Nada más preciso sobre la pasión que mueve el fútbol que aquella frase que lanzó el sublime Eduardo Galeano: "El fútbol es la única religión que no tiene ateos". Y si esas palabras debieran traducirse, este fanático de River es una especie de santidad suprema con un santuario propio. Sus credenciales son contundentes: es el hincha con la colección de camisetas más grande de un solo club en todo el mundo, según lo registrado por el Guinness World Records.
Todo comenzó en el 2010, cuando Dan Goldfarb ingresó a los sitios de comercio online para comprarse una camiseta negra que el "Millonario" había utilizado la temporada anterior. La encontró, pero también un mundo inesperado: la red estaba llena de casacas que a él le fascinaban y decidió iniciar el proceso de recolección.
"Había una remera que me gustaba mucho y no la conseguía. Era una camiseta negra con sponsor en las mangas. Nunca había entrado a ver, cuando entré, compré esa remera y empecé a ver que había muchas otras cosas. Al tiempo decidí coleccionar todas las camisetas desde el año en el que nací. Ya tenía bastantes, pero pensé en comprar todas las que me faltaban", rememora ante Infobae sobre el inicio de lo que luego se transformaría en la colección más grande del planeta.
El camino terminó hace unas pocas semanas atrás cuando desde Inglaterra le contestaron tras haber postulado 402 modelos distintos, sin contar las camisetas de arquero ni la ropa de entrenamiento. Guinness lo premió: tenía la colección más grande registrada de camisetas de un solo club.
"Hubo gente, otros coleccionistas, que me dijeron que debía postularme. Me fijé entonces cómo se hacía y lo hice. Mi récord fue con 402, pero ya tengo 415. Todas tienen que se diferentes: no pueden ser, por ejemplo, dos del 2011 iguales pero con números distintos", explica este simpatizante del millonario de 35 años que vive hace diez en Miami y es parte de la filial del club que está radicada allí.
El mundo de las colecciones acarrea historias que atraviesan a esos trozos de tela que a lo largo de más de 100 años supieron transformarse en un manto sagrado para los hinchas y ahora son tesoro preciado para los coleccionistas. Una de las historias más "lindas" que tiene Dan está relacionada a su obsesión por conseguir el particular modelo que vistió River ante el PSV holandés en un partido correspondiente al Trofeo Joan Gamper en 1980.
Aquel plantel había llevado a Barcelona la camiseta titular y debió pedirle prestado un juego al club anfitrión como alternativa. River se vistió de Barcelona por única vez en su historia y Dan creyó que jamás obtendría esa versión. Se equivocó.
"Una señora mayor me contactó y me dijo que tenía muchas camisetas que eran de sus padres, que había trabajado en la utilería de River y aparte coleccionaba. No habían pensado en venderlas, pero necesitaban la plata con sus hermanos. "Sabemos que vos coleccionas y queremos a alguien que las quiera todas juntas, no las queremos separar", me dijo. Arreglé el precio por el paquete y dentro del mismo estaba la camisa amarilla. Cuando vi que realmente necesitaban la plata, decidí darles más plata por la diferencia que había con esta remera", relató sobre la obtención de uno de los objetos más destacados de su colección.
Allí también había otra de sus perlitas: parte de la colección que el club usó durante la década del 20: "Tengo varias camisetas de 1920. Casi la colección completa de los años 20, me faltan muy poquitas. Son marca Gath & Chaves y ST. Margaret".
"Las que son muy antiguas algunas estaban en el paquete que me vendió la señora y algunas son de gente que me contacta por las redes sociales. Mucha gente mayor. Por ejemplo, un señor que se fue a vivir a España tenía camisetas viejas de River y me contactó por las redes sociales a través de un nieto. Siempre llegan así. Por lo general, las camisetas más antiguas vienen de gente mayor", expone su conocimiento sobre la temática.
Cada camiseta esconde una historia. Un detalle. Muchas veces, es preferible no escarbar allí porque el valor sentimental supera al de cualquier moneda del mundo. "No pregunto tanto de dónde vienen. Muchas veces hablar de esto con la gente es difícil porque te dicen que era de sus padres o tíos que ya no viven. Entonces por respeto no pregunto", reconoce.
Dan vive en Miami, sigue de cerca al equipo con otros hinchas que están radicados allí y absorbió el amor por estos colores gracias a su padrino, ya que ni su padre ni su madre son fanáticos del fútbol: "El amor por River me lo inculcó mi tío Fernando. Él es fanático de River y me empezó a llevar a la cancha los domingos, y bueno… Terminé en esto. Él dice que se le pasó la dosis".
"Hoy en día me hablan del museo de River, tengo muy buena relación en especial con Eduardo Simonian y Rodrigo Daskal. Son buenísimos porque muchas veces para corroborar datos o así necesito una foto o algo para ver y siempre están dispuestos a ayudar. Son apasionados de lo que hacen. Cuando se enteran que consigo una camiseta nueva se ponen contentos", asegura.
Este fanatismo lo llevó a vivir situaciones impensadas. Hace un tiempo atrás se cruzó con el ídolo y actual manager Enzo Francescoli en Miami. Le contó sobre su pasión por las camisetas.
— ¡Vos estás loco…! ¿Tenés alguna mía?
— Sí, pero vos no me la diste…
Locura o no, Dan puede decir que es toda una celebridad en el Mundo River y también la envidia de muchos hinchas que quisieran vivir en esa pequeña habitación de su casa repleta de reliquias y que es un auténtico museo personal con la historia del "Millonario".
Fotos: Millonario en camisetas River Plate (Facebook) / @millonariocamisetas (Instagram)
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