"¿Quiénes son los revoltosos de allá arriba?". El cronista de la cadena ESPN Tom Rinaldi fue lo primero que quiso saber. Aquella docena de bulliciosos muchachos ubicados en un exclusivo rincón del coqueto Estadio Arthur Ashe no pasaron inadvertidos. Más bien, se transformaron en el centro de atención durante los cinco partidos que afrontó Juan Martín del Potro en la actual edición del US Open 2018.
Esos 12 muchachos son el grupo más íntimo de amigos del tandilense. Los amigos de la infancia, los de toda la vida. Planificaron el viaje hace un tiempo, con la colaboración económica del actual número 3 del ranking. Lo siguen por el circuito desde sus inicios, pero es la primera vez que llegaron todos juntos para hacer fuerza en el torneo preferido del argentino.
La mayoría de ellos se conocieron en la primaria San José de Tandil, más allá de que uno de los integrantes del grupo es de Azul, una ciudad ubicada a 100 kilómetros de distancia. "Somos amigos desde los 5 años, vinieron todos desde Tandil a Nueva York sólo para mirar este torneo e hicieron un gran esfuerzo para estar acá por primera vez", explicó el tenista de 29 años tras la victoria ante Borna Coric en octavos de final.
No fue la única vez que debió responder sobre ellos. En cada encuentro que disputó, la transmisión oficial los utilizó como referencia. Los que aportan el color, el diferencial, en el evento. Prepararon canciones para apoyar a "Delpo", pero conocen a la perfección los códigos del tenis y respetan el característico silencio que abraza al deporte blanco.
De ese modo, se transformaron en la sensación del torneo. Todos los miran como una rareza. Desde aquel palco especial que les consiguió Juan Martín para cada presentación, mezclan a la perfección la pasión de las tribunas que se vive en Argentina en cada deporte con la cortesía que engalana al tenis. "No voy a estar con ellos porque es peligroso para mí. Me voy a mantener en el hotel, prefiero que ellos hagan sus paseos, ya tendremos la oportunidad de estar juntos", bromeó Del Potro en su último juego.
A tal punto llega la situación, que el prestigioso The Washington Post hizo referencia en su último artículo sobre su influencia en los partidos: "Los chicos de Tandil pueden hacer que cualquiera que juegue contra Del Potro se sienta como un visitante en el Estadio Arthur Ashe". Los chicos de Tandil, los revoltosos o la banda de la esquina. Cualquiera de los apodos es utilizado por los sorprendidos norteamericanos para describir a aquellos muchachos argentinos que le ponen color al caluroso torneo.
Si bien comparten con el deportista un grupo de Whatsapp a través del que se mantienen en contacto, Juan Martín los vio por primera vez en las últimas horas tras la victoria ante John Isner que lo depositó en su sexta semifinal de Grand Slam de su carrera, ya que están hospedándose en hoteles distintos. El tandilense rompió por unos segundos su concentración para compartir con ellos una cena íntima.
Manuel Mallo, José Osa, Gonzalo Fernández, Martín Bertrand, Nicolás Vivacqua y Juan Ferraro son algunos de los célebres integrantes del núcleo íntimo que aterrizó en Nueva York, pero que cuenta sobre sus espaldas con vacaciones, reuniones y miles de momentos vividos junto al deportista.
Algunos de ellos también compartieron –cuando la agenda del circuito lo dejó– un equipo amateur llamado Para qué te traje FC, en el que Juan despuntó su amor por el fútbol.
Hace 9 años atrás, "Delpo" alcanzó la gloria en el US Open. El próximo viernes se interpondrá, una vez más, Rafael Nadal en su camino rumbo a la soñada final. Esta vez tendrá un empuje especial que lo ayudará a batallar contra una verdadera leyenda viviente. La hinchada estará ahí en la esquina del mítico Arthur Ashe para transformarlo en la Bombonera.
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