Arquero de día, maquinista de noche: una historia de sacrificios en el Ascenso

Por Matías Szpigiel

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Ghiglione sentado al mando de una formación de la línea Mitre, donde es conductor (Foto: Nicolás Aboaf)
Ghiglione sentado al mando de una formación de la línea Mitre, donde es conductor (Foto: Nicolás Aboaf)

Desde que era un niño, Juan Pablo Ghiglione (25) sueña con vivir del fútbol. A los seis años se presentó en las divisiones infantiles de Chacarita Juniors y a partir de ese momento su vida estuvo ligada a ese deporte. Pero pasó por momentos duros, hasta dejó de jugar durante seis meses porque no podía coordinar los horarios de su segundo trabajo, el actual, que es como conductor de trenes. "Largué a los 20 años sin saber si iba a volver a jugar, fue una decisión muy difícil", cuenta el actual arquero de Central Ballester, equipo que milita en la Primera D del ascenso argentino.

Además de jugador es conductor de trenes. Ahora está en el ramal eléctrico, que es el que recorre Capital Federal, en la línea Mitre, y anteriormente fue ayudante de maquinista en el ramal diesel, que va a Zárate. Pero, ¿cómo inició el camino en esta profesión? ¿Por qué? "Mi abuelo labura en el Club Ferrocarril Mitre y supo que había un curso de ingreso, me comentó si me interesaba y le dije que sí. No conocía mucho, pero cada vez que preguntaba me decían que era una oportunidad única y que no me iba a arrepentir. No me alcanzaba la plata y tenía que hacer otra cosa. Entré como aspirante y me coincidía con los horarios de entrenamiento. Tuve que dejar el fútbol seis meses, fue durísimo, pero igualmente fue la mejor decisión que tomé".

Precisamente el Canalla es la institución que esta temporada le volvió a abrir las puertas por segunda vez, luego de su breve y agridulce paso por Real Pilar, el equipo que dirigió el periodista Rodolfo De Paoli, de quien asegura que "tarde o temprano le va a ir bien porque es un enfermito del fútbol". ¿Por qué fue un paso agridulce? "Tuve pansinusitis. Fue algo grave que los médicos no me lo supieron detectar a tiempo. Pasé literalmente 50 días con dolor de cabeza, fui 20 veces a la guardia y no le encontraban solución. Me terminé operando a fin de año de la nariz por este problema".

Ghiglione enfrenta a Silvio Romero, el día que Independiente le ganó a Central Ballester y el arquero fue vencido en ocho ocasiones
Ghiglione enfrenta a Silvio Romero, el día que Independiente le ganó a Central Ballester y el arquero fue vencido en ocho ocasiones

"Cuando hacés dos cosas que te gustan no se hace difícil. Me levanto todas las mañanas para entrenar, que es lo que más disfruto, y después vengo al laburo y no lo sufro, la paso bien, hay mucho compañerismo, se comparten asados, asambleas o plenarios. Quiero mantenerlo siempre y jubilarme acá. Soy un afortunado de hacer lo que me gusta", afirma Ghiglione con una convicción asombrosa. Aunque reconoce que para el de afuera se puede ver como algo difícil de realizar, para el arquero y maquinista es un placer.

Cuando habla del rol en el que se desempeña en el ferrocarril se lo nota lleno, con una seguridad absoluta. Pero sabe, y reconoce, que es una profesión que puede tener su parte amarga: "Hubo ocasiones feas con el tren, pero por suerte no tuve ningún accidente. Hay gente que intentó suicidarse, pero fui precavido y no pasó a mayores. Es la parte fea, pero es algo que nosotros muchas veces no lo podemos evitar, porque no estamos en la cabeza del otro para saber qué es lo que va a hacer. Por ahora vengo invicto y espero seguir así".

