Aquel octubre de 1996, Gabriela Sabatini se sentó ante la prensa e hizo oficial la decisión de abandonar definitivamente la práctica profesional de tenis. Argentina se quedaba sin su máxima referente en esta disciplina a nivel femenino y se iniciaba un largo proceso de una particular sequía en este segmento que sólo se cortó en singles con algún chispazo de Paola Suárez.
El semillero prometió con Maria Emilia Salerni y Gisela Dulko, entre otras, pero luego no pudieron dominar los grandes planos. En la actualidad, una jovencita nacida en el 2003 llama la atención por su proyección, pero también por el peso específico de su apellido: Vilas.
Andanin tiene 14 años y es la hija mayor de la tailandesa Phiangphathu Khumueang y el legendario Guillermo Vilas, quien además es su entrenador. La niña convive con la presión de la mística del ex tenista de 66 años, pero sus buenos resultados en la cancha ya le permitieron asomar su propio nombre dentro del circuito más allá del estrecho lazo sanguíneo con la pelota verde.
A comienzos de este año, Vilas tuvo su bautismo en el ámbito profesional a pesar de su corta edad: disputó la etapa clasificatoria del Future de Palmanova en Mallorca (España) sobre polvo de ladrillo.
Perdió por 6-3 y 6-1 ante la británica Beatrice Kight, nueve años más grande y que ya contaba con experiencia en la WTA. Un resultado anecdótico en su ascendente carrera dentro de este mundo que conoce de punta a punta, si se tiene en cuenta que desde que tiene memoria sus manos empuñan una raqueta.
"Un poquito me cuesta acostumbrarme, a veces me da presión", había confesado hace tres años en una entrevista que tuvo con el medio especializado Segundo Saque al ser consultada sobre la mochila que carga al ser una Vilas.
Aquellos que la conocen afirman que desde chica practicó con raquetas grandes y su padre percibía desde sus primeros pasos que ella tenía una pasión tal por el tenis que la conduciría hasta el circuito profesional. El ojo clínico de "Willy" parece no haber fallado.
Nacida en París (Francia), de nacionalidad argentina y de madre tailandesa, Andanin es la mayor de cuatro hermanos y con un interesante historial en el ambiente juvenil. "Ya demostraba interés por el tenis cuando iba al club del padre, desde que comenzó a caminar diría. Es obvio que sintió ese clima en la casa, con raquetas y recuerdos por todos lados. Al principio peloteaba con Vilas como una diversión y poco a poco, al crecer, vio que tenía ciertas condiciones. Es una chica avispada, completamente abierta e inteligente. Fresca, rápida para las respuestas, sabe varios idiomas y estamos hablando de una chica que recién cumplió 14 años", advierte a Infobae el reconocido periodista Eduardo Puppo, quien conoce en profundidad a la familia Vilas.
Andanin tiene buen porte físico –supera el 1,70 metros–, es diestra y pega el revés a dos manos. "Jugadora de fuerza. Le pega a todo cuando está segura o domina el partido. Le falta tener más confianza en sus dotes, creérsela", la define Puppo.
Este año ganó dos títulos importantes de su categoría. En las últimas semanas se coronó en el Tourneoi Jeunes de Cote D'Azur de Niza (hasta 18 años), tras vencer a la serbia dos años mayor Aleksja Gutic 6-1, 4-6 y 6-2. Previamente, también había festejado en Niza dentro de un sub 14: superó a la local Melanie Valle 6-0 y 6-2.
Seguidora de las hermanas Venus y Serena Williams, la rusa María Sharapova y la serbia Ana Ivanovic, la jovencita fanática de River se codea en el mundo del tenis desde que tiene uso de razón. "Que se llame Vilas no implica dar nada por seguro. Andanin tiene los condimentos técnicos, su padre le enseñó 'secretos' que no divulgó a nadie y le habló cómo encarar la competencia. Ahora depende de ella y de cómo aplica esos conocimientos", concluyó el periodista sobre el camino que todavía le queda por delante para su formación antes de afrontar los desafíos grandes.
Sólo el tiempo, el destino y su cabeza dirán para qué está la jovencita que, además, deberá convivir con la presión del hombre que promovió el tenis en esta tierra. Mientras tanto, sus condiciones y su herencia permiten poner el foco sobre ella con la precaución lógica que hay que tener sobre una niña.
El terreno árido que ya lleva más dos décadas desde el retiro de "Gaby" sólo se llenó parcialmente con el breve paso de Paola Suárez por el 9° puesto del ranking en 2004, siempre haciendo referencia a los singles femeninos. El surgimiento de Andanin permite soñar con que algún día quebrará el molesto mote de "hija de" y transformará a Guillermo en el "padre de".
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