Comienza una nueva etapa en la vida de Diego Maradona: esta noche, a las 23:20, desde Ezeiza, partirá hacia Sinaloa donde volverá a lucir el buzo de entrenador en Dorados, equipo de la segunda división de México que, si bien apenas suma tres puntos en seis fechas, apunta al ascenso a la Liga de aquel país, con el influjo de la revolución que generó la noticia de la llegada del astro.
"Va a viajar con Rocío, su mujer, y con el grupo que siempre lo acompaña a todos lados. Yo voy a ir, como lo hice siempre, una semana al mes. Diego tiene todo lo que necesita y anoche me llamó para agradecerme y me dijo: 'Vuelvo a sentir el perfume que más me gusta, el del pasto'. Estaba emocionado", le contó a Infobae Matías Morla, apoderado del Diez, quien estuvo al frente de las negociaciones.
La novedad de su incorporación a Dorados suponía el adiós definitivo al proyecto en Dinamo Brest, donde había asumido como "presidente del fútbol". Sin embargo, Morla sorprendió con la continuidad del vínculo, aunque con otras condiciones.
"Pueden coexistir sin problemas ambas obligaciones contractuales. Diego seguirá siendo presidente honorario del Dinamo y viajará a Bielorrusia cuando la agenda en México se lo permita. Los directivos del Dinamo viajarán la semana que viene a México para reunirse con Diego y conmigo porque además ellos quieren generar un vínculo de cooperación deportiva para el club. El afecto que recibió en esos días que estuvimos en Bielorrusia dejaron impactado a Diego y es imposible cortar un lazo tan fuerte como el que se generó", describió la metodología de trabajo.
—¿Cómo llegó la propuesta de Dorados?
—Diego quería dirigir. Después de lo que fue su experiencia en Fujairah FC se quedó con muchas ganas de estar en el día a día con un plantel, de hacer lo que más le gusta. Y por amigos en común nos contactamos con Christian Bragarnik, quien se puso a disposición y cumplió con su palabra de acercarnos una propuesta que a Diego lo entusiasmó.
—¿Por qué período de tiempo firmó y cuáles fueron las condiciones del acuerdo?
—Los detalles aún están en confidencialidad porque viajamos para terminar de definirlos. Lo importante es que Diego firma como entrenador, que es lo que estaba deseando. En cuanto al alojamiento, vamos a hacer base en Sinaloa. Diego pidió una finca con pileta, con las mismas características que las que tenía en Dubai. El clima es similar al que tenía en Emiratos Árabes, por lo que las comodidades serán las mismas.
—¿Están confirmados los nombres que lo acompañarán en el cuerpo técnico?
—Diego les pidió expresamente a los dirigentes de Dorados poder sumar a Luis Islas. Él estuvo en toda la experiencia de Fujairah, es amigo de Maradona y trabajan muy bien juntos, se entienden a la perfección. Los directivos lo entendieron.
—¿Maradona ya hizo una evaluación del plantel? ¿Qué significa para él volver a México, el país en el que se consagró campeón del mundo con Argentina en 1986?
—Él está feliz, pleno. Sabe todo del equipo, ya se encargó de pedir informes y anoche me llamó triste porque se lamentó de que esta chance no apareció diez días atrás. Es que Dorados justo jugó en el Estadio Azteca y Diego hubiese querido volver al lugar donde vivió los mejores momentos de su carrera. Pero ya me dijo que no va a parar hasta poder volver al Azteca. Y, si Diego se lo propone, no tengo dudas de que lo va a hacer.
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