia cultural le hizo ver la realidad desde otra perspectiva. "En China viví una aventura diaria. Estaba solo y salía de mi casa sin saber con qué me iba a encontrar", recordó en el diálogo que mantuvo con Infobae y agregó: "No me podía comunicar, porque muy poca gente habla inglés. A pesar de estar viviendo en Shanghai, que es una ciudad cosmopolita que vive al palo, tuve una experiencia increíble. No solo viví una barrera lingüística, sino que me encontré con una forma de vida muy distinta. Tuve que hacer un cambio de cabeza para poder adaptarme, porque era visitante. Fue algo muy enriquecedor, porque en muchos casos está buenos salir de la zona de confort".
Aquellas tierras lejanas no fueron las únicas en donde Conte adquirió nuevos conocimientos. Polonia, Rusia e Italia fueron otros destinos que le permitieron mejorar su técnica. "Haber participado en las ligas más importantes del mundo me ayudó a crecer como jugador. Todo forma parte de una experiencia que se basa en haber tenido compañeros, entrenadores y culturas muy diferentes. Hasta el público es distinto de un lugar a otro. Creo que tengo una habilidad camaleónica que me ayuda a crecer constantemente. Igualmente no soy el único, por ejemplo Luciano (De Cecco) viene de ganar las tres competencias más importantes de Italia y es algo increíble que lo pueda trasladar al grupo", analizó.
Si bien lleva el apodo de Heredero, Facundo quiere despegarse de la figura de Hugo Conte. A pesar de ser uno de los protagonistas de la Generación del Bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, el punta albiceleste quiere formar su propio camino, alejado de la sombra de su papá. "Ya cumplí 29 años. Me tiene que dejar ser. Cada uno lo disfruta desde su lugar, incluso me gusta que no sea más comentarista. Lo más sano es que él ocupe el rol de padre y yo el de hijo. Creo que los demás idealizan las cosas que podremos llegar a conversar, pero la realidad es que tenemos nuestros límites. Yo juego de una determinada manera y al ser mi tercer Mundial, mi viejo no me va a venir a decir que juegue de tal o cual manera. El momento de aconsejar fue en 2010, cuando fui por primera vez a una Copa del Mundo", concluyó.
Argentina debutará el miércoles 12 de septiembre ante Bélgica, dos días más tarde se medirá con República Dominicana, el 15 chocará frente a Italia, el 17 ante Eslovenia y el 18 cerrará la primera fase contra Japón. Como los 4 primeros de cada grupo avanzarán a la siguiente instancia, los albicelestes buscarán dar el salto de calidad que les permita soñar. Material no le falta.
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