En el fútbol, las estadísticas están lejos de ser la medida de todas las cosas. Sin embargo, sí suelen aportar datos esclarecedores y ayudar a entender los momentos de cada equipo. En ese sentido, los números que rodean el presente de River no dejan mentir: son desconcertantes.
La revancha copera del miércoles ante Racing puede verse como una parada sumamente dificultosa si se repara en que arrastra 391 minutos sin anotar goles y está obligado a ganar para pasar a los cuartos de final, a no ser que vuelvan a empatar sin goles y se quede con el triunfo por penales. Y, al mismo tiempo, la visión puede ser optimista ante la solidez defensiva que muestra el equipo, invicto desde febrero y con Franco Armani superando récords de imbatibilidad partido tras partido.
¿Qué es más relevante para interpretar el presente de un equipo como River? ¿La racha de cuatro encuentros sin victorias (Racing por la Libertadores, y Huracán, Belgrano y Argentinos por la Superliga)? ¿Los 23 partidos que lleva sin perder? ¿Los 891 minutos que alcanzó Armani con la valla invicta, lo que lo ubica como el arquero con el segundo mejor récord de imbatibilidad en la era profesional en campeonatos de Primera División detrás de Carlos Barisio, quien en 1981 llegó a los 1075 minutos sin recibir goles en Ferro? ¿El lastre de los 391 minutos sin convertir? Todo depende del ojo con que se lo quiera ver.
¿A qué datos atender para realizar una evaluación previa sobre cómo llega River al gran choque que se jugará este miércoles a las 19.30, en el Monumental? ¿Al flojo comienzo en la Superliga, con apenas tres puntos sobre nueve posibles? ¿A la fortaleza que supo amasar en los duelos mano a mano por copas internacionales y nacionales desde que lo dirige Gallardo, al ganar 35 de las 43 series decisivas que afrontó?
Gallardo y sus jugadores intentan quitarle dramatismo a la racha sin convertir: ponen el acento en que el equipo genera situaciones de riesgo y en que, por caso, ante Belgrano y Argentinos transformó en figuras a los arqueros rivales, César Rigamonti y Lucas Chávez. "El gol ya va a llegar", afirman desde el cuerpo técnico y desde el plantel, casi a coro.
Como contrapartida, remarcan que el equipo hace bastante que ofrece garantías en defensa. Su última caída fue el 24 de febrero, 1 a 0 ante Vélez en Liniers, por la anterior Superliga. Desde entonces, encadenó catorce victorias y nueve empates. Y además le anotaron apenas dos goles en las últimas diecisiete presentaciones oficiales. Esos datos alimentan la esperanza interna de un plantel que desde el lunes al mediodía quedó concentrado en Cardales en busca de concentración máxima, tranquilidad y privacidad.
Puertas adentro, todos recuerdan que en 2015, cuando River ganó su tercera Copa Libertadores luego de 19 años, la estructura granítica del equipo fue clave para llegar al Mundial de Clubes de Japón, donde perdió la final 3 a 0 ante el Barcelona de Messi, Neymar y Luis Suárez. A partir de los octavos de final de aquella Libertadores, River convirtió diez goles en ocho presentaciones y recibió apenas dos. El desafío, ante Racing, comenzará por seguir manteniendo el cero en el arco propio frente a un ataque temible como el que comandarán Ricardo Centurión, Gustavo Bou y Lisandro López.
Ocurre que si Racing anota un gol en el Monumental, River se verá obligado a convertir dos justamente en medio de la peor racha de su historia en el comienzo de un campeonato local: nunca antes había llegado a las tres primeras fechas sin pegar un solo grito.
El riesgo, en este caso, es que la sequía se transforme en una carga psicológica difícil de sobrellevar para sus jugadores. Que se les cierre el arco, que se les vuelva más chiquito súbitamente. Mañana, en definitiva, ellos tendrán la palabra.
River también tiene interrogantes para el armado del plantel. Gallardo deberá definir cómo conforma el mediocampo ante las ausencias por suspensiones de Leonardo Ponzio y Bruno Zuculini, los dos principales volantes centrales con que cuenta. El técnico tiene previsto ensayar con Enzo Pérez y Lucas Martínez Quarta (conoce el puesto de las divisiones inferiores y la Reserva), y si queda conforme en los dos entrenamientos que tendrá antes del choque, los pondrá de entrada.
Y después aguardará por las evoluciones de Gonzalo Martínez, Ignacio Scocco y Rodrigo Mora, quienes se recuperan de distintas lesiones musculares. En caso de estar disponibles, "Pity" será titular, Scocco ingresará si Gallardo decide volver a jugar con dos delanteros y Mora iría al banco de suplentes.
Fuera de esas especulaciones, los números de River son agridulces y desconcertantes. Como para que la serie ante Racing, atractiva por naturaleza, cuente con aditivos todavía más seductores en cuanto a la incertidumbre sobre cuál avanzará a los cuartos de final.