Hubo un momento en el que la vida de Emanuel Ginóbili cambió. Mutó. Dio el primer paso para iniciar un giro explosivo que lo terminaría transformando en el mejor basquetbolista argentino de la historia y en uno de los apellidos más representativos de la NBA, con destino casi inequívoco de Salón de la Fama. Fue en agosto de 1997, en Australia.
Lucas Victoriano, Fabricio Oberto, Juan Ignacio Sánchez y Leandro Palladino eran las figuras de la selección argentina Sub 22 que buscaba dejar su huella en el Mundial de la categoría que se desarrollaba en Melbourne. Se repartían partido a partido las estadísticas de puntos, rebotes, asistencias y demás aspectos del juego. El ojo clínico de los cazatalentos anotaba cada movimiento de los jugadores nacionales. Pero uno tuvo su olfato más entrenado que el resto: RC Buford, histórico hombre de los San Antonio Spurs.
"Me vino a hablar en Melbourne a la puerta del vestuario y quedamos para juntarnos a hablar en el hotel. Pensé que era uno más que venía a preguntar por Victoriano, Oberto, "Pepe" Sánchez y Palladino…", relató a Infobae Julio Lamas, entrenador de aquel equipo que culminó en el cuarto puesto tras caer ante Yugoslavia.
"¿Por quién me querés preguntar?", interpeló Lamas por entonces. Buford lo miró fijo a los ojos y mostró su dedo meñique: "Por el flaquito". Ese dedo hablaba de "Manu" Ginóbili, quien jugaba para Estudiantes de Bahía Blanca y promedió 23 minutos en cancha y 10 puntos en aquella competencia.
"Fue el primero que a mí me preguntó por 'Manu'. Me pidió si lo podía seguir. Yo dirigía a la selección y seguía para ellos a Victoriano, Ginóbili y Oberto. Esto fue entre 1997 y 1999, hasta que lo eligieron en el draft. Entiendo que cuando 'Manu' pasó a Kinder Bologna el seguimiento lo hizo directamente Buford a través de Ettore Messina (técnico del equipo italiano)", explicó quien actualmente comanda a la selección japonesa de básquet.
"Manu", que según el primer entrenador de su vida "Huevo" Sánchez era fanático de Golden State Warriors, había descollado en la semifinal de ese Mundial ante Australia al marcar 20 puntos tras estar 29 minutos en cancha. "En la primera etapa ellos se enfocaban en sus habilidades físicas y técnicas. Cuando supieron que estas tenían un estándar alto, empezaron a preguntar por detalles: su mentalidad", señaló.
"Se interesaban en su inteligencia, preguntaban por su IQ (coeficiente intelectual), por su inglés, por su educación. Todos puntos altísimos de "Manu" Ginóbili, que ya era un jugador que tenía mucho conocimiento de la NBA. Él la miraba permanentemente. Él estaba interesado pero también enamorado del juego, entonces buscaba siempre aprender a jugarlo cada vez mejor", agregó Lamas, que tuvo dos etapas en la selección argentina: entre 1997 y 1999 para luego retornar entre 2011 y 2014.
Lamas fue una pieza fundamental del arribo de Ginóbili a los Spurs. La primera puntada para construir esta historia. La franquicia de Texas lo tuvo en su periferia hasta que en 1999 tuvo que decidir en el draft de aquella temporada, mientras el escolta argentino ya despuntaba en el Viola Reggio Calabria: el croata Gordan Giricek o Manu Ginóbili.
"Pienso que ellos tenían un sistema de trabajo en el cual consultaban a distintas personas en el mundo. En ese draft era un jugador que se llamaba Gordan Giricek o Manu Ginóbili. Ya después de ese momento no preguntaron más entre él y otro. Después del draft consultaban sobre cuál era el momento para que "Manu" dé el salto. Y me parece que lo que "Manu" hizo en Kinder Bologna los decidió claramente", sentenció el hombre que ganó cinco títulos en la Liga Nacional de Básquet al mando de Boca, Ben Hur, Libertad y San Lorenzo.
En aquella oportunidad, Giricek terminó siendo captado por Dallas Mavericks en el pick 40 y los Spurs firmaron a dos jugadores: Leon Smith en el puesto 29 y Ginóbili, en el 57. De todos modos, los Spurs canjearon a Smith por Giricek con Dallas y años más tarde lo cedieron a los Memphis Grizzlies sin siquiera sumarlo a sus filas. El croata estuvo seis años en la NBA tras pasar por cinco franquicias distintas (Memphis, Orlando, Utah, Philadelphia y Phoenix) sin mayores éxitos.
"Se decidieron muy convencidos de que Manu era un jugador importante para ellos", rememoró Lamas. "Yo veía que estaba para grandes cosas, no me imaginé que tanto. No me imaginé que iba a llegar a la luna. En ese momento la NBA era lejana para nosotros, un mito", reflexionó.
El resto fue historia conocida. Ginóbili se transformó en un tótem del básquet europeo y brilló en el Mundial 2002 de Indianapolis, especialmente en el histórico triunfo sobre el Dream Team estadounidense por 87-80 en el que marcó 15 puntos y fue el máximo anotador del equipo. Los Spurs lo sumaron definitivamente a sus filas tras el segundo puesto argentino en este torneo y empezaron a escribir uno de los capítulos más emocionantes de la NBA.
Seguí leyendo: