A Franco Armani le anotan dos goles en menos de tres minutos en un partido de entrenamiento en espacios reducidos y reacciona con bronca: toma la pelota e infla la red de un pelotazo. El arquero de River tiene un espíritu competitivo similar al de Marcelo Gallardo, el técnico de su equipo: no les gusta perder ni a la bolita. Esa personalidad tal vez sirva para explicar, en parte, cómo hizo para superar un viejo récord de Amadeo Carrizo y también todo lo bien que le fue en Colombia, donde supo darle forma a un récord todavía vigente en ese país: en 2013 mantuvo invicto el arco de Atlético Nacional de Medellín durante 1046 minutos (casi 12 partidos) entre la Liga de ese país, la Copa Colombia y la Copa Sudamericana.
Hay una diferencia sustancial entre el récord que Armani consiguió el sábado, ante Belgrano de Córdoba en el Monumental, y el que había logrado hace cinco años en Colombia: allí lo consiguió en partidos consecutivos sin distinción de campeonatos, mientras que acá lo hizo en encuentros en cadena en el marco de la Superliga. Armani llegó frente al conjunto cordobés a los 800 minutos sin recibir goles en campeonatos de Primera División, dejando atrás de ese modo a los 769 minutos que desde 1968 ostentaba Amadeo Carrizo, ícono del arco de River a lo largo de la historia. En el medio de ese recorrido, Armani recibió un gol en la victoria 3 a 1 sobre Villa Dálmine, en Formosa, pero por la Copa Argentina.
El domingo 23 de septiembre, cuando River vaya a la Bombonera por la sexta fecha de la Superliga, Armani tal vez se encuentre ante la chance de escribir un capítulo más de su exitoso recorrido profesional. Si logra mantener el cero en su arco en los próximos tres partidos de la Superliga (Argentinos Juniors, en el Monumental; San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro; y San Martín de San Juan, en Núñez), el arquero de la Selección Argentina llegará a la cancha de Boca con la certeza de que si no le hacen un gol hasta los seis minutos del primer tiempo, batirá una nueva marca.
En ese caso, se transformaría en el arquero con el máximo invicto en campeonatos de Primera División en la era profesional del fútbol argentino y superaría a Carlos Barisio, quien en 1981 alcanzó los 1075 minutos invicto jugando para Ferro, entonces protagonista habitual de los campeonatos de la A. Humberto Bravo, de Talleres de Córdoba, fue quien quebró la racha de Barisio, quien casualmente surgió de las divisiones inferiores de River.
Pero este sábado también puede llegar a ser histórico para Armani: si conserva el cero en su arco al menos durante todo el primer tiempo del partido ante Argentinos, superará a Carlos Navarro Montoya, el popular Mono, quien llegó a los 825 minutos atajando para Boca en 1992, y a Jorge Traverso, que acumuló 842 minutos invicto entre 1982 y 1983 bajo los tres palos de Nueva Chicago. Armani, entonces, podría quedar segundo el sábado, detrás de Barisio.
El último gol que le hicieron en la Superliga fue el 1 de abril: Fernando Cuqui Márquez, en el partido que River le ganó 3 a 1 a Defensa y Justicia tras comenzar perdiendo, en Florencio Varela. Después de aquel gol, Armani conservó el cero en su arco en los 80 minutos posteriores de aquel partido y en los otros ocho encuentros siguientes.
Más que en las satisfacciones personales, Armani prefiere poner el acento en el aspecto colectivo. "A uno lo ponen contento los récords, pero lo más importante es el equipo. Yo estoy pensando en tratar de ganar la Libertadores, la Superliga y la Copa Argentina", dijo el arquero nacido en Casilda hace 31 años e Infobae le preguntó: ¿Pero no es una meta muy difícil de conseguir la de ganar los tres títulos a la vez? "Es difícil pero no imposible. Lo vamos a intentar", respondió, convencido.
En Colombia, donde logró la chapa de máximo ganador en la historia de Atlético Nacional de Medellín al obtener trece títulos, con la Libertadores 2016 incluida, Armani consiguió aquel récord de los 1046 minutos invicto con ribetes muy curiosos. La racha sin recibir goles tuvo lugar entre el 14 de julio y el 2 de octubre de 2013, derribando por dos minutos el registro de Otoniel Quintana, de Millonarios de Bogotá, quien en 1971 llegó a contar con el guiño de su técnico, Gabriel Ochoa Uribe, que lo sacó justo cuando Real Cartagena tenía un penal a favor durante su racha. El encargado de cortar aquel registro de Armani fue otro argentino: Germán Cano, ex Lanús y Chacarita, con la camiseta de Independiente Medellín, clásico rival de Atlético Nacional.
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