El halo ganador que parece cobijarlo es como una garantía silenciosa para los hinchas de River, un valor agregado que sobrevuela el Monumental cada vez que el equipo sale a la cancha. Marcelo Gallardo se volvió un líder capaz de generar, en la previa de cada partido, la sensación de que su conjunto será difícil de quebrar para el rival de turno. Ningún otro equipo argentino tiene el gen competitivo tan desarrollado como el River de Gallardo. Una característica que le permitió romper varias rachas negativas y que ahora lo pone ante una nueva oportunidad de seguir pisando fuerte. En los cuartos de final de la Copa Libertadores, frente a Independiente, Gallardo estará ante dos desafíos extra: ganarle por primera vez al Rojo en Avellaneda y también a un equipo dirigido por Ariel Holan, a quien no logró vulnerar en tres enfrentamientos.
Desde que a mediados de 2014 asumió como técnico de River, Gallardo fue tres veces a Avellaneda para enfrentar a Independiente y en las tres se fue con la cabeza gacha: una vez con Mauricio Pellegrino como técnico del equipo de Avellaneda, otra con Gabriel Milito y la restante ante Holan. El 4 de diciembre de 2015, el Rojo que por entonces conducía Pellegrino se impuso por un contundente 3 a 0, con goles de Nicolás Tagliafico, Diego Martín Rodríguez (penal) y Juan Martín Lucero. Fue una de las pocas veces en las que el River del Muñeco se vio ampliamente superado por un adversario no solo en el marcador, sino también en el juego.
Luego, el 4 de diciembre de 2016, el Independiente de Milito ganó 1 a 0 con gol de Diego Vera. Y la última vez tuvo lugar el 18 de noviembre de 2017, cuando los tres puntos volvieron a quedarse en el Libertadores de América, gracias al gol de Nicolás Domingo. Un atenuante en favor del Muñeco: por la Libertadores será la primera vez que su River jugará en la cancha de Independiente con algo importante en juego, ya que en esas tres caídas por los campeonatos locales siempre puso equipos con varios suplentes porque su prioridad era alguna copa. Y una curiosidad: Gallardo jugó ante Independiente otras dos veces y fueron en el Monumental, donde sí se quedó con sendas victorias.
A su vez, el Muñeco estuvo dos veces frente a frente con Holan cuando éste dirigía a Defensa y Justicia, y una ahora que lo hace en Independiente. El DT no pudo ganar ninguna de las tres: Holan consiguió una victoria y un empate estando en Defensa y Justicia, y le ganó con Independiente, la mencionada noche del gol de Domingo. En Florencio Varela, Defensa ganó 1 a 0 con gol de Walter Busse el 14 de octubre de 2015 e igualaron 3 a 3 el 25 de septiembre de 2016, con goles de Mariano Bareiro en contra y de Sebastián Driussi en dos ocasiones para River, y de Tomás Pochettino, Alex Barboza y Andrés Ríos para el equipo local.
Es evidente que los planteos de Holan han incomodado al Muñeco, quien el próximo miércoles, en el choque de ida que se jugará en Avellaneda a las 19.30, buscará encontrarle la vuelta por primera vez a una de sus kriptonitas.
Eso de tachar cuentas pendientes, a nivel personal o colectivo, es algo que Gallardo realizó casi sin parar desde que dirige a River. Su primer gran logro fue la Copa Sudamericana 2014, con la que le puso fin a diecisiete años sin títulos internacionales para River. En ese camino levantó un pagaré histórico: eliminó a Boca en las semifinales y vengó la caída que el River de Leonardo Astrada había sufrido por penales en el Monumental, ante el Boca de Carlos Bianchi, en las semis de la Libertadores 2004.
Al año siguiente volvió a poner de rodillas a Boca en los octavos de final de la Libertadores y ratificó su condición de estigma para el clásico rival, ante el que también festejó en otro mano a mano para los libros: el que se dio el 14 de marzo de este año, por la Supercopa Argentina, en Mendoza, la primera final que River le ganó a Boca (la anterior, por el Nacional 1976, había sido para el conjunto xeneize). "Como dice un amigo, hemos saldado otro pagaré. No sé si queda alguno, pero los hemos ido saldando a todos durante estos últimos años", dijo el Muñeco tras la victoria ante Boca en Mendoza. Esas tres alegrías que Gallardo le regaló al público de River en los mano a mano ante Boca le dieron un lugar de privilegio en el Olimpo de los ídolos del club.
Gallardo también fue el primer técnico de River que conquistó la Recopa Sudamericana (en 2015 y 2016) y que logró eliminar de una copa internacional a Cruzeiro, que hasta los cuartos de final de la Libertadores 2015 se había convertido en una suerte de bestia negra del club de Núñez al ganarle las finales de la Libertadores 1976 y de la Supercopa 1991, al eliminarlo en los cuartos de final de la Supercopa 1992 y de la Copa Mercosur 1998, y al superarlo en los dos partidos de la fase de grupos de la Copa Mercosur 1999.
Además, la conquista de la Libertadores 2015 le puso fin a una racha de River de 19 años sin levantar el máximo trofeo de clubes del continente.
La última semana, en el Monumental, el River del Muñeco consiguió lo que nunca antes: eliminar a Racing de una copa internacional. En las tres ocasiones anteriores, el que había festejado había sido la Academia, curiosamente el equipo al que River le lleva una mayor ventaja en el historial por campeonatos locales en la era profesional: 88 victorias contra 41.
Quebrar a Independiente en Avellaneda y superar por primera vez a Holan en un duelo mano a mano. La serie de la Copa Libertadores, que se definirá el martes 2 de octubre en el Monumental, tendrá entonces para Gallardo dos desafíos extra para agigantar aún más su ya riquísima historia en River.
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