El 20 de julio de este año vivió el momento más importante de su carrera futbolística: fue titular en el partido ante Independiente por Copa Argentina. Si bien el resultado (8-0 para los de Avellaneda) no estuvo ni cerca de lo que hubiera imaginado, reflejó su sensación inolvidable: "Fue la primera vez que Ballester se tomó un avión para un partido, parábamos en un hotel. Nos sentimos profesionales. Más allá de que soy hincha de Racing, fue único jugar un partido tan importante. Fuera del resultado, que es anecdótico, ver a esos monstruos fue impresionante. Maxi Meza había jugado el Mundial un par de semanas atrás y estábamos enfrentándolo. Nos dimos cuenta de la enorme diferencia porque ellos viven sólo para esto y nosotros al día siguiente teníamos que retomar a nuestros laburos".

Ghiglione con pose de arquero en las vías del Ferrocarril Mitre. Se entrena por las mañanas y a la tarde va a su trabajo de maquinista ferroviario (Foto: Nicolás Aboaf)
Ghiglione con pose de arquero en las vías del Ferrocarril Mitre. Se entrena por las mañanas y a la tarde va a su trabajo de maquinista ferroviario (Foto: Nicolás Aboaf)

Tuvo momentos felices en el fútbol, como su debut oficial con Lamadrid en la Primera C en 2014, donde además compartió plantel con su hermano, hecho que también llevó a cabo en su primera etapa en Central Ballester. Eso ya era una particularidad, pero se incrementó cuando se enfrentaron en la temporada pasada, uno como arquero de Real Pilar y el otro como delantero de Deportivo Paraguayo. "No me hizo ningún gol y lo tenía prohibido. Se pudría todo, ja. Tiene una parte buena y otra mala jugar con tu hermano. Tal vez uno le corrige una cosa al otro y se lo toma mal porque se lo está diciendo un familiar, pero en el balance fue una experiencia muy linda. Ahora él dejó porque no le rendía económicamente, tenía más gastos entrenando que la plata que le ofrecían en otro trabajo".

En ese sentido, el ex arquero de Chacarita extendió un reclamo que los jugadores y equipos de la Primera D hicieron público el año pasado, cuando comenzaron a posar todos unidos en la foto previa al partido con una bandera que rezaba 'Basta de jugar los días de semana', a lo que agregó: "Tengo compañeros que dicen que por ir a jugar pierden plata y nadie se las devuelve. En cambio un fin de semana hay menos intensidad de laburo y casi todos se pueden acomodar. Esperemos que alguna vez se acuerden de nosotros, que somos los más humildes. Hasta hemos ido a jugar sin dormir. Por ahora quedó todo en la nada, pero siempre está la ilusión de que algún día las cosas cambien".

Cuando habla de su actividad como maquinista, Juan Pablo tiene sus momentos favoritos:"La parte del trayecto que me gusta más es la de Tres de Febrero hacia Retiro porque es el momento en el que más velocidad agarra la máquina. Puedo llegar hasta un máximo permitido de 100 km por hora. Y el horario que más me gusta es el de la noche, es el más tranquilo porque hay menos cantidad de gente y ya no está tan impaciente. O a la madrugada, alrededor de las 4, donde no hay muchas personas"

¿Cuál es el sueño de Juan Pablo Ghiglione? La respuesta, automáticamente, viene partida en dos: "En el fútbol lograr el ascenso con Central Ballester, en lo laboral no tener ningún problema ni accidente y seguir creciendo en esto".

Sobre el final le llegó la pregunta que más le costó contestar, para la cual necesitó varios segundos de silencio para pensar y aún así no alcanzó una conclusión. Si estuviera obligado a elegir entre jugar al fútbol y ser maquinista, ¿qué haría? "Si en el fútbol me va bien y puedo escalar categorías, bienvenido sea, pero igual siempre voy a tratar de hacer las dos cosas. El día que tenga que decidir sí o sí por una u otra, veremos, pero por ahora puedo con ambas".

Ghiglione con su hermano Juan Ignacio, delantero de Deportivo Paraguayo, cuando se enfrentaron (sin goles de por medio)
Ghiglione con su hermano Juan Ignacio, delantero de Deportivo Paraguayo, cuando se enfrentaron (sin goles de por medio)

